La falta de pruebas zanja el juicio por la muerte del doctor Rivero
Un tiro en la nuca y un m¨¦dico abatido. ?Qui¨¦n apret¨® el gatillo? El asesinato en verano de 1991 del ur¨®logo Eugenio Rivero pas¨® ayer a engrosar la lista de cr¨ªmenes sin resolver, cuando la vista p¨²blica que deb¨ªa celebrarse en la Secci¨®n Primera de la Audiencia de Madrid ni empez¨®. Momentos antes, la familia de la v¨ªctima abandon¨® el caso y retir¨® las acusaciones, las ¨²nicas que se manten¨ªan tras la decisi¨®n del fiscal de no inculpar a nadie. Esta sorprendente determinaci¨®n, dada a conocer casi tres a?os despu¨¦s de la muerte, agota el proceso y da v¨ªa libre -sin acusadores no hay acusados- a la absoluci¨®n de los cinco inculpados, entre ellos el c¨¦lebre cirujano Dionisio Ballesteros -a quien la familia consideraba hasta ayer inductor del asesinato, motivado supuestamente por los celos- y Juan de Dios Rueda, El Barb¨®, a quien se imput¨® la autor¨ªa del crimen.La causa de la inesperada marcha atr¨¢s -calificada por los defensores de "impresentable"- reside, en opini¨®n del letrado de la familia de Rivero, en la falta de pruebas para ganar el juicio y sostener airosamente una vista que, con unas 80 personas citadas, se presum¨ªa extenuante. Los abogados defensores a?adieron con la boca peque?a que el juicio pod¨ªa inmiscuirse tambi¨¦n en detalles sobre la vida privada del fallecido -viudo de 56 a?os y con una hija menor-, a quien se relacionaba con la esposa de Ballesteros.
Quedan de este modo sepultados casi tres a?os de investigaci¨®n y de imputaciones contra cinco personas, en torno a las cuales la Brigada de Homicidios, primero, y la familia de la v¨ªctima, despu¨¦s, tejieron una hip¨®tesis de conexiones basadas en indicios.
"No cab¨ªa otra salida que mi inocencia", manifest¨® ayer un envejecido Ballesteros mientras sal¨ªa escoltado de la Audiencia de Madrid. El cirujano, aunque parco en palabras, se mostraba ufano. Atr¨¢s quedaban los tiempos de detenci¨®n y de c¨¢rcel, en los que el juez y la polic¨ªa le relacionaron con El Barb¨®, un delincuente que ahora cumple una condena de medio siglo por el asesinato del bar El Parador.
PASA A LA P?GINA 3
"Nunca se conocer¨¢ al asesino de Rivero", dice el abogado de la familia de la v¨ªctima
VIENE DE LA P?GINA 1Fue al capturar a El Barb¨® por esa fechor¨ªa cuando los agentes descubrieron en su cartera un papel con el tel¨¦fono y el nombre de Ballesteros, el cirujano que trat¨® de c¨¢ncer al desaparecido alcalde Enrique Tierno Galv¨¢n.
Este hallazgo, al mes del crimen, resucit¨® una investigaci¨®n que parec¨ªa haber desembocado, aquel verano de 1991, en un callej¨®n sin salida. Se pincharon tel¨¦fonos, se reinici¨® la toma de declaraciones y se comprobaron cuentas bancarias.
De todo ello emergi¨® una nunca probada uni¨®n sentimental entre Rivero y la esposa de Ballesteros y una relaci¨®n entre el cirujano y El Barb¨® -explicada por la defensa de ambos como el trato entre paciente y doctor-. El m¨®vil de los celos relampagueaba en las mentes de los investigadores. Un resplandor que en manos de la familia se convirti¨® en una solicitud de pena para ambos de 29 a?os de c¨¢rcel. En todo este tiempo lo que no se ha encontrado es el arma que emple¨® El Barb¨® para el asesinato de Juan Francisco Li¨¦bana, de 39 a?os, en el bar El Parador (Hortaleza). Tampoco se ha descubierto la pistola ni los casquillos que se utilizaron para liquidar de un tiro en la nuca al ur¨®logo cuando iba a comprar unos churros. En medios jur¨ªdicos cercanos al caso se sostiene que su hallazgo podr¨ªa haber arrojado luz sobre la autor¨ªa del disparo.
El dedo en el gatillo
Ahora, sin embargo, la retirada de la acusaci¨®n particular no s¨®lo mete en el caj¨®n del olvido cientos de folios con el membrete judicial, sino que deja sin aclarar el punto m¨¢s importante del caso. ?Qui¨¦n mat¨® de un tiro en la nuca al doctor Rivero? La mano que la ma?ana del 9 de junio de 1991 apret¨® el gatillo sigue sin esposas. Y el desenlace judicial no hace sino agrandar el interrogante. "Posiblemente no se sepa nunca", remach¨® ayer el abogado de la familia de la v¨ªctima, Carlos Texidor, cuya acci¨®n ha acelerado el final del Juicio.
Texidor asumi¨® la acusaci¨®n hace menos de un mes en sustituci¨®n de su compa?ero de despacho Antonio Garc¨ªa-Pablos. Una de sus primeras intervenciones fue presentar un recurso de s¨²plica en el que ped¨ªa la anulaci¨®n parcial de las actuaciones. Se basaba el letrado en una supuesta indefensi¨®n creada por el hecho de que el escrito de acusaci¨®n provisional del fiscal hab¨ªa sido presentado "s¨®lo seis d¨ªas antes" de la apertura de la vista. La intenci¨®n del recurso era, seg¨²n explic¨® Texidor, modificar su acusaci¨®n -que tambi¨¦n incriminaba a la compa?era de El Barb¨®, Pilar S¨¢nchez, como encubridora, y a los hermanos Merinero, como c¨®mplices-, a la luz de la calificacion fiscal, que no inculpaba a nadie. La Audiencia rechaz¨® el recurso y el letrado present¨® su retirada. El resultado de esta maniobra fue el aplazamiento por un d¨ªa del inicio de la vista.
Ayer, sin embargo, el abogado apareci¨® con una nueva sorpresa: anunci¨® la renuncia de la familia Rivero a la acusaci¨®n y su abandono del caso.
Posible sobreseimientoAnte este nuevo rumbo, los jueces, tras deliberar toda la ma?ana, decidieron dar la vista por no celebrada. Con ello, la causa, abortado el juicio oral por falta de acusaci¨®n, qued¨® zanjada. La semana que viene, cerrado el plazo de alegaciones, se har¨¢ p¨²blica la decisi¨®n de la Audiencia de Madrid. Los letrados consultados se?alaron que los magistrados presumiblemente dictar¨¢n el sobreseimiento, lo que permitir¨¢ reabrir el caso si se descubren nuevas pruebas.
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