Querido quiosco

M¨¢s de mil trescientos vecinos de Vallecas han escrito su firma al pie de un pliego en el que formulan una petici¨®n: que cese el cerco administrativo municipal sobre la terraza cultural La Cita. Se trata de un quiosco de planta poligonal, muros rosados y clima acogedor, enclavado en la parte alta del parque Azor¨ªn, eI m¨¢s veterano de los jardines de Vallecas.Gentes de tercera edad, amas de casa, j¨®venes y adolescentes, en n¨²mero de 1.308, aseguran en su pliego de r¨²bricas que el quiosco da anualmente empleo a 10 trabajadores, desarrolla actividades de animaci¨®n cultural y de defensa ecol¨®gica del parque, brinda servicios ¨²tiles en el barrio -al que vivifica- y cumple una funci¨®n social de primera magnitud. Por ello, solicitan que las autoridades municipales abandonen el marcaje al que someten a la terraza.

Fernando Medina, de 34 a?os, y Mayka Bellido, de 28, dirigen la Sociedad An¨®nima Laboral que regenta la terraza cultural La Cita. Por su quiosco desfilan anualmente miles de vallecanos que, por unas 300 pesetas, pueden asistir a veladas musicales, cine de verano, gui?ol infantil, petanca y otras actividades. Comenzaron en 1987 con una caseta de madera en la que resistieron hasta 1990, aguardaron un a?o para obtener financiaci¨®n y edificaron el quiosco que ahora defienden con u?as y dientes apoyados por un colectivo que se autodenomina GTM (Gente Te¨®ricamente Maja).

Medina y Bellido son los titulares de la concesi¨®n municipal, otorgada en 1992 para 10 a?os. Por ella pagan un canon anual de 736.000 pesetas. Pese a la cuota, el negocio resultar¨ªa rentable de no ser por las trabas que, a juicio de los titulares, interpone en su camino la concejal Elena Utrilla, del Partido Popular.

"Se nos somete a constantes inspecciones; se nos obliga a suspender el servicio de comidas, tan necesario en un barrio como el nuestro, y se truncan las posibilidades de desplegar actividades culturales", dice Medina con indignaci¨®n. "Entretanto, en el entorno no ponen atenci¨®n, alguna. La ¨²ltima pasada ha sido la notificaci¨®n de una sanci¨®n de 85.000 pesetas por haber apilado dos barriles, ?dos!, de cerveza en la parte trasera del quiosco, por no homologar el toldo, por exceder el per¨ªmetro de la terraza...". Mayka Bellido se lamenta: "no puedo explicarme esta persecuci¨®n".

La concejal Elena Utrilla asegura, por su parte, que no hay tal persecuci¨®n: "Tengo m¨²ltiples quejas de vecinos que han acudido a m¨ª durante el verano porque se hallaban hartitos ya del ruido y de otros problemas. No me meto en si la gente que va all¨ª se lo pasa bien o mal. Lo ¨²nico que se pide es que el quiosco cumpla la normativa fijada para este tipo de establecimiento. Cuando la cumpla, nadie va a molestar m¨¢s a sus propietarios", dice la concejal. Sin embargo, "de seguir as¨ª las cosas, pueden perder la concesi¨®n", asegura Jos¨¦ Luis Izquierdo, jefe de la Oficina Municipal de la Junta de Vallecas.

Un refr¨¢n en lat¨ªn reza summus ius, summa iniuria, que podr¨ªa interpretarse como que una aplicaci¨®n muy estricta del Derecho Puede convertirse en flagrante injusticia. La autoridad municipal s¨®lo contempla la primera parte del aserto. Mil trescientos vecinos del barrio de Vallecas creen que ¨²nicamente rige la segunda.