Paesa, investigado por la 'trama GAL', medi¨® entre Rold¨¢n y Angola en un caso de tr¨¢fico de armas

Francisco Paesa, exonerado en 1991 por los jueces de su relaci¨®n con la trama de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n), particip¨® con Luis Rold¨¢n, ex jefe de la Guardia Civil, en los preparativos de una importante operaci¨®n de tr¨¢fico de armas para Angola. El propio Paesa reconoce que, en octubre de 1992, se puso en contacto con Rold¨¢n en busca de posibles canales de ayuda militar para Angola, pese a que en aquellos d¨ªas exist¨ªa una prohibici¨®n intemacional de vender armas a ese pa¨ªs. Rold¨¢n, adem¨¢s, hizo llegar a Paesa una copia de un informe secreto hecho por militares espa?oles sobre la necesidades armament¨ªsticas del Gobierno angole?o. Paesa dice que el informe le lleg¨® a trav¨¦s de la embajada angole?a en Madrid. Otras fuentes aseguran que se le envi¨® a trav¨¦s del despacho del ex director para la Seguridad, Juli¨¢n Sancrist¨®bal.

Los proleg¨®menos de las iniciativas de Rold¨¢n con respecto a Angola (ver EL PA?S del pasado 15 de mayo) se sit¨²an en septiembre de 1992, mes en que se celebraron en ese pa¨ªs africano unas elecciones que dieron el triunfo a Eduardo dos Santos, l¨ªder del MPLA, (Movimiento para la Liberaci¨®n de Angola). Su rival, el l¨ªder de UNITA, Jonas Savimbi, no acept¨® los resultados y sus tropas comenzaron a hostigar a las fuerzas gubernamentales.A finales de octubre, Paesa acudi¨® a la Direcci¨®n de la Guardia Civil vestido con una gabardina, seg¨²n fuentes de este instituto, y acompa?ando al ministro de Asuntos Exteriores de Angola, Van Dunen Lois, quien habl¨® largamente con Rold¨¢n sobre la situaci¨®n en Angola y sus problemas de seguridad. Paesa comenta que entonces era asesor de Dos Santos y que actuaba como embajador especial de Angola ante Israel. Admite que prepar¨® el encuentro entre Rold¨¢n y Lois, pero niega haber acudido con ¨¦ste a la Direcci¨®n General de la Guardia Civil.

Quienes mantienen que Paesa s¨ª estuvo en la citada direcci¨®n general indican que tal presencia no s¨®lo no pas¨® desapercibida sino que caus¨® inquietud entre varios mandos del instituto. El expr¨®fugo Francisco Paesa hab¨ªa sido buscado durante a?os por el juez Baltasar Garz¨®n, a quien finalmente se entreg¨® el 8 de octubre de 1991, y se acord¨® archivar su procesamiento. Un pasaporte diplom¨¢tico de Santo Tom¨¦, de cuyo pa¨ªs era embajador ante la sede de la ONU en Ginebra, le hab¨ªa permitido evadir la acci¨®n de la justicia.

S¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s del mencionado encuentro con Rold¨¢n, ¨¦ste orden¨® al general del Ej¨¦rcito Carlos Rubio, destinado en la Guardia Civil, que viajara a Angola al frente de una delegaci¨®n militar para elaborar sobre el terreno un informe sobre la situaci¨®n del pa¨ªs y las necesidades materiales de las fuerzas armadas angole?as.

Encuentro con Dos Santos

El general, acompa?ado de los tenientes coroneles Jos¨¦ Piris y Atilano Hinojosa, sali¨® para el pa¨ªs africano el 18 de noviembre, seg¨²n recuerda Paesa. Paesa precisa que ¨¦l mismo recibi¨® en el aeropuerto angole?o a la delegaci¨®n militar espa?ola. Los tres militares permanecieron una decena de d¨ªas en Angola y mantuvieron un encuentro con Dos Santos en presencia de Paesa, seg¨²n recuerda ¨¦ste. En aquellas mismas fechas, seg¨²n comentan fuentes diplom¨¢ticas y reconoce Paesa, ¨¦ste viajaba continuamente a Suiza -pa¨ªs frecuentado por Rold¨¢n-, la URSS y Par¨ªs para reclutar pilotos y expertos militares sovi¨¦ticos para Angola.

Paesa s¨®lo admite que habl¨® con Rold¨¢n una o dos veces cuando ¨¦ste abandon¨® el cargo por problemas econ¨®micos pendientes (150 millones de pesetas) entre Rold¨¢n y amigos de Paesa.

A su regreso a Espa?a, el general Rubio redact¨® un amplio documento, de unos 60 folios,, que lo dividi¨® en tres partes por expresa indicaci¨®n de Rold¨¢n. La primera parte, seg¨²n Francisco Paesa, describ¨ªa la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica del conflicto interno en Angola; en la segunda recog¨ªa sus impresiones personales sobre la posible evoluci¨®n de los acontecimientos y el papel de los l¨ªderes angole?os; la tercera era un inventario de las armas que necesitaba el gobierno de Dos Santos para hacer frente a Savimbi.

En el inventario se recog¨ªan las armas que necesitaba Angola para una primera fase del conflicto: veh¨ªculos blindados de transporte (BMRs), morteros, ametralladoras pesadas, transmisores, ca?ones contracarro sin retroceso, minas antipersonal... S¨®lo esta relaci¨®n de armas fue valorada entonces en algo m¨¢s de 200 millones de d¨®lares (unos 22.000 millones de pesetas de la ¨¦poca). Paesa sugiri¨® al propio Rubio que realizase tal valoraci¨®n para, seg¨²n indica, afinar los costes reales del material e impedir la tradicional mordida en estas operaciones. Con este fin, Rubio y Paesa, afirma el ¨²ltimo, tambi¨¦n se reunieron con dos altos cargos de la empresa de armas Santa B¨¢rbara.

Para una segunda fase, seg¨²n el documento, ser¨ªan necesarios carros de combate, bater¨ªas antia¨¦reas, ca?ones de gran calibre...

Una vez que Rold¨¢n tuvo los informes de Rubio, el entonces director de la Guardia Civil orden¨® que parte del mismo (nunca los inventarios) fueran enviados a Presidencia del Gobierno y a los ministerios de Defensa, Exteriores e Interior. S¨®lo en uno de los sobres se introdujo una copia completa -que s¨ª inclu¨ªa el inventario- del documento con la expresa orden de Rold¨¢n de que fuera llevado en mano al siguiente nombre y direcci¨®n: Juli¨¢n San Crist¨®bal, plaza del marqu¨¦s de Salamanca, y entre par¨¦ntesis (para Paco S¨¢nchez).

Paesa explica que el informe le lleg¨® en un sobre oficial de la Guardia Civil remitido a la embajada de Angola que indicaba "referencia Paco S¨¢nchez", que no era otro sino Francisco Paesa S¨¢nchez.