El periodismo de investigaci¨®n y las ¨ªnstituciones
El periodismo de investigaci¨®n est¨¢ adquiriendo prestigio. No hay peri¨®dico que se precie que no. exhiba su equipo de investigaci¨®n. Adem¨¢s, comienza a ser galardonado: el equipo de investigaci¨®n de La Nueva Espa?a, de Oviedo, acaba de recibir el Premio Ortega y Gasset por su trabajo en torno al caso conocido como el petro-mocho, falacia que cost¨® la dimisi¨®n al presidente del Principado de Asturias.En Espa?a, el periodismo de investigaci¨®n est¨¢ empezando a adquirir un gran relieve tras haber descubierto, entre otros, los dos esc¨¢ndalos m¨¢s espectaculares de nuestra democracia: el caso Rold¨¢n y el caso Rubio. En Europa, los iniciadores del periodismo de investigaci¨®n fueron los fundadores del semanario alem¨¢n Der Spiegel. Pero fueron los dos reporteros de The Washington Post Woodward y Bernstein, figuras ya m¨ªticas del periodismo norteamericano, quienes consiguieron el mayor prestigio para este tipo de periodismo al lograr que la maquinaria pol¨ªtico-legal de Estados Unidos terminara por interesarse en el asunto y acabar con el presidente Nixon.
El llamado periodismo de investigaci¨®n lleva al observador a plantearse algunas preguntas. ?C¨®mo es posible que los periodistas, puestos a indagar los asuntos m¨¢s espinosos y enrevesados, logren mayor eficacia que la polic¨ªa, los fiscales y los jueces? ?A qu¨¦ se deben esos mejores resultados? ?Es que se toman m¨¢s inter¨¦s esos periodistas metidos a detectives que la polic¨ªa, los fiscales y los jueces? ?0 se debe a que encuentran m¨¢s facilidades para conseguir pistas y pruebas que las que encuentran la polic¨ªa, los fiscales y los jueces? Porque, desde luego, lo que no tienen son m¨¢s medios.
Estos interrogantes nos llevan de bruces a otro fundamental: ?los periodistas buscan los casos o son los casos los que buscan a los periodistas? Todo el mundo sabe que los peri¨®dicos reciben informaciones por medio de delatores. As¨ª ocurri¨® en el caso Watergate (21 a?os despu¨¦s a¨²n se desconoce la identidad -Garganta Profunda del informante de Woodward) y as¨ª ha ocurrido aqu¨ª con el caso Rold¨¢n y el caso Rubio. Los periodistas de investigaci¨®n de Diario 16 Jos¨¦ Mar¨ªa Irujo, Jos¨¦ Macca y Jos¨¦ Luis Cervero, que desvelaron el caso Rold¨¢n, han contado en su diario c¨®mo llevaron a cabo su investigaci¨®n a partir de los soplos que les dieron "una fuente de informaci¨®n en un encuentro casual", "una persona que estaba de paso por Madrid" y que se reuni¨® a almorzar con ellos en el hotel Villamagna, y una llamada telef¨®nica an¨®nima, una voz femenina que les dijo que trabajaba en la Guardia Civil.
Fueron esas fuentes informantes o esas delaciones las que pusieron el caso Rold¨¢n en manos de los periodistas cuando ¨¦stos no ten¨ªan ni idea de que el denunciado pudiera estar implicado en las cosas en que parece que lo est¨¢. Ello nos da, al menos en este caso, respondidos en parte algunos de los interrogantes enunciados. Los periodistas logran una notable eficacia en sus investigaciones en gran parte debido a la ayuda que suponen las pistas facilitadas por esas fuentes informantes. Por otra parte, su inter¨¦s en el desvelamiento de un esc¨¢ndalo, que terminar¨¢ siendo una espectacular exclusiva para su peri¨®dico, viene predeterminado por la perentoria necesidad que todo peri¨®dico tiene de fortalecerse en el mercado aumentando el n¨²mero de lectores.
Al periodismo de investigaci¨®n le acechan algunos riesgos. El m¨¢s serio de ellos es el riesgo de ser intoxicado o manipulado. Cuando la fuente informante entra en contacto con el periodista, nuevos interrogantes se hacen inevitables. ?Qu¨¦ motivaciones llevan a lafuente informante a poner en manos de la prensa sus denuncias? ?Por qu¨¦ lo hacen en un determinado momento y no lo han hecho antes o despu¨¦s? No deja de ser inquietante la invisibilidad de estas fuentes informantes o delatores.
Tambi¨¦n cabe preguntarse, como lo ha hecho recientemente el juez de la Audiencia Nacional Miguel Moreiras, si es siempre el af¨¢n de servir a la justicia lo que impulsa a la prensa a investigar y publicar determinados dossiers. El citado magistrado adelantaba su propio punto de vista afirmando que las investigaciones period¨ªsticas no han tenido nunca una intenci¨®n n¨ªtida de justicia, sino un inter¨¦s pol¨ªtico determinado, que depende de la l¨ªnea que siga cada medio de comunicaci¨®n". Probablemente ocurre a Yeces como dice el magistrado, aunque eso no invalida la bondad de los resultados de esas investigaciones.
En cualquier caso, y ate?i¨¦ndonos al resultado depurador de las investigaciones period¨ªsticas en los dos esc¨¢ndalos que estos d¨ªas conmocionan a la opini¨®n p¨²blica, el caso Rold¨¢n y el caso Rubio, el servicio prestado a la democracia por los peri¨®dicos y los periodistas que los han desvelado parece fuera de toda duda, sean cuales fueran las intenciones de las fuentes informantes y de los peri¨®dicos que hicieron p¨²blicos los resultados de las pesquisas. "La verdad es la verdad, provenga de Agamen¨®n o de su porquero", podr¨ªamos decir remedando a Juan de Mairena.
Lo que ha quedado de manifiesto con estos dos casos es que su desvelamiento no se ha producido por el funcionamiento institucional, por las investigaciones de la polic¨ªa, de los fiscales, de los jueces o del Parlamento, sino que ¨¦stos han entrado en acci¨®n gracias a las revelaciones period¨ªsticas. Todo ello demuestra que los medios de comunicaci¨®n tienden a convertirse en una especie de alternativa a las insuficiencias y limitaciones de las instituciones democr¨¢ticas. Las funciones que no son desempe?adas por el sistema pol¨ªtico han encontrado respuesta, una vez m¨¢s, en los medios de comunicaci¨®n. El periodismo de investigaci¨®n tendr¨ªa poca raz¨®n de ser y poco espacio para actuar all¨ª. donde el normal funcionamiento de las instituciones democr¨¢ticas dejara pocos resquicios.
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