Un 'sprinter' vence en los Lagos
Sorprendente victoria de Jalabert (la sexta), y Delgado supera a Z¨¹lle en la general
Despu¨¦s de la batalla entre la niebla todos los contendientes estaban contentos. Bueno, todos no. Roberto Torres maldec¨ªa el patinazo de una moto de la guardia civil delante de sus narices, cuando arrancaba con el ¨²ltimo aliento para arrebatarle la etapa a Jalabert. Pero los dem¨¢s, los que han hecho esta Vuelta, estaban contentos. ?Menuda batalla entre la niebla! Cada uno obtuvo el bot¨ªn que buscaba. Y cada uno desaprovech¨® una oportunidad.El l¨ªder, Tony Rominger, lucha por crearse su propio mito en esta Vuelta. Una victoria apabullante en una etapa tan le¨ªda como la de los Lagos habr¨ªa disparado su valoraci¨®n. Aunque todos la esperaran. El ONCE, que a fin de cuentas se llev¨® la etapa, perdi¨® un puesto en el podio. El Banesto, que coloc¨® a dos de los suyos, Zarrabeitia y Delgado, entre los tres primeros de la general, no pudo ganar la etapa. Entre el conformismo -cada uno a lo suyo, y si no molestamos a los otros, mejor- gan¨® un sprinter entre la niebla. Nadie busc¨® tocar en un terreno que hiciera cosquillas a los enemigos. El d¨ªa grande, en un puerto habituado a que en ¨¦l ganaran quienes se baten el cobre por la general, se resolvi¨® con el sexto triunfo de Jalabert y el asalto del Banesto al podio. Y Rominger que ya manda a Zarrabeitia m¨¢s all¨¢ de la frontera de los cinco minutos.
"M¨¢s vale un triunfo en los Lagos que un puesto en el podio", dec¨ªa por la ma?ana Manolo S¨¢iz, director del ONCE. "Y si los ataques de los m¨ªos para ganar la etapa hacen da?o a Z¨¹lle, pues lo siento. Me da lo mismo que acabe segundo o que acabe d¨¦cimo". M¨ªnguez, director del Banesto, tambi¨¦n explicaba lo suyo. "C¨®mo vamos a ir a ganar la etapa. Ya has visto lo que ha hecho Rominger al final: dejarlos a todos por detr¨¢s". "?Para qu¨¦ m¨¢s etapas?", dec¨ªa un inusualmente conformista Rominger. "Cinco ya son suficiente. Yo me he conformado con seguir rueda e ir c¨®modo controlando a los dem¨¢s".
Que un sprinter gane en los Lagos no desvirt¨²a la etapa, sino que prestigia al ganador. No es moco de pavo conseguir una media cercana a los 40 por hora. Una fuga de 14 consentida lleg¨® a pie de puerto con casi seis minutos. No mucho, pero suficiente. Esos seis minutos a otros se les quedaron en nada, pero a Jalabert le sobraron tres. El corredor franc¨¦s, adem¨¢s, no fue de oportunista, sino de fuerte. Marc¨® su propio ritmo de escalada. S¨®lo le aguant¨® Torres. Y una moto le asegur¨® m¨¢s la victoria.
La fuga fue consentida, pero por detr¨¢s se desarroll¨® un bonito juego t¨¢ctico. El Banesto marc¨® el ritmo. No tan fuerte como para acabar con la escapada y abrir el apetito al ogro Rominger, pero tampoco tan flojo como para que lo pudiera aguantar cualquiera. Hecha la selecci¨®n, se entr¨® en un gui¨®n ya habitual en esta Vuelta.: habitual ataque de Rinc¨®n -el gran favorito para la etapa- y habitual puesta a rueda de los de siempre: Rominger, Zarrabeitia, Z¨¹lle y Delgado. Nuevo ataque colombiano, y alguno que flaquea. Contraataque de Zarrabeitia -fuerte y mantenido, con fuerza, una vez recuperado del mal d¨ªa de la Demanda- y un cambio: Z¨¹lle se queda. El joven suizo., la gran espera a contra Rominger, no se recupera en la ¨²ltima semana, como estaba previsto por su planificador. Cada d¨ªa que pasa es una agon¨ªa. Ning¨²n movimiento, en la retaguardia puso en peligro a la vanguardia de Jalabert. Y entre medias la figura de Delgado. Otra vez maestro, otra vez inteligente. Cubri¨® las espaldas a su compa?ero Zarrabeitia. Y cuando vio que no estar¨ªa mal dejar a Z¨¹lle un poco m¨¢s tirado, lo hizo. Otro para el podio.
Leblanc y mec¨¢nicos
El franc¨¦s Luc Leblanc, el hombre que cedi¨® el maillot amarillo del Tour a Miguel Indur¨¢in en 1991, no las ten¨ªa todas consigo. Ni siquiera ve factible conseguir al final de la Vuelta el maillot blanco de la monta?a que luce por delegaci¨®n del l¨ªder, Tony Rominger. "Yo s¨®lo estoy aqu¨ª para intentar volver a alcanzar un nivel internaciona1% cuenta Leblanc, de 28 a?os y casado con una madrile?a. "He pasado un ¨²ltimo a?o mal¨ªsimo por culpa de una rodilla, de la que me he tenido que operar un par de veces".Esta Vuelta est¨¢ siendo la del reencuentro, para el ligero escalador franc¨¦s. Sufre todos los d¨ªas. M¨¢s de una etapa ha tenido que ser infiltrado en la rodilla. Pero ¨¦l no ceja. Se vac¨ªa en las contrarreloj y aguanta hasta el l¨ªmite en la monta?a. Aunque la inicie con pocos ¨¢nimos.
Ayer, antes de la salida en Santander, estaba sulfurado. "un 42, ?c¨®mo me montan un 42?", le gritaba a su mec¨¢nico. 42 es el n¨²mero de dientes que llevaba el plato peque?o que le hab¨ªan colocado en su bicicleta. Eso da lugar a un desarrollo bestial, s¨®lo apto para las piernas de Rominger y gente as¨ª. M¨ªnguez, que contemplaba la escena, se re¨ªa. "Si tienes buenas piernas, puedes con ¨¦l. Adem¨¢s, si quieres ganar, lo vas a necesitar para poder seguir a Rinc¨®n", le dec¨ªa con media carcajada el director del Banesto. Leblanc segu¨ªa con la mosca detr¨¢s de la oreja y tuvo que consultar con el or¨¢culo. Hasta que Ech¨¢varri no le confirm¨® que un 39 iba muy bien no respir¨® tranquilo el franc¨¦s.
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