Patrulleros de pico y pluma
Ocho halcones surcan Cuatro Vientos para evitar choques de aves y aviones
Mig surca el cielo de Cuatro Vientos, otea sobre las pistas del aeropuerto y se lanza en picado sobre el enemigo. De un picotazo la paloma cae derribada, mientras el cazador vuelve suavemente hacia el brazo de su maestro. Mig es uno de los ocho halcones que desde hace un mes sobrevuelan el aeropuerto de Cuatro Vientos para espantar bandadas de p¨¢jaros y evitar que choquen contra las avionetas que all¨ª operan.
"La construcci¨®n de autopistas en los alrededores ha empujado a las aves hacia este paraje, que no ha variado y que presenta condiciones inmejorables para su desarrollo: pastos y amplia visibilidad", explica Manuel Zugasti, responsable de Medio Ambiente de Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea (AENA).
El halc¨®n es el enemigo natural de las especies que suelen poblar los aeropuertos. Sisones, estorninos, urracas, avefr¨ªas o codornices pueden llegar a derribar un avi¨®n si chocan contra ¨¦l en pleno vuelo, aunque no es un fen¨®meno frecuente. El piloto puede perder la visibilidad por la mancha de sangre que deja un impacto sobre la cabina, o el motor quedarse sin potencia tras absorber una de estas aves. Seg¨²n la Organizaci¨®n de Aviaci¨®n Civil Internacional (OACI), en 1991 se produjeron 5.082 choques con aves en todo el mundo, 76 en Espa?a. Tras una batida matutina por la frontera entre Madrid y Alcorc¨®n, Mig recibe su recompensa: devora la pieza cobrada. Aunque la sola presencia del halc¨®n basta para espantar a otras aves, aqu¨¦l tiene que hacer blanco de vez en cuando para no dejar de asustar.
El equipo de halcones de Cuatro Vientos, dirigido por el maestro halconero Isa¨ªas Mart¨ªn, es el octavo que se pone en marcha en aeropuertos espa?oles y el primero itinerante.
M¨¢quinas mortales
Acudir¨¢ donde se requieran los picotazos de Mig y sus colegas, entre los que se cuentan halcones peregrinos (de raza espa?ola), gerifaltes (del ¨¢rtico) -o de Harris (norteamericanos). "Si son capaces de cobrar piezas con los fuertes vientos que corren aqu¨ª podr¨¢n actuar como m¨¢quinas en cualquier otro lugar", aventura Mart¨ªn.En 19 de los 38 aeropuertos espa?oles las aves provocan molestias a las aeronaves. Adem¨¢s de los equipos fijos de halconeros (presentes en los aeropuertos de Barajas, Granada, Ibiza, M¨¢laga, Sevilla, Tenerife Sur y Vigo), se emplean otros m¨¦todos para mantener despejadas las pistas, como los cartuchos de fogueo y los gritos de alarma de las propias aves reproducidos por megafon¨ªa. La caza a escopetazos ha quedado desechada, aunque todav¨ªa se emplea de forma puntual, como en el aeropuerto de Gerona, donde en determinadas ocasiones un n¨²mero reducido de, cazadores elimina a las perdices que all¨ª anidan.
En el aeropuerto de Barajas, el aterrizaje y despegue diario de cientos de aviones obliga a mantener desde 1969 una plantilla fija de halcones. All¨ª, un grupo formado por medio centenar de sisones acechan cualquier descuido para hacerse fuertes en la plaza. "No nos podemos descuidar o esta bandada, que es ya, fija en el aeropuerto, podr¨ªa llegar a anidar y atraer' a m¨¢s ejemplares", indica Manuel Zugasti.
Pero en el aeropuerto existe otra pantalla natural que mantiene a raya a los posibles invasores de aeronaves. Una reserva natural formada por un pinar y una laguna donde viven azores, garzas reales, conejos, ardillas, gatos monteses, patos, fochas, martinetes y hasta loros escapados de sus jaulas. Al parecer, est¨¢n all¨ª tan a gusto que jam¨¢s se aventuran por las pistas de Barajas.
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