Siria e Israel
LAS CONVERSACIONES de paz entre Siria e Israel no avanzan. Ya lo sab¨ªamos por boca de sus mismos protagonistas, que se acusan mutuamente de no mostrar inter¨¦s en el proceso. Ahora tenemos una prueba mucho m¨¢s contundente que la ret¨®rica siempre esquiva de las declaraciones oficiales: el fuerte bombardeo israel¨ª sobre una base de los guerrilleros de Hezbol¨¢ en L¨ªbano y, ayer mismo, la incursi¨®n de carros de combate israel¨ªes en este territorio. Cerca de 50 muertos, entre fedayin presuntos y reales, as¨ª como civiles indiscutibles, han pagado con la vida la distancia negociadora entre Damasco y Tel Aviv.?Por qu¨¦ no avanza el proceso de paz sirio-israel¨ª? No parece exagerado decir que los dos pa¨ªses est¨¢n de acuerdo en lo fundamental: la retirada total israel¨ª de las colinas del Gol¨¢n a cambio de la firma de un tratado de paz y el pleno reconocimiento diplom¨¢tico sirio del Estado israel¨ª. Podr¨ªa deducirse entonces que son las modalidades de ese doble compromiso las que demoran el proceso.
S¨ª y no. Es cierto que la retirada no la contemplar¨ªa Israel m¨¢s que en un plazo de varios a?os, probablemente demasiado dilatado para las exigencias sirias; que es posible efectuar o no una declaraci¨®n al comienzo de la retirada reconociendo la soberan¨ªa siria sobre la totalidad de la zona, lo que, posiblemente, exige Damasco; que Israel, con toda probabilidad, aspira a imponer la desmilitarizaci¨®n de todo o parte del Gol¨¢n, lo que Damasco considerar¨ªa una lesi¨®n de la plena soberan¨ªa siria; y, finalmente, que el Gobierno israel¨ª s¨®lo va a aceptar un reconocimiento a la vez econ¨®mico y pol¨ªtico, es decir, plenas relaciones de todo orden.
Pero todo esto, con ser importante, no explica la totalidad del par¨®n negociador. El presidente sirio, Hafez el Asad, tiene muy claro que no desea una paz a la egipcia, que supondr¨ªa desentenderse del n¨²cleo de la negociaci¨®n general, que es la cuesti¨®n palestino-israel¨ª.
Damasco no aspira s¨®lo a recuperar el Gol¨¢n, sino a permanecer como el factor esencial en el ordenamiento pol¨ªtico de la zona si llega alg¨²n d¨ªa a existir un Estado palestino. Eso explica otras lentitudes y, sobre todo, el hecho crucial de que dif¨ªcilmente habr¨¢ un acuerdo total sirio-israel¨ª si no est¨¢n al menos puestas las bases de ese Estado palestino independiente.
Es cierto que el sangriento ataque israel¨ª sobre L¨ªbano se inscribe tambi¨¦n en una cierta l¨®gica interna del Estado israel¨ª con el complejo equilibrio que el primer ministro, Isaac Rabin, ha de mantener entre los enemigos del proceso de paz y quienes, con diversos grados de convencimiento, lo favorecen.
La obvia inconveniencia de esa t¨¢ctica de palo y zanahoria, que refuerza al movimiento guerrillero palestino Ham¨¢s, contrario al proceso de paz, no ha disuadido nunca a Israel. No es de suponer que lo haga ahora. Los ataques guerrilleros tendr¨¢n respuesta armada israel¨ª a¨²n a sabiendas de que es la escalada lo que pretenden. Es razonable pensar que Israel quiere una paz plena y sin anexiones. Pero exige a cambio un precio alt¨ªsimo: manos libres para hacer lo que quiera fuera y dentro de los territorios ocupados, hasta que se d¨¦ por concluido el proceso de paz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.