M¨¢s ruido que nueces
Pas¨® sin pena ni gloria esta pel¨ªcula en el ¨²ltimo Festival de Berl¨ªn. El asunto que cuenta -no es atentar contra el espectador decir que se trata de un terrible accidente de aviaci¨®n visto desde dentro, pues esto se sabe desde las primeras im¨¢genes- es de los que tienen gancho para las grandes audiencias, ya que se presta a sacar de ¨¦l una pel¨ªcula tensa y emocionante, bien por perturbadora o bien por todo lo contrario: ver materializado en la pantalla un temor tan extendido puede tener efectos de los llamados cat¨¢rticos, liberadores del fantasma interior convocado.Pero el desarrollo de este buen asunto argumental tan s¨®lo a medias cumple lo que promete sobre el papel; y, junto a unas pocas escenas -por ejemplo, la del autom¨®vil- que enganchan, abundan las que dejan ver la falta de inspiraci¨®n y el artificio narrativo que encubre la pel¨ªcula.
Sin miedo a la vida
Direcci¨®n: Peter Weir. Gui¨®n: Rafael Yglesias, basado en su novela.Fotograf¨ªa: Allen Daviau. M¨²sica: Maurice Jarre. Estados Unidos, 1993. Int¨¦rpretes: Jeff Bridges, Isabella Rossellini, Rosie P¨¦rez, Tum Hulce, John Turturro. Estreno en Madrid: cines Palacio de la M¨²sica, T¨ªvoli, Aluche, Excelsior, Parquesur y Avenida de Legan¨¦s y Multicines La Dehesa.
Peter Weir es un competente y habilidoso cineasta australiano instalado en Hollywood, que tiene en su filmograf¨ªa una obra primeriza magn¨ªfica, El a?o que vivimos peligrosamente, y otra de su etapa norteamericana que, sin llegar a la altura de la anterior, merece y mucho la pena: Unico testigo.
El resto de su obra es de menor inter¨¦s y en lo que respecta a una de sus obras m¨¢s celebradas, El club de los poetas muertos, a medida que los a?os pasan por encima de ella, se pone de manifiesto que es una pel¨ªcula bien compuesta, pero hueca y por tanto muy sobrevalorada cuando se estren¨® y cosech¨® injustos premios a costa de otras mucho mejores. El tiempo trabaja como una carcoma contra ella y algo as¨ª es de temer que le ocurrir¨¢ tambi¨¦n a esta Fearless, que es otro globo hinchado, con mucho m¨¢s ruido -en este caso estruendo combinado con acordes m¨ªsticos y angelicales- que nueces.
Lo mejor y lo peor
Lo mejor de la pel¨ªcula son las presencias de una actriz puertorrique?a llamada Rosie P¨¦rez, que fue hace unas semanas candidata injustamente derrotada al Oscar a la mejor int¨¦rprete de reparto, y del veterano Jeff Bridges, que es siempre eficaz y de los que llenan la pantalla sin apenas esfuerzo, cosa que no consiguen los restantes due?os del reparto: Isabella Rossellini, Tom Hulce y John Turturro, que no transmiten ninguna convicci¨®n.Rosie P¨¦rez, en cambio, logra conmover y se intuye en ella un gran talento, que le puede hacer ocupar un lugar indiscutible en el mejor olimpo de Hollywood, que no es el de las estrellas sino el de los int¨¦rpretes de reparto, la gloriosa tradici¨®n de los secundarios encargados de dar la r¨¦plica a los mandamases de la pantalla. En este caso, la r¨¦plica de Rosie P¨¦rez a Jeff Bridges es tan contundente que s¨®lo el gran oficio, la veteran¨ªa y la fort¨ªsima presencia de ¨¦ste logran igualar y equilibrar su encuentro y di¨¢logo reciprocos.
El m¨¦rito de las vigorosas im¨¢genes del desastre a¨¦reo corresponde a la producci¨®n y al equipo de efectos especiales. Y, parad¨®jicamente, son estas im¨¢genes las que desenmascaran lo endeble del trabajo de Peter Weir, que pierde en ellas el pulso narrativo, se deja superar por la espectacularidad y, lo que es peor, incurre en una resoluci¨®n cursi y almibarada, con toques misticos de una superficialidad candorosa y casi tontorrona, del asunto. La inclinaci¨®n hacia los recursos de habilidad da?a de nuevo la imaginaci¨®n y el probado rigor del cineasta australiano, incapaz aqu¨ª de dar buen cuerpo a un gui¨®n irregular, cuya idea argumental es superior a sus personajes y a su desarrollo dram¨¢tico, que es arr¨ªtmico y facil¨®n, sobre todo a causa de la tramposa administraci¨®n, en forma de dosis progresivas, del espectacular flash-back, o rememoraci¨®n, de la escena fuerte, la del accidente: pura marruller¨ªa.
La pel¨ªcula obviamente se ve con facilidad. Y me temo que, pese a que quiere contar algo duro e inolvidable, tambi¨¦n se olvidar¨¢ con la misma facilidad.
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