Un libro, una rosa... y un lazo azul
Sant Jordi luchar¨¢ en Barcelona contra el drag¨®n de ETA con cintas por la paz
Trescientos mil lazos azules se unir¨¢n hoy a las rosas y libros con los que los catalanes se obsequian para festejar el d¨ªa de Sant Jordi. Esta fiesta de la civilidad que trueca o quiz¨¢ confunde amor y cultura tendr¨¢ este a?o en Barcelona el valioso complemento de convertirse en un gran gesto contra el terror. El lunes, ETA asesin¨® a un barcelon¨¦s junto al llamado, para mayor ultraje, Portal de la Paz. "No dej¨¦is sin rosas en este d¨ªa a Vicente Beti", ha pedido el alcalde a la ciudad. Y en el mismo punto donde este padre de dos hijos cay¨® fulminado por la metralla que le alcanz¨® el coraz¨®n la gente depositar¨¢ sus flores. Lo hicieron ya el jueves los 500 compa?eros de instituto de los dos hermanos a los que ETA ha dejado sin padre. Frente a la muerte, hagamos un acto de fe en la vida, dice la pancarta que tendieron en el lugar en que cay¨® la v¨ªctima, el mismo punto donde hoy tambi¨¦n se invita a los ciudadanos a depositar, en homenaje, las tradicionales rosas de Sant Jordi.Pero el Ayuntamiento ha pedido m¨¢s, sabedor de que la ciudad responder¨¢. Ha pedido ese gesto de compromiso activo contra la violencia que simboliza el lazo azul. Cuando en agosto del a?o pasado las bombas estallaron en el puerto Ol¨ªmpico, se repartieron 40.000 lazos. Se quedaron cortos. Para hoy han dispuesto 300.000: se encontrar¨¢n en los puestos que los libreros sacan a las calles y es muy probable que tampoco basten.
"No ha podido hacerse m¨¢s; no es f¨¢cil responder con tan poco tiempo a una demanda de tales proporciones: han sido necesarios 38 kil¨®metros de cinta", dice Gerard Preminger, el responsable municipal de la operaci¨®n. El martes se decidi¨® y el jueves 300.000 lazos estaban listos. Los 38 kil¨®metros de cinta necesarios no se encontraron en todas las mercer¨ªas de la ciudad. "Hubo que encargar a un fabricante que se pusiera a toda m¨¢quina y a todo tinte. El jueves serv¨ªa los ¨²ltimos metros; faltaba cortarla, darle forma, reunir las 300.000 agujas de prender, empaquetarlo y distribuirlo. Fue de locos", cuenta.
El Ayuntamiento contact¨® para la distribuci¨®n con el gremio de libreros y reclut¨® en entidades c¨ªvicas a una veintena de j¨®venes que se lanzaron al trabajo como fieras. En un peque?o local de la calle de Aribau estuvieron cortando y empaquetando a medida que llegaban las bobinas kilom¨¦tricas. "Algo nos han pagado, pero lo hemos hecho de forma voluntaria para luchar contra la violencia", dice una de las chicas, que se trajo al hermano peque?o, al que le tocaba atender la tarde del jueves. Su misi¨®n consisti¨® en formar paquetes de 500 lazos; a su lado, otros reun¨ªan las agujas. Desde all¨ª todo se mand¨® al gremio de libreros y ¨¦ste los distribuy¨® entre sus asociados. En las paradas callejeras los encontrar¨¢n hoy los ciudadanos, como tambi¨¦n en la oficina de informaci¨®n municipal de la plaza de Sant Jaume y en los mercados.
De esta forma ha quedado todo dispuesto para que la fiesta convierta el medio -un libro, una rosa y un lazo azul- en muy di¨¢fano mensaje: raz¨®n, sentimiento y uni¨®n contra la violencia. Sant Jordi mat¨® al drag¨®n de la leyenda que sembraba el terror y amenazaba la vida de la princesa. El monstruo hoy se llama ETA.
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