Las Fuerzas Armadas planean ya desescalar su operaci¨®n por la dana en Valencia
Los 8.000 militares desplegados se reducir¨¢n gradualmente y se centrar¨¢n en tareas que no puedan hacer empresas civiles
Las Fuerzas Armadas planean ya la desescalada de la operaci¨®n militar puesta en marcha para hacer frente a los efectos de la dana que devast¨® buena parte de la provincia de Valencia y afect¨® a otras comunidades aut¨®nomas, como Castilla-La Mancha y Andaluc¨ªa, el pasado 29 de octubre. El repliegue, seg¨²n fuentes militares, no ser¨¢ completo ni inmediato, sino gradual y selectivo: los ej¨¦rcitos seguir¨¢n trabajando en aquellas localidades donde su presencia siga siendo necesaria, aunque el conjunto del despliegue se reducir¨¢ sustancialmente. Adem¨¢s, seg¨²n las mismas fuentes, los militares se centrar¨¢n en aquellos cometidos que no puedan realizar otras entidades p¨²blicas o privadas: entre ellas, la b¨²squeda de las tres personas que contin¨²an desaparecidas o la extracci¨®n de veh¨ªculos siniestrados, una operaci¨®n complicada y de riesgo que requiere maquinaria pesada y equipos especializados.
Desde que se produjo la riada, m¨¢s de 25.000 militares han participado en la primero llamada Operaci¨®n Utiel Requena, denominada as¨ª por ser comarca para la que el Gobierno valenciano requiri¨® ayuda, y luego renombrada como Operaci¨®n Valencia. En el momento ¨¢lgido de la misma llegaron a estar desplegados 8.500 militares simult¨¢neamente, que se han reducido en la actualidad a unos 8.000. Antes de Navidades se retir¨® el buque de proyecci¨®n estrat¨¦gica Juan Carlos I, que hab¨ªa sustituido al buque anfibio Galicia, y a finales de noviembre se hab¨ªan desactivado los cazaminas Sella y Duero, tras concluir la b¨²squeda en el mar, por lo que ya no queda ning¨²n barco de la Armada adscrito a la operaci¨®n.
La desescalada del dispositivo militar coincide con la decisi¨®n del Gobierno valenciano de rebajar el nivel de la emergencia. El presidente Carlos Maz¨®n anunci¨® el pasado jueves que solo 28 municipios de la provincia de Valencia se mantendr¨¢n en el nivel 2 (que se activa cuando la emergencia requiere para su resoluci¨®n de medios de la Administraci¨®n General del Estado), mientras que 75 bajar¨¢n al nivel 1 (cuando puede resolverse con los medios auton¨®micos o locales) y los 163 restantes dejar¨¢n de estar en situaci¨®n de emergencia. Fuentes militares explican que, aunque la declaraci¨®n del nivel 2 es imprescindible para que intervengan las Fuerzas Armadas, bajar al nivel 1 no supone la retirada autom¨¢tica de las tropas, aunque s¨ª refleja la mejor¨ªa de la situaci¨®n.
Seg¨²n muchos expertos, la situaci¨®n de la mayor¨ªa de los municipios afectados por la dana ya no se ajusta a lo que la Ley del Sistema Nacional de Protecci¨®n Civil de 2015 define como emergencia (¡°situaci¨®n de riesgo colectivo sobrevenida por un evento que pone en peligro inminente a personas o bienes¡±), sino que afrontan un largo y complicado proceso de recuperaci¨®n de la normalidad y reconstrucci¨®n.
Las fuentes consultas insisten en que no habr¨¢ una retirada total de las Fuerzas Armadas de Valencia. La ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha realizado numerosas visitas a esa comunidad aut¨®noma tras la dana, reiter¨® el pasado mi¨¦rcoles, durante la ¨²ltima de ellas, que no se abandonar¨¢ a su suerte a sus ciudadanos. ¡°Pueden contar con el Ej¨¦rcito espa?ol el tiempo que sea necesario para aquellas misiones que no pueda hacer la sociedad civil¡±, subray¨®. Fuentes gubernamentales admiten que, m¨¢s all¨¢ de la labor que hacen, la presencia de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y del resto de las Fuerzas Armadas tiene un valor psicol¨®gico y muchos alcaldes han expresado el temor a que su marcha reavive en las poblaciones afectadas la sensaci¨®n de abandono por parte del Estado que se vivi¨® en los primeros d¨ªas.
Mandos militares subrayan, sin embargo, que la operaci¨®n de Valencia ha obligado a interrumpir los programas de instrucci¨®n, adiestramiento y formaci¨®n en las unidades implicadas en el despliegue y que los efectivos de la UME deben estar disponibles para atender en otros lugares de Espa?a posibles emergencias propias de esta ¨¦poca del a?o, como las grandes nevadas.
Por su parte, las asociaciones profesionales de los militares coinciden en la necesidad de ¡°revisar¡± la tarea que est¨¢n desarrollando las Fuerzas Armadas en Valencia y advierten del riesgo de que los soldados sean empleados como mano de obra barata para labores que deber¨ªan acometer empresas p¨²blicas o privadas. ¡°Sinceramente, pensamos que, una vez pasada la emergencia inicial, estamos realizando tareas que se apartan de los cometidos propios de la profesi¨®n militar y deber¨ªan realizar otras entidades¡±, explica I?aki Unibaso, secretario general de AUME (Asociaci¨®n Unificada de Militares Espa?oles). Marco Antonio G¨®mez, presidente de ATME (Asociaci¨®n de Tropa y Mariner¨ªa Espa?ola), critica que muchos militares sigan durmiendo en tiendas de campa?a meses despu¨¦s de iniciarse el operativo y no cobren horas extras como los civiles que hacen el mismo trabajo. Tambi¨¦n denuncia problemas con el cobro de la dieta, que califica de ¡°muy exigua¡±, aunque reconoce que es superior a la que cobran cuando salen de maniobras.
Miquel Pe?arroya, teniente en la reserva y presidente de Asfaspro (Asociaci¨®n Profesional de Suboficiales), estima que la tarea de reconstrucci¨®n que hay que acometer en las zonas afectadas requiere capacidades de las que carecen las Fuerzas Armadas; mientas que Francisco Jos¨¦ Dur¨¢n Ba?os, cabo mayor y presidente de la Uni¨®n de Militares de Tropa (UMT), subraya que el despliegue por la dana afecta tambi¨¦n a los militares que se quedan en las unidades y no participan directamente en el mismo, ya que deben asumir una sobrecarga de trabajo para suplir a sus compa?eros desplazados.
Todas las asociaciones de militares pidieron en noviembre pasado una reuni¨®n extraordinaria del Coperfas (Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas), ¨®rgano asesor del Ministerio de Defensa donde se sientan los representantes profesionales de los uniformados, para abordar las condiciones de trabajo de los miliares que participan en la operaci¨®n, pero los responsables del departamento se negaron a ello alegando que se trataba de cuestiones operativas que est¨¢n vedadas a las asociaciones profesionales.
Desde el 29 de octubre, los militares han realizado m¨¢s 10.000 misiones en Valencia. Ni siquiera durante los d¨ªas festivos de la Navidad, el 25 de diciembre o el 1 de enero, dejaron de retirar escombros, achicar agua o extraer lodos, seg¨²n sus mandos. Han trabajado d¨ªa y noche en turnos de hasta 12 horas, con relevos cada 15 d¨ªas. Varios de ellos han resultado heridos o intoxicados en una operaci¨®n cuyo coste se cifra en cientos de millones de euros, pero nadie se atreve a aventurar todav¨ªa cu¨¢ndo podr¨¢n decir ¡°misi¨®n cumplida¡±.
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