"Las armas matan m¨¢s que el embargo"
Jean-Bertrand Aristide, de 40 a?os, es un personaje que se escapa de los c¨¢nones de lo que se entiende por un dirigente occidental moderno. Su filosof¨ªa es m¨¢s compleja, como lo es tambi¨¦n su posici¨®n respecto a la posibilidad de una intervenci¨®n militar. En resumen, lo que se deduce de esta conversaci¨®n con Aristide es que, sin pedirlo expresamente, es partidario de que Estados Unidos act¨²e militarmente, pero de la forma m¨¢s limitada posible, contra los golpistas haitianos. El hombre que fue elegido clamorosamente en las urnas en diciembre de 1990 vaticina que los norteamericanos no encontrar¨ªan resistencia.Pregunta. ?Cree usted que las sanciones econ¨®micas servir¨¢n para expulsar a los golpistas?
Respuesta. Todo depende de la voluntad pol¨ªtica de aquellos que tienen el poder de hacer que se cumplan. Hasta ahora jam¨¢s nos han dado lo que hemos pedido. Siempre hemos pedido un embargo total.
P. Voluntad pol¨ªtica, ?de qui¨¦n?
R. Si la ONU, Estados Unidos y la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) juntos no pueden expresar su voluntad pol¨ªtica al pa¨ªs m¨¢s pobre del continente...
P. ?No cree que las sanciones s¨®lo sirven para endurecer la vida de los m¨¢s pobres?
R. No, eso es totalmente falso. La realidad sociol¨®gica del pa¨ªs nos permite resistir, a pesar del dolor. Hay un 70% de la poblaci¨®n que vive en el campo, y all¨ª apenas se sienten los efectos del embargo. Es en Puerto Pr¨ªncipe [la capital] donde la clase media est¨¢ m¨¢s directamente bajo el peso del embargo. El pueblo aguanta porque quiere terminar con las estructuras de represi¨®n. Las armas matan m¨¢s que el embargo, las estructuras injustas matan m¨¢s que el embargo. El otro embargo, el embargo que impide a los haitianos mandar a sus hijos a la escuela, dura ya varios anos.
P. Si el embargo no funciona, ?es usted partidario de una intervenci¨®n militar de EE UU?
R. Mi posici¨®n es clara. Si pido algo como una intervenci¨®n militar estar¨ªa en contradicci¨®n con nuestra Constituci¨®n. Yo soy presidente de la Rep¨²blica, por lo tanto tengo el deber de respetar la Constituci¨®n.
P. Usted dice que no pide una intervenci¨®n, pero ?aceptar¨ªa volver a la presidencia despu¨¦s de una acci¨®n militar de EE UU?
R. Tengo mis ojos fijados sobre lo que he firmado. He firma do un acuerdo. Dentro del ¨¢mbito de ese acuerdo hay pasos que EE UU, que la comunidad internacional, pueden dar para que se llegue a la democracia. Hay que tener la oportunidad de explicarle al pueblo de qu¨¦ se trata. Se trata de una restauraci¨®n de la democracia, de profesionalizar el Ej¨¦rcito, crear una realidad pac¨ªfica a trav¨¦s de una estabilidad pol¨ªtica, que es indispensable para un crecimiento econ¨®mico.
P. ?Eso significa que usted acepta una acci¨®n militar o no?
R. Es un problema falso cuando lo planteamos as¨ª. Estamos hablando de siete millones de haitianos con un Ej¨¦rcito de 7.000 hombres, que ellos solos tienen m¨¢s del 40% del presupuesto nacional. El Ej¨¦rcito padece hambre, mientras que los golpistas militares, utilizando al Ej¨¦rcito, se han enriquecido y siguen enriqueci¨¦ndose. En ese sentido no tenemos enfrente a un Ej¨¦rcito que va a defender a la naci¨®n. Entonces, ?para qu¨¦ una intervenci¨®n militar? Bastar¨ªa una operaci¨®n quir¨²rgica para quitar a los golpistas.
P. ?Podr¨ªa precisar m¨¢s qu¨¦ es lo que usted est¨¢ pidiendo y qu¨¦ es lo que espera de EE UU y de la comunidad internacional?
R. Yo creo que, despu¨¦s de 31 meses de dolor de mi pueblo, hay que pasar de las palabras a la acci¨®n y hay que ver esas acciones. Nosotros queremos ver. Y, al ver, ya hablaremos de fe. Eso es lo que estamos pidiendo: acci¨®n. Por ejemplo, hace 31 meses que est¨¢n hablando del dinero de los golpistas, del dinero de los que apoyan a los golpistas, y dec¨ªan que iban a congelar el acceso a ese dinero en el exterior. Saben que muchos de los poderosos econ¨®micamente hablando, que est¨¢n apoyando a los golpistas, tienen su dinero en los bancos, y nada pasa. Est¨¢n burl¨¢ndose de un pueblo que est¨¢ en medio de un genocidio. Es un genocidio en el sentido que hay una planificaci¨®n para matar a una generaci¨®n, y nosotros, ya hemos perdido a m¨¢s d¨¦ 5.000 haitianos y seguiremos luchando pac¨ªficamente por nuestra dignidad. Por eso, cuando hablan de la restauraci¨®n de la democracia utilizando la intervenci¨®n militar pienso en por qu¨¦ todav¨ªa no han hecho lo que dijeron que iban a hacer.
P. En Estados Unidos, el ex presidente George Bush y otros han dicho que usted no es un hombre con las condiciones adecuadas para llevar la democracia a Hait¨ª.
R. Eso es la manifestaci¨®n de una pol¨ªtica racista. Hay que mentir para esconder esa pol¨ªtica racista. Es s¨®lo eso. Es una forma de asesinato del car¨¢cter. Yo soy, psic¨®logo, s¨¦ de qu¨¦ hablo. He tenido el 67% del voto de la poblaci¨®n de Hait¨ª, y hay que respetar ese voto. Despu¨¦s del golpe de Estado hemos visto a los haitianos luchando hasta el punto que ya hemos perdido m¨¢s de 5.000 personas. ?Para qu¨¦? Para mi regreso al pa¨ªs. Eso nos obliga a respetar a aquellos que han votado por nosotros.
P. ?Cree usted que la pol¨ªtica de la Administraci¨®n norteamericana respecto a Hait¨ª es racista?
R. Cuando los cubanos y los haitianos se encuentran en el mismo barco, ?por qu¨¦ acogen a los cubanos? ?Porque vienen de un pa¨ªs comunista? No, porque son de un color de piel que se acerca m¨¢s al blanco. ?Por qu¨¦ devuelven a los haitianos?
P. Recientemente, la Administraci¨®n norteamericana ha asegurado que los golpistas de Hait¨ª est¨¢n implicados en el tr¨¢fico de drogas. ?Cree que es cierto?
R. El mismo presidente Clinton, hace unos d¨ªas, ha hablado de ese fen¨®meno, que es tr¨¢gico. Y ¨¦l tiene raz¨®n, porque la droga pasa por Hait¨ª y llega despu¨¦s hasta aqu¨ª. Son m¨¢s de 48 toneladas de coca¨ªna las que pasan por Hait¨ª cada a?o, lo que representa 1.200 millones.
P. ?Am¨¦rica Latina deber¨ªa respaldar una acci¨®n militar?
R. Am¨¦rica Latina y la OEA tienen el deber de cumplir con su palabra, una palabra respaldada con una firma. El se?or Dante Caputo firm¨® en nombre de la OEA por la restauraci¨®n de la democracia en Halt¨ª y, por lo tanto, en favor de crear las condiciones oportunas. No puedo entender una estrategia que se aparte de lo que hemos firmado cuando a¨²n, si quieren, pueden cumplir.
P. ?Cu¨¢les son sus planes? ?Piensa seguir en el exilio?
R. Pienso seguir haciendo lo que he hecho hasta ahora. Estoy haciendo lo que mi pueblo me est¨¢ pidiendo: su liberaci¨®n. Nuestros antepasados se echaban al mar cuando los tomaban presos en ?frica para traerlos a Hait¨ª. Hoy en d¨ªa es lo mismo: muchos se echan al mar otra vez para luchar contra la esclavitud de los golpes de Estado.
P. ?Sigue usted firme en lo que respecta a sus creencias religiosas?
R. De profesi¨®n, soy psic¨®logo. Ese campo me da la oportunidad de cultivar un respeto por el ser humano, tratando de entender al ser humano. Cierto que soy tambien te¨®logo, por lo tanto mi fe cristiana me permite descubrir a Dios en el ser humano. Dios es signo de respeto. No puedo hablar de respeto para Dios si no amo a mi pr¨®jimo. Trato de vivir, de actuar, a partir de esas ra¨ªces, ra¨ªces de mi le cient¨ªfica, ra¨ªces de mi fe cristiana. Como jefe de Estado vivo para la democracia, lucho por la democracia. Por democracia defiendo un sistema donde impere el Estado de derecho.
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