La mayor minor¨ªa en EE UU en el 2010
Algunos t¨¦rminos del spanglish ya son cl¨¢sicos del idioma. Y del humor: "Te llamo para atr¨¢s" (de I'll call you back, te devolver¨¦ la llamada), "vacunar la carpeta" (de vacuum, pasar la aspiradora, y carpet, alfombra), "me liquea el rufo" (de leak, gotear, y roof, tejado), o "el Supertaz¨®n" (de Superbowl, Supercopa). "Cuando llegu¨¦, se me pon¨ªan los pelos de punta cada vez que escuchaba una expresi¨®n as¨ª", dice el mexicano Jacobo Sefam¨ª, de 36 a?os y profesor de literatura en espa?ol de la Universidad de Nueva York, "pero ahora veo el fen¨®meno con mucho inter¨¦s, desde el punto de vista ling¨¹¨ªstico y cultural".La complejidad de la expansi¨®n del espa?ol en Estados Unidos incluye entre sus principales aspectos los demogr¨¢ficos y econ¨®micos. Entre los primeros destacan los datos ofrecidos el pasado 21 de abril por la Oficina del Censo: hacia el a?o 2010 los hispanos sobrepasar¨¢n a los negros y se convertir¨¢n en el mayor grupo minoritario de Estados Unidos. Para el 2020 se prev¨¦ que los hispanos sean 51,2 millones, el 15,7% de la poblaci¨®n (el porcentaje actual es del 9,7%, frente al 12,5% de los negros, en una poblaci¨®n de 249 millones de personas en 1990).
El fen¨®meno demogr¨¢fico ha desencadenado otros asimismo importantes, como que el porcentaje de alumnos por idiomas en las escuelas p¨²blicas de EE UU sea de un 61,7% para el espa?ol, frente al 25,8% del siguiente, el en otra ¨¦poca poderoso franc¨¦s. En las universidades, el espa?ol se lleva el 45,1%, frente al 23% del franc¨¦s. En 1992 exist¨ªan ya tres cadenas de televisi¨®n en espa?ol, 350 peri¨®dicos y 331 radios frente a las 67 que hab¨ªa en 1976.
Jacobo Sefam¨ª es optimista, y considera que la unidad idiom¨¢tica que se transmite gracias a estos medios de comunicaci¨®n impedir¨¢ a corto y medio plazo una degeneraci¨®n del espa?ol hacia una jerga ininteligible.
Sefam¨ª hace hincapi¨¦ en los aspectos sociales relacionados con el espa?ol, como el hecho de que una comunidad con poder econ¨®mico y pol¨ªtico, como la cubana de Florida, se sienta orgullosa de hablar su idioma, frente a las de Tejas o California, menos influyentes. "Mucha gente en California sabe un poco de espa?ol para comunicarse con el personal dom¨¦stico; es una lengua que tiene que ver con los pobres y los oprimidos, sin prestigio cultural en comparaci¨®n con el franc¨¦s", dice.
Entre los hispanistas, la impresi¨®n es que el espa?ol en EE UU no tiene a¨²n un reflejo fuerte en la promoci¨®n de productos culturales m¨¢s elevados que los culebrones. Pero tambi¨¦n en esto existen algunos datos alentadores: la edici¨®n en espa?ol para el mercado norteamericano de Como agua para chocolate lleva vendidos m¨¢s de 42.000 ejemplares; y una cadena de librer¨ªas como Waldenbooks ha abierto desde 1990 secciones en espa?ol en 130 de sus tiendas.
Babelia
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