La Liga est¨¢ enamorada del Barca
La Liga est¨¢ enamorada del Barcelona. No quiere separarse del club azulgrana. Flirtea con todo el mundo, pero al final acaba en los brazos del colectivo que lidera Johan Cr¨²yff, que tiene todos los hados a favor. El t¨¦cnico holand¨¦s lleva camino de ser santificado por los seguidores de una religi¨®n, el barcelonismo, cada vez con m¨¢s adeptos. Sus ap¨®stoles, los jugadores, tambi¨¦n han hecho m¨¦ritos para la beatificaci¨®n y el Camp Nou puede convertirse en un nuevo santuario que haga la competencia a los m¨¢s concurridos del mundo.La hinchada cul¨¦ fue realista en los dos a?os anteriores y pidi¨® lo imposible. Y el Bar?a consigui¨® el t¨ªtulo. Ayer sucedi¨® lo mismo, pero de una forma tan incre¨ªble como cierta. Nunca un final de Liga tuvo un desenlace tan apasionante y cargado de adrenalina. Quien anoche super¨® las emociones que le llegaban desde Riazor y el Camp Nou puede estar tranquilo: su coraz¨®n lo aguantar¨¢ todo hasta que se produzca el hecho biol¨®gico.
El Bar?a, como los grandes campeones ciclistas, ha demostrado tener un coraz¨®n prodigioso para sostener un prolongado sprint con el Deportivo. Las posibilidades de adjudicarse por cuarta vez consecutiva el t¨ªtulo pasaban ineludiblemente por la victoria frente al Sevilla, y la consigui¨® tras remontar en dos ocasiones un marcador adverso. Despu¨¦s se limit¨® a esperar el desenlace del lanzamiento del penalti en La Coru?a. Tuvo toda la suerte del mundo, pero la estuvo buscando desde que un d¨ªa se dispararon sus mecanismos de seguridad al encajar seis goles en Zaragoza.
Con las maletas. preparadas para viajar a Atenas, ayer daba la impresi¨®n de que el viol¨ªn azulgrana ten¨ªa demasiadas cuerdas. Desafin¨® durante todo el primer acto, y parte de la culpa la tuvo un Sevilla bien plantado sobre el campo que lleg¨® a Barcelona dispuesto a echar una mano al Deportivo, no por mero profesionalismo como el Valencia, sino porque se jugaba los laureles europeos.
Ausente Koeman de la alineaci¨®n inicial por decisi¨®n t¨¦cnica, el grupo azulgrana durante muchos minutos perdi¨® su habitual capacidad para razonar, decidir y actuar. S¨®lo Laudrup manten¨ªa la clarividencia en un ambiente electrizado. El dan¨¦s, que quiz¨¢ ayer jug¨® su ¨²ltimo partido en el Camp Nou con la camiseta azulgrana, acept¨® el reto de Cruyff y seren¨® a sus compa?eros con su juego preciosista y sus quiebros de cintura desde la banda izquierda.
A partir del gol de Stoichkov, cinco minutos despu¨¦s del descanso, el Bar?a volvi¨® a ser el Stradivarius de siempre y la mejor nota la proporcion¨® Romario. El brasile?o, fiel a su costumbre, hab¨ªa permanecido hasta entonces escondido entre la defensa sevillista. Se revolvi¨® como un reptil y su picadura fue letal. Por si esto fuera poco, cumpli¨® con lo que prometi¨®: 30 goles y el galard¨®n de m¨¢ximo realizador del campeonato. Hizo lo justo y necesario para qu¨¦ el barcelonismo volviera a acariciar la posibilidad de conseguir la cuarta Liga consecutiva.
Faltaban a¨²n 20 ag¨®nicos minutos y, con el Sevilla en pleno estertor, todo el mundo peg¨® su o¨ªdo al transistor esperando que se produjera nuevamente el milagro, que el Valencia ejerciera de Tenerife. Pero el destino quiso que el coru?¨¦s Djukic y el guardameta valencianista Gonz¨¢lez fueran los protagonistas del ¨²ltimo acto.
Despu¨¦s, la locura, el ¨¦xtasis y la invasi¨®n de un c¨¦sped que anoche mismo comenz¨® a levantarse para iniciar las obras de reforma del Camp Nou. Una empresa que parece tener hilo directo con los dioses iniciar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas su comercializaci¨®n. Los responsables del estadio ol¨ªmpico de Atenas, donde el mi¨¦rcoles el Barca disputar¨¢ la final de la Copa al Milan, quiz¨¢ podr¨ªan tener en cuenta este detalle. Pero primero deben consultar a Cruyff.
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