El Madrid desfigura al Bar?a
El equipo de Luyk repite t¨ªtulo tras un desastroso partido de los azulgrana
El Madrid dej¨® al Barcelona sin huellas dactilares y se llev¨® su segundo t¨ªtulo consecutivo de una forma as¨¦ptica. No hubo final, si por ello se entiende alg¨²n argumento con suspense entre dos equipos de ¨¦lite. Ni una sola vez mand¨® ayer el Barcelona. Tan s¨®lo 16 minutos, en n¨²mero redondos, anduvo el cuadro azulgrana por delante en los dos primeros encuentros: 16 minutos sobre un total de 120. No hubo final.La diferencia no tiene precedentes: 3-0 y ninguna alternativa, ninguna sensaci¨®n de que el Barcelona se acercara a la velocidad de crucero que mantuvo sin altibajos el Madrid. Tal vez esa fue la mejor virtud del campe¨®n.
No perdi¨® la compostura en ning¨²n momento de la serie. Ni cuando el juego se hizo m¨¢s tosco, m¨¢s propenso a ser manejado a conveniencia por un Barcelona que se distingue por saber defender al l¨ªmite, ni cuando perdi¨® el concurso de Biriukov para el partido de ayer. Una baja que se a?adi¨® a la de Antonio Mart¨ªn -lesionado hace varias semanas- y que le dej¨® capitidisminuido.
Sabonis y Arlauckas se hicieron fuertes, captaron la adhesi¨®n de los pocos efectivos que quedaban a su lado y con ello bast¨® y sobr¨® para dar cuenta de uno de los peores barcelonas que se recuerdan.
No tuvo historia el tercer partido, menos a¨²n que los dos primeros. El Madrid marc¨® el paso desde el principio, a pesar de un error al facilitar la alineaci¨®n a los ¨¢rbitros, por lo que tuvo que empezar con dos bases y sin Arlauckas. No hubo mayor problema.
Sabonis se hizo fuerte en la zona y el Barcelona en ning¨²n momento encontr¨® respuesta (11-24). No tuvo el Barcelona lanzamiento exterior. La evidencia fue tal que el primer defensor madridista flot¨® al atacante que pululaba cerca de ¨¦l. Por lo dem¨¢s, Epi y Crowder vieron c¨®mo se les cerraban todos los caminos de penetraci¨®n. No pudieron engatillar una sola vez con relativa comodidad desde tres o cuatro metros.
Roberts no existi¨®. S¨®lo el estadounidense Massemburg, alej¨¢ndose un tanto de Sabonis, logr¨® dejar ver alg¨²n resquicio en la defensa del Madrid.
El Barcelona no existi¨® (29-42 al descanso y 52-74 a poco del final) y el Madrid no precis¨® siquiera de la arrogancia de los campeones. Se limit¨® a navegar en aguas tranquilas. Kurtinaitis ofreci¨® variedad a la inapelable superioridad de los suyos bajo los aros. Por su parte, el joven Santos y el base Ant¨²nez aprovecharon los espacios que dej¨® Sabonis.
El lituano estuvo por acci¨®n o por omisi¨®n en todas las acciones, incluso se le vio suplantar a Luyk y pedir un tiempo muerto El Barcelona no encontr¨® capital suficiente para pagar la plusval¨ªa que requer¨ªa un partido desagradecido para sus intereses. Los azulgrana ni siquiera pudieron beneficiarse de la presi¨®n de su p¨²blico, calentado por una rivalidad extrema que no se avistaba en los ¨²ltimos a?os y que surgi¨® del reencuentro a estas alturas de la temporada de dos portaestandartes del f¨²tbol. Mala cosa para el baloncesto, un desenlace tan lineal y unas expectativas tan frustradas.
Los fuegos artificiales no redimen para nada una final de Liga que camin¨® a pi?¨®n fijo desde el primer partido en Madrid, con todos los m¨¦ritos que ello supone para el campe¨®n, para el Real Madrid.
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