Desaf¨ªo haitiano

EN EL momento en que las Naciones Unidas y el Gobierno de EM UU se deciden a tomar medidas para favorecer el retorno a Hait¨ª del presidente democr¨¢ticamente elegido, Jean-Bertrand Aristide, el general C¨¦dras ha decidido nombrar un nuevo presidente en la persona de Emile Jonassaint, un juez de 81 a?os que es presidente de la Corte Suprema. Tal decisi¨®n es un desaf¨ªo a la comunidad internacional y sobre todo al Gobierno de Clinton, que ha adoptado ¨²ltimamente una actitud m¨¢s cr¨ªtica hacia la banda militar que gobierna en Hait¨ª. Esa designaci¨®n caprichosa de un presidente ha tenido una acogida de rechazo y escepticismo entre la poblaci¨®n de la isla. El primer ministro en funciones, Robert Malval, ha declarado que es ilegal y que ¨¦l no reconoce ese acto, contrario a la Constituci¨®n. En cuanto a los Gobiernos extranjeros, y concretamente la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), la condena ha sido rotunda.El pr¨®ximo s¨¢bado expira el ultim¨¢tum de la ONU: si antes de esa fecha los militares no abandonan el poder, entrar¨¢n en vigor dr¨¢sticas medidas que refuerzan el embargo econ¨®mico, especialmente en relaci¨®n al petr¨®leo y las armas. Los expertos consideran insuficientes esas medidas, especialmente si no van acompa?adas de una amenaza seria de intervenci¨®n militar. La adopci¨®n por Clinton de una pol¨ªtica m¨¢s en¨¦rgica en las ¨²ltimas semanas, concretamente poniendo fin a la devoluci¨®n autom¨¢tica a Hait¨ª de los refugiados que se escapaban en barco en busca de pan y libertad, responde a una presi¨®n seria de la opini¨®n p¨²blica. En su campa?a electoral, Clinton se hab¨ªa comprometido a poner fin a esa pr¨¢ctica odiosa, que era la que aplicaba Bush. Pero la hab¨ªa mantenido hasta ahora.

El embargo ha sido ineficaz. Desde la Rep¨²blica Dominicana llega todo el petr¨®leo que necesitan las familias ricas y los servicios militares. Los que sufren del embargo son los pobres. Por otra parte, las familias de los altos mandos militares siguen teniendo toda clase de facilidades para viajar a Estados Unidos. Si ahora se quiere actuar con eficacia y dar a las sanciones una operatividad real hace falta poner un control efectivo con fuerzas de la OEA o de otra forma, en la frontera de Hait¨ª con la Rep¨²blica Dominicana. Y hacer a este pa¨ªs una advertencia muy seria de aplicarle tambi¨¦n sanciones si no pone fin a su pol¨ªtica de fronteras abiertas para ayudar a la dictadura de C¨¦dras.

Urge tambi¨¦n poner fin a los vuelos entre Hait¨ª y Estados Unidos o ciualquier otro pa¨ªs, para dar seriedad al embargo, de forma que ¨¦ste afecte a los grupos olig¨¢rquicos que sostienen a la dictadura. Tal embargo deber¨¢ combinarse con una pol¨ªtica generosa de ayuda por parte de EE UU a los refugiados que abandonan la isla, y asimismo en un plano m¨¢s general, con un sistema de ayudas humanitarias por organizaciones internacionales para aliviar a la poblaci¨®n.

Queda el terna de la intervenci¨®n militar. Clinton ha dicho que no la descarta. Pero en el continente americano tan s¨®lo Argentina apoya abiertamente esa hip¨®tesis y el propio ex presidente Bush, que invadi¨® Panam¨¢, la ha desaconsejado. Ello ha envalentonado al dictador general C¨¦dras, que amenaza con una "feroz resistencia" si la intervenci¨®n se produce. De momento, en todo caso, lo prioritario para la comunidad internacional es que un embargo total coloque a C¨¦dras y a su junta militar en una situaci¨®n insostenible.