El 'coto privado' de Leguina
Telemadrid es el "pozo sin fondo" de la Comunidad de Madrid, el coto privado del presidente Leguina, que lo utiliza para asegurarse una campa?a de publicidad continuada y costeada por los ciudadanos de nuestra comunidad. Una televisi¨®n que se sigue manteniendo, a pesar de su alto coste, y que no cumple los objetivos para los que se cre¨®.
Seguramente Joaqu¨ªn Leguina conocer¨¢ que la televisi¨®n es el medio que m¨¢s influye en la opini¨®n p¨²blica y que encuestas fiables demuestran que m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n recibe informaci¨®n pol¨ªtica s¨®lo a trav¨¦s de este medio de comunicaci¨®n. Seg¨²n Telemadrid, Joaqu¨ªn Leguina gobierna en una comunidad sin problemas, una comunidad id¨ªlica. Sin embargo, pretende transmitir a los madrile?os una imagen del Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el Partido Popular, en la que priman la pol¨¦mica y el esc¨¢ndalo; ambas visiones son equivocadas, fruto de una sutil manipulaci¨®n que se reproduce d¨ªa a d¨ªa, mes a mes, a?o a a?o. Una manipulaci¨®n orquestada cuidadosamente por el director general de este ente p¨²blico, Marcos Sanz, que se deduce de los contenidos de la informaci¨®n y de la editorializaci¨®n que, entremezclada con las noticias, forma parte indisoluble de los informativos y que beneficia, exclusivamente, a Joaqu¨ªn Leguina.
Si no fuera ¨¦ste el ¨²nico motivo, ser¨ªa inconcebible que el Gobierno aut¨®nomo estuviera soportando el coste tan elevado de Telemadrid, que se ha convertido en un aut¨¦ntico problema financiero para nuestra comunidad. Y no es una exageraci¨®n, porque las cifras lo corroboran. En el balance consolidado del pasado a?o, el ente p¨²blico finaliz¨® el ejercicio con una deuda que superaba los 37.000 millones de pesetas. En los dos a?os precedentes, la deuda ascend¨ªa a 24.975 millones en 1991 y a 32.680 millones de pesetas en el a?o 1992. La diferencia entre 1991 y 1993 es, como se ve, de 12.025 millones de pesetas de incremento, y esto sin contar las generosas subvenciones que ha dado la Asamblea de Madrid al ente p¨²blico: 800 millones en 1991, 2.500 en 1992 y 7.466 millones en 1993. Un total de 10.766 millones en lo que va de legislatura. Sumando los 8.920 millones previstos para el ejercicio de 1994, el montante total de subvenciones ascender¨¢ a m¨¢s de 19.000 millones de pesetas. Estos dos a?os y medio nos van a costar a todos los madrile?os la friolera de 31.000 millones de pesetas.
Cualquier consejo de administraci¨®n que analizase unos resultados negativos superiores en un 43% a los previstos, como ha sucedido en el Ente P¨²blico Radiotelevisi¨®n Madrid, hubiese destituido, de modo fulminante, al administrador ¨²nico de la empresa, si es que ¨¦ste no hubiera presentado ya su dimisi¨®n con car¨¢cter inmediato. Pero en Telemadrid, el administrador ¨²nico no s¨®lo no, sino que ha visto aprobadas sus cuentas y su gesti¨®n por el Consejo de Administraci¨®n, con los votos en contra del Partido Popular. Esta irresponsable actitud terminar¨¢ colocando a esta empresa en una situaci¨®n de bancarrota abocada al cierre.
La soluci¨®n para hacer de Telemadrid un proyecto viable pasa por la modificaci¨®n de la legislaci¨®n vigente, que impide la privatizaci¨®n de los terceros canales. Una vez superados los obst¨¢culos legales, el Partido Popular proceder¨ªa al inmediato concurso para la privatizaci¨®n del ente p¨²blico, contemplando necesariamente el car¨¢cter regional de la emisi¨®n y el mantenimiento de los puestos de trabajo. Cuando se cre¨® Tele madrid s¨®lo se ve¨ªan en nuestra comunidad las dos cadenas de Televisi¨®n Espa?ola; ahora, como m¨ªnimo, cada ciudadano madrile?o recibe cinco canales en su casa. Por tanto, las necesidades informativas y de entretenimiento est¨¢n cubiertas. Entonces ?por qu¨¦ se sigue manteniendo esta empresa costosa para la comunidad si no es porque al se?or Leguina le interesa controlarla para unos fines distintos al inter¨¦s de los madrile?os?
Telemadrid es una emisora p¨²blica, ya que su d¨¦f¨ªcit forma parte del d¨¦ficit p¨²blico y su financiaci¨®n tiene un claro componente de dinero p¨²blico, pero no es p¨²blica en sus contenidos. En su programaci¨®n y su comportamiento respecto de otras cadenas emula a cualquier televisi¨®n privada, acumulando as¨ª las partes m¨¢s negativas de los dos modelos televisivos.
De la tripleta cl¨¢sica de funciones de la televisi¨®n (formar, informar y entretener), en el ente madrile?o se ha puesto el acento en esta ¨²ltima, destinando el 71,4% del tiempo de emisi¨®n al entretenimiento; s¨®lo el 14,7% del tiempo se dedica a programas de servicio p¨²blico, y el 13,7%, a informativos; pero, eso s¨ª, la franja horaria mejor, que coincide con la que m¨¢s ven los madrile?os, se destina a la emisi¨®n de publicidad y a programas comerciales: pel¨ªculas, concursos, deporte-espect¨¢culo..., postergando a la madrugada los programas de servicio p¨²blico.
Pero ¨¦sta no es la televisi¨®n que el Partido Popular quiere. Nosotros no apostamos por matar Telemadrid, como se est¨¢ haciendo actualmente, para crear teleguina. Nosotros estamos en contra de la manipulaci¨®n informativa que se est¨¢ realizando desde el Gobierno de la Comunidad as¨ª como de cualquier otro tipo de manipulaci¨®n, sea del signo que sea. Tampoco estamos de acuerdo con la falta de programas con un marcado car¨¢cter social, destinados a la mujer, a la infancia, a la ecolog¨ªa, como recoge la resoluci¨®n 46/92 de la Asamblea de Madrid.
Nosotros creemos en la existencia de Telemadrid y denunciaremos cuantas veces haga falta el modelo actual de esta televisi¨®n, porque, para el Partido Popular, el objetivo primordial es la defensa de los derechos de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid y, por ello, no podemos permitir que el Ente P¨²blico Radio Televisi¨®n Madrid siga siendo el coto privado de Joaqu¨ªn Leguina, subvencionado con el dinero de todos los madrile?os.
Antonio Beteta Barreda es portavoz del Grupo Popular en la Asamblea de Madrid.
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