Los intereses privados de Silvio Berlusconi retrasan la formaci¨®n del Gobierno italiano
El encargo a Silvio Berlusconi de formar Gobierno, esperado como seguro para ayer, sufri¨® retrasos debido a un problema que, por otra parte es irresoluble: la confusi¨®n entre intereses p¨²blicos y privados que se plantear¨¢ en cuanto uno de los empresarios m¨¢s importantes de Italia acceda al cargo de primer ministro. Tras haber barajado varias f¨®rmulas, el propio Berlusconi reconoci¨® el pasado martes que ninguna medida especial y s¨®lo "el sentido com¨²n" pueden evitar que la confusi¨®n se presente.
No obstante, el propietario de Fininvest y presidente de Forza Italia recibi¨® en la noche de ayer la citaci¨®n para acudir a las cinco de la tarde de hoy a la presidencia de la Rep¨²blica, donde se le encargar¨¢ formar Gobierno.Salvo Mario Segni, todos los dirigentes pol¨ªticos de la mayor¨ªa y de la oposici¨®n contactados por Scalfaro con motivo de las consultas preceptivas que concluyeron el martes por la tarde, han se?alado a Berlusconi como el primer ministro coherente con los resultados electorales. Ello no impide que esos mismos l¨ªderes hayan planteado de modo preciso el problema de la posible confusi¨®n de intereses.
Incluso Umberto Bossi y en menor medida Gianfraco Fin?, los aliados de Berlusconi, pidieron a Scalfaro garant¨ªas de separaci¨®n entre el inter¨¦s p¨²blico y los intereses privados de su aliado y, sobre todo, que la televisi¨®n de Fininvest no plantear¨¢ una permanente sospecha de prepotencia sobre la opini¨®n de los italianos.
"La soluci¨®n est¨¢ en el sentido com¨²n. El jefe del Estado, que debe ratificar todos los actos del Gobierno; el Parlamento, y especialmente la oposici¨®n, tienen el deber de controlarlo. Para la imparcialidad de la televisi¨®n, existe ya un garante p¨²blico, y est¨¢ la prensa escrita, que no me perder¨¢ de vista", afirm¨® el martes Berlusconi, para disolver estos temores.
El l¨ªder de Forza Italia, que desde el principio dijo que no puede vender a corto plazo sus empresas, porque nadie se las comprar¨ªa a buen precio, reconoce ahora que las f¨®rmulas utilizadas en Estados Unidos para separar los intereses privados de los presidentes de los que debe perseguir el Gobierno no son aplicables a las empresas familiares, como las suyas, sino s¨®lo para los patrimonios consistentes en paquetes de acciones.
Garantes de imparcialidad
En cuanto a la figura de un garante de su imparcialidad, sugerida luego por Berlusconi con la indicaci¨®n de que el cargo podr¨ªa ser asumido por el republicano Giovanni Spadolini, ha sido rechazada por Scalfaro, que ha asegurado que ¨¦l ser¨¢, en todo caso, el garante de los valores b¨¢sicos: la libertad y la unidad de la Rep¨²blica; la solidaridad social, con especial menci¨®n de los derechos de "los extranjeros que se encuentran leg¨ªtimamente en Italia"; y la paz, como objetivo de la pol¨ªtica exterior.
Esta intervenci¨®n redundante, por proceder del jefe de un Estado democr¨¢tico, se perfila directamente sobre los temores que infunden los tres componentes heterog¨¦neos del bloque que se dispone a asumir el Gobierno italiano. Es decir, una Liga Norte que amenaza la secesi¨®n, si no queda expedita su v¨ªa hacia el federalismo; un gran empresario con el casi monopolio de los medios audiovisuales privados y la promesa de transferir todo el poder fiscal a las autoridades locales; y un partido neofascista, que, antes de asumir una segura vicepresidencia del Gobierno, quiere ya discutir problemas derivados de las fronteras establecidas entre Italia y la antigua. Yugoslavia hace cincuenta a?os. Mientras anoche se buscaba un recurso de ¨²ltima hora para compensar, al menos, el problema de desconfianza internacional que puede generar un Gabinete trazado sobre esos ejes, Berlusconi ha contactado a pol¨ªticos de la anterior etapa como el ex presidente de la Rep¨²blica, Francesco Cossiga, y el radical Marco Pannella, con la sugerencia de que podr¨ªan entrar en el Gobierno. Ambos hombres pueden servir para completar el d¨¦ficit de votos que la actual mayor¨ªa relativa padece en el Senado.
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