Holgado triunfo de los ex comunistas h¨²ngaros en la primera vuelta electoral
Los socialistas h¨²ngaros, ex comunistas y socialdem¨®cratas en la pr¨¢ctica, se alzaban a medianoche de ayer con el santo y la limosna en la primera vuelta de las elecciones generales. Escrutado casi el 80% de las papeletas, el partido de Gyula Horn obten¨ªa m¨¢s del 32% de los votos. Seg¨²n los datos facilitados en el abarrotado y sudoroso centro electoral instalado en el centro de Budapest, los liberales agrupados en la Alianza de Dem¨®cratas Libres les segu¨ªan con un 19,4%.
Los resultados parciales y no oficiales de esta primera ronda, con una participaci¨®n por encima del 65%, confirman en l¨ªneas generales los pron¨®sticos de las encuestas, entre los que se inclu¨ªa el desmoronamiento del gobernante Foro Democr¨¢tico. El partido derechista del primer ministro Peter Boross obten¨ªa anoche alrededor del 12% de los votos. El Foro emergi¨® de las elecciones de 1990 con m¨¢s del 42% de los sufragios.Si el 29 de mayo los votantes confirman en segunda vuelta los resultados apuntados ayer, el l¨ªder socialista Gyula Horn, que convalece en un hospital del accidente automovil¨ªstico que sufri¨® la semana pasada, se convertir¨¢ en el ¨¢rbitro de los destinos de Hungr¨ªa. La idea de una eventual coalici¨®n entre los comunistas reformados y los liberales de Gabor Kuncze -vale decir un c¨®ctel de centro izquierda- cobraba cuerpo anoche, aunque la experiencia de 1990 sugiere que puede haber sorpresas tras el toma y daca negociador de las pr¨®ximas tres semanas. El presidente h¨²ngaro, Arpad Goncz, pidi¨® juego limpio a los conten dientes durante este interregno.
Los dos partidos de derecha aliados en la coalici¨®n gobernante con el Foro Democr¨¢tico, Peque?os Propietarios y Democracia Cristiana, obten¨ªan respectivamente a medianoche el 8,6% y el 7,4%. Tambi¨¦n los J¨®venes Dem¨®cratas, otra rama liberal y fervientemente antisocialista, consegu¨ªan el 7,4%. S¨®lo los partidos que superan el 5% -se presentan hasta 15 en los comicios- obtienen representaci¨®n parlamentaria.
En estas elecciones se designan un total de 386 diputados mediante un empecatado sistema, ideado para los primeros comicios de 1990. Ciento setenta y seis esca?os se votan entre candidatos individuales, 152 en listas provinciales de los diferentes partidos y los 58 restantes en listas de ¨¢mbito nacional y en representaci¨®n proporcional.
Colas ante los colegios
Desde primeras horas de la ma?ana -a las seis se abrieron los colegios- los h¨²ngaros se apuntaron decididos a sus segundas elecciones libres en 50 a?os. En las primeras cinco horas ya hab¨ªa depositado su papeleta casi la mitad del censo, que ronda los ocho millones. En algunos centros de Budapest se formaron colas considerables, ayudadas por un tiempo benigno.En contra de la advertencia del ministro del Interior, las organizaciones de sondeos preguntaron a los electores a las salidas de los colegios por el sentido de su voto. Las quejas m¨¢s escuchadas se centraban en la situaci¨®n econ¨®mica, de la que la mayor¨ªa de los votantes responsabiliza al primer ministro Boross, que lo es s¨®lo desde hace cinco meses.
Las elecciones de 1990 que desalojaron al Gobierno reformador de Miklos Nemeth, transformado ya el partido comunista en Partido Socialista H¨²ngaro, alumbraron una contundente mayor¨ªa conservadora organizada en torno al Foro Democr¨¢tico, al frente del cual Joszef Antall gobern¨® hasta su muerte en diciembre pasado, en que tom¨® el relevo su desvaido lugarteniente Peter Boross, derrotado ayer.
La oposici¨®n perfilada entonces era la liberal, aglutinada en tomo a los Dem¨®cratas Libres que ahora dirige Gabor Kunzce. Los comunistas, que acababan de transformarse en socialistas, fueron arrojados a las tinieblas con un voto que no lleg¨® al 9%.
El m¨¦rito del l¨ªder socialista Gyula Horn ha sido llevar a aquel maltrecho partido, en el que los h¨²ngaros ve¨ªan hace cuatro a?os al comunismo travestido, a unos resultados electorales como los de anoche. Horn, que fue mec¨¢nico en la Siemens, estudi¨® econom¨ªa en la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica y es considerado por el pueblo como el mejor ministro de Exteriores desde que abriera en 1989 las puertas de su pa¨ªs a los refugiados de Alemania oriental. Adem¨¢s, es un claro admirador del proceso espa?ol de transici¨®n hacia un sistema democr¨¢tico.
Su partido, el Partido Socialista H¨²ngaro, ha prometido a los votantes un brebaje irresistible en este baqueteado pa¨ªs: toda la excitaci¨®n de la libertad de mercado, pero atemperada por un bienestar social vigilado desde el Gobierno. El capitalismo salvaje, en definitiva, ser¨ªa puesto en cuarentena por los pr¨®ximos dirigentes h¨²ngaros si no hay sorpresas tras la definitiva cita del 29 de mayo.
Espejismo econ¨®mico
La zona noble de Budapest ilustra bien el espejismo econ¨®mico. Sus abundantes Mercedes y BMW, sus restaurantes llenos y caros y su comercio boyante, se trate de ropa de marca o de electr¨®nica a la ¨²ltima -aqu¨ª tambi¨¦n hacen furor los tel¨¦fonos port¨¢tiles-, esconden una sociedad progresivamente dividida, unos barrios m¨¢s all¨¢, entre los pocos que cada vez tienen m¨¢s y los much¨ªsimos que se descalabran haciendo n¨²meros. La clase media de este pa¨ªs, la mas consistente de Europa oriental hace unos anos, no parece acomodarse a esta realidad.Para los numerosos pensionistas de 15 o 18.000 pesetas al mes o para los empleados p¨²blicos la vida ha ido claramente a peor durante los ¨²ltimos cuatro a?os, al viento de una inflaci¨®n que supera el 20%, de una ca¨ªda de la riqueza nacional del mismo porcentaje y de un creciente desempleo.
La exportadora Hungr¨ªa ha pagado un precio muy alto por el desmoronamiento de sus tradicionales mercados comunistas. Y este descubrimiento de que la libertad pol¨ªtica no es barata explica probablemente el sentido de la votaci¨®n de ayer.
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