El tab¨² del sexo

No era ninguna sorpresa que el papa Wojtyla no iba a ceder en la pol¨¦mica sobre el sacerdocio femenino. S¨®lo ha querido decirles a los obispos que no insistan, porque no piensa dar marcha atr¨¢s en lo que muchos consideran el ¨²ltimo tab¨² sexista de la Iglesia cat¨®lica, junto con el control de natalidad y el celibato obligatorio del clero.Es un honor que le tocar¨¢ a alguno de sus sucesores, porque la evoluci¨®n de la sociedad civil acabar¨¢ haciendo imposible que sea la Iglesia la ¨²nica instituci¨®n

que manten a una discriminacion semejante con la mujer. Y tocar¨¢ a otro papa cargar con el peso de tener un d¨ªa que pedir perd¨®n a la historia por tama?a ofensa al feminismo y al ecumenismo, ya que hoy son muchas las iglesias cristianas, empezando por la anglicana, que han reconocido a la mujer su plena autonom¨ªa en la Iglesia.

El papa Wojtyla no se ha atrevido a gastar en este asunto todo su poder de infalibilidad porque sabe muy bien que dentro de su mismo episcopado existen corrientes muy fuertes a favor del sacerdocio femenino. Bastar¨ªa recordar sus discusiones, desde hace ya a?os, con los obispos norteamericanos, quienes han presionado siempre al Vaticano para que rompa ese ¨²ltimo tab¨².

Fue precisamente en el primer viaje a Estados Unidos cuando una superiora de una orden religiosa le espet¨® al Papa que la Iglesia, negando el sacerdocio a la mujer, la estaba discriminando. Juan Pablo II, disgustado por aquella contestaci¨®n ante las c¨¢maras de televisi¨®n, le record¨® que el lugar de la mujer, como el de la Virgen, estaba a los pies de la Cruz.

El te¨®logo Ernesto Balducci sol¨ªa decir ir¨®nico: "La Iglesia rogar¨¢ a las mujeres que se hagan curas cuando los hombres no quieran ya serlo y pedir¨¢ a los curas que creen una familia cuando los laicos ya no crean en ella".