?Qui¨¦n teme al vinilo?
Algunos Gobiernos europeos y organizaciones ecologistas acosan al PVC como el pl¨¢stico m¨¢s contaminante
Nuevo foll¨®n industrial ambiental. Dinamarca acaba de anunciar su decisi¨®n de eliminar el PVC - cloruro de polivinilo, o simplemente vinilo- en los envases y embalajes. Otros pa¨ªses como Su?za y Austria tambi¨¦n han adoptado alg¨²n tipo de restricciones a este material, usado por ejemplo, en las botellas de agua mineral y aceite. La poderosa industria del pl¨¢stico ha puesto el grito en el cielo por este ataque frontal a -uno de sus productos estrella (seg¨²n datos de los propios fabricantes, es ahora mismo el segundo pl¨¢stico que m¨¢s se fabrica; unos cinco millones de toneladas por a?o en Europa); m¨¢xime cuando ha emprendido una fuerte campana para convencer a la opini¨®n p¨²blica de que la salida ideal para los pl¨¢sticos usados es, mejor que reciclarlos, incinerarlos, aprovechar su poder energ¨¦tico. En los ¨²ltimos meses, las revistas espa?olas han ofrecido p¨¢ginas a todo color con un lema sencillo y directo: "El PVC es ecol¨®gico". Entre otros argumentos se recalca que su materia prima es algo bien natural: el petr¨®leo.El vinilo resulta extraordinariamente vers¨¢til. Se utiliza en l¨¢minas transparentes para envolver alimentos, tarjetas de cr¨¦dito, discos, juguetes, marcos de ventanas y puertas, tuber¨ªas y desag¨¹es, persianas y cortinas de ducha, suelos, carpetas, bol¨ªgrafos, autom¨®viles, imitaci¨®n de piel, muebles de jard¨ªn...
Dinamarca hab¨ªa propuesto que la prohibici¨®n se extendiera a toda la UE; pero la Comisi¨®n Europea lo rechaz¨®, seg¨²n informa la agencia AFP. El ministro dan¨¦s de Medio Ambiente,Svend Auken, se?al¨® que se va a poner en marcha una ecoetiqueta para informar a los consumidores de los productos que, est¨¢n libres de PVC. Y explic¨® que ya en 1990 el Gobierno dan¨¦s y la industria del pl¨¢stico firmaron un acuerdo para ir eliminando progresivamente el PVC y sustituirlo por sustancias "menos peligrosas". "Un acuerdo as¨ª, una iniciativa de la industria privada por un ambiente limpio es tan in teresante que no puede ser rechazada por la UE".
Las organizaciones ecologistas est¨¢n frot¨¢ndose las manos por lo que supone esta cruzada contra el PVC: M¨¢s que el detalle de un pa¨ªs peque?o pero pionero en muchos asuntos ambientales, resulta un precedente muy significativo. Greenpeace ha dedicado una de sus ¨²ltimas bullangueras campa?as internacionales a arremeter contra el PVC, sobre todo en Alemania -poderoso pa¨ªs de la industria qu¨ªmica-.
Para Greenpeace, el proceso de fabricaci¨®n de PVC es "una de las industrias m¨¢s t¨®xicas"; porque produce m¨¢s cloro que ninguna. El gas cloro se asocia con el carbono y crea compuestos organoclorados, "compuestos tan extra?os en los sistemas naturales que los organismos naturales no 'saben c¨®mo hacerles frente cuando entran en el ecosistema", dicen.
En Espa?a, la Coordinadora de Organizaciones d¨¦ Defensa Ambiental (CODA) tiene a toda la industria del cloro como una de sus bestias negras. No es asunto s¨®lo de ecologistas. El presidente de EE UU, Bill Clinton, ha encargado un estudio riguroso sobre los riesgos reales que entra?a toda la industria del cloro y las opciones de sustituci¨®n. El cloro est¨¢ presente, no s¨®lo en el PVC, sino en la mayor¨ªa de los procesos para blanquear el papel que han contaminado los r¨ªos, en los famosos CFC's que han da?ado la capa de ozono y ahora est¨¢n dej¨¢ndose de fabricar, y en plaguicidas -la mayor¨ªa prohibidos ya por la UE por entra?ar serios riesgos para la salud- El PVC acapara la tercera parte del cloro producido en el mundo.
Jacques Desarnauts, experto franc¨¦s de la industria del pl¨¢stico, defiende con u?as y dientes todo lo contrario. Dice que el consumo de pl¨¢stico es se?al inequ¨ªvoca de progreso; y da alg¨²n dato: "En Egipto, en los a?os setenta y ochenta se ech¨® a perder el 31% de la carne y el 29% de las legumbres durante las etapas previas al consumo. ?Raz¨®n? Los alimentos no estaban adecuadamente embalados. Un buen embalaje significa m¨¢s salud y menos p¨¦rdidas. No es cierto que lo m¨¢s ecol¨®gico son los productos a granel. La campa?a desatada ¨²ltimamente contra los productos envasados es simplista y demag¨®gica". Ramiro Casta?¨®n, director de la Fundaci¨®n Espa?ola de los Pl¨¢sticos para la Protecci¨®n del Medio Ambiente, aporta m¨¢s cifras: "En 1960, cada espa?ol consum¨ªa un kilo de pl¨¢sticos por a?o. En 1992, consumi¨® 59. En Estados Unidos consumen 108; en Alemania, 118; y en B¨¦lgica, 152. Est¨¢ claro que hay un paralelismo entre desarrollo y consumo de pl¨¢stico".
Otro frente de ataque de los ecologistas es la dif¨ªcil eliminaci¨®n de la basura de PVC. Greenpeace opina que es pr¨¢cticamente imposible reciclarlo y destaca la peligrosa contaminaci¨®n que produce al ser incinerado: "Emite dioxinas y furanos, elementos cancer¨ªgenos. Las dioxinas afectan al desarrollo fetal y al sistema inmunitario".
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