El Barcelona le receta vacaciones al campe¨®n

El Barcelona se coloc¨® en la posici¨®n del jefe y le aconsej¨® al Joventut, un estresado empleado, que dado su deplorable estado an¨ªmico, se tomara unas vacaciones. Una receta de las que tocan el amor propio, de las que acaban de echar por el suelo la moral del m¨¢s pintado. Pero el Joventut ven¨ªa de proclamarse campe¨®n de la Liga Europea, a costa del Barcelona. No pod¨ªa esperar mejor trato.El partido no existi¨®. Por un lado fue el Barcelona, a 100 por hora, dispuesto a no encajar una canasta f¨¢cil, a correr lo que fuera necesario. Por otro anduvo el Joventut n el sentido literal: anduvo. Si no hay velocidad, en las piernas y en las acciones, no hay rebote. Si no hay rebote, no hay posibilidad de poner la directa, a no ser que el rival falle mucho, much¨ªsimo. Cosa que no hizo el Barcelona.El partido fue lineal. El Barcelona tom¨® altura, 30-14, y no se dej¨® comer el terreno. Jam¨¢s el Joventut redujo la diferencia por, debajo de los 10 tantos. Smith recibi¨® un par de tapones y qued¨® intimidado para el resto. Villacampa no se quit¨® de encima en todo el partido a Epi. Ferr¨¢n jug¨® cuatro minutos iniciales tan deplorables que Obradovic le llev¨® al banquillo cogido de la oreja. Thompson ni las vi¨®. Antes de que transcurrieran diez minutos Obradovic ya hab¨ªa hecho gala de su equipo reversible: los cinco titulares al banco, los cinco reservas en pista.

El Barcelona ten¨ªa hambre. Al gran arranque de Roberts, majestuoso y glot¨®n con la cantidad de balones que le llegaron en carrera, Crowder, h¨¢bil en las penetraciones, y Massenburg, autoritario en los rebotes, se sumaron la aportaci¨®n de un banquillo que mantuvo la velocidad.