?Y en Marruecos qu¨¦ pasa?
Por su historia y por la naturaleza del sistema mon¨¢rquico, este pa¨ªs magreb¨ª vive el problema islamista de otra manera
Cada vez que se hace alusi¨®n a Argelia y a la tragedia que vive se plantea la pregunta: &y en Marruecos qu¨¦ pasa? ?Existe all¨ª una amenaza islamista? -Si Argelia cae y se convierte en una rep¨²blica isl¨¢mica, ?se ver¨¢ Marruecos arrastrado por la misma tormenta o se librar¨¢ de ella? Son preguntas que se formulan m¨¢s a prop¨®sito de Marruecos que de T¨²nez, que supo poner r¨¢pidamente fuera de juego a los adversarios pol¨ªticos d¨¦ car¨¢cter religioso. Hay unos 3.000 islamistas en las prisiones tunecinas y otros tantos en el exilio. Pero como dice uno de sus jefes en el extranjero, "el tiempo y Argelia juegan a nuestro favor". El Gobierno de Ben Al¨ª ha empleado el m¨¦todo fuerte y radical: detenciones"- interrogatorios en¨¦rgicos, procesos y encarcelamiento.Marruecos, por su historia y por la naturaleza del sistema m 6n¨¢rquico, vive el problema islamista de otra manera. Para empezar, este pa¨ªs ha tenido siempre cofrad¨ªas religiosas que profundizan en el estudio y la interpretaci¨®n del islam. Hay una tradici¨®n de islamismo en sentido amplio y, sobre todo, apol¨ªtico. Estas cofrad¨ªas son numerosas y est¨¢n divididas. Todas se reconocen en el islam malequ¨ª (la pr¨¢ctica que profesa oficialmente Marruecos), pero discrepan en algunas interpretaciones te¨®ricas. Jam¨¢s han constituido amenaza alguna para el orden p¨²blico, y menos a¨²n para el r¨¦gimen pol¨ªtico. Se distinguen por detalles de pr¨¢ctica y por la personalidad de sus l¨ªderes.El verano de 1974 conoci¨® un fen¨®meno nuevo: un inspector de ense?anza primaria, Abdesalam Yas¨ªn, hombre culto y biling¨¹e (franco¨¢rabe), se encerr¨® -en su casa de Marraquech, a pesar del calor, y escribi¨® una larga carta al rey de Marruecos. Titul¨® esta misiva de 114 p¨¢ginas El islam y el diluvio. Carta abierta al rey de Marruecos. Hizo un centenar de copias y las remiti¨® a intelectuales pol¨ªticos y, por supuesto, al jefe del Estado, el rey Hassan II. Omiti¨® recordar que el rey es al mismo tiempo comendador de los creyentes (emir Al Mumin¨ªn) y descendiente del Profeta (Ch¨¦rif). Pero en el texto le dec¨ªa que ¨¦l tambi¨¦n era un ch¨¦rif, sin por ello poner en cuesti¨®n la legitimidad del monarca. Le dec¨ªa que estaba rodeado de malos conocedores del islam y que deb¨ªa recuperar la autenticidad del mensaje cor¨¢nico.No se interpuso ninguna acusaci¨®n contra el autor de esta carta, a pesar de la gravedad de las palabras utilizadas y, sobre todo, de la impertinencia del gesto. No obstante, Abdesalani Yas¨ªn fue enviado a un manicomio durante unos meses. Su carta no defend¨ªa la violencia ni la acci¨®n terrorista. Dec¨ªa enseguida que "jam¨¢s la violencia ser¨¢ una estrategia ni la mentira una t¨¢ctica". Este antiguo profesor estaba influido por el fundador del movimiento islamista paquistan¨ª Mawdudi (1903-1979) y se meti¨® en una cofrad¨ªa suf¨ª (m¨ªstica) en1969. Para ¨¦l se trataba de "despertar las conciencias y no de destruir a los hombres",. Escribi¨®: "Nuestro objetivo es cambiar la mentalidad, la moralidad, as¨ª como a las personas... Hay que regresar a un islam lo bastante s¨®lido, lo bastante aut¨¦ntico, como para servir de base para la construcci¨®n de una sociedad nueva". En otras palabras lo que el propon¨ªa al rey era modernidad y no modernizar el islam". -E
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