Enrique Urquijo encandil¨® con sus Problemas
Quiz¨¢ nunca como en esta ocasi¨®n haya estado mejor empleado el t¨¦rmino encandilar para definir lo que hizo la otra noche Enrique Urquijo sobre el escenario de El Sol.No es ¨¦ste, precisamente, un artista de grandes aspavientos ni de canciones que pongan enseguida al p¨²blico en tono festivo, pero su concierto del jueves fue un ejemplo de comunicaci¨®n entre artista, m¨²sicos que le acompa?aban en el escenario y asistentes.
Y es que Urquijo estaba exultante. Cuando sobre el escenario se pasa bien, normalmente se traspasa esa sensaci¨®n al p¨²blico. No importaba que al principio hubiera problemas con los monitores y Enrique pidiera una y otra vez a sus t¨¦cnicos que subieran el volumen de los suyos y los de su acordeonista, Bego?a. ?l hab¨ªa venido a disfrutar, a deleitarse recreando canciones con su grupo Los Problemas y a sentirse a gusto. Esas cosas que los que est¨¢n abajo aprecian.
Coraz¨®n viajero, no incluida en su disco, fue la primera canci¨®n que son¨®, y despu¨¦s vinieron todas las que tiene publicadas con Los Problemas. Lejos de esa imagen de muchacho desvalido y apocado que le ha dado fama, cant¨® todas ellas con garra, nervio, e incluso vozarr¨®n.
El ins¨®lito Enrique Urquijo que se vio el jueves adopt¨® incluso actitudes de roquero cuando casi al final de su concierto atac¨® con S¨¢bado noche, que popularizara Moris a finales de los setenta.
Pero hubo m¨¢s. Una recreaci¨®n de S¨®lo pienso en ti, de C¨¢novas, Rodrigo, Adolfo y Guzm¨¢n, acompa?ado s¨®lo por la cuerda, inici¨® la tanda de bises. El hospital, de Alaska y Los Pegamoides, en el mismo plan, le devolvi¨® al camerino, del que se vio obligado a salir de nuevo, reclamado por los que abarrotaban la sala. Entonces sorprendi¨® con una de Los Secretos, Colgado, una canci¨®n que define c¨®mo dej¨® -en el buen sentido- al personal tras su actuaci¨®n.
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