?Modernidad o posmodernidad?
A pocos a?os para que termine el siglo XX, los pensadores siguen sin ponerse de acuerdo no ya sobre lo que nos deparar¨¢ el futuro m¨¢s inmediato, sino sobre c¨®mo entender el presente.En el terreno de las artes pl¨¢sticas, que para el gran p¨²blico constituyen lo m¨¢s caracter¨ªstico de la modernidad, tampoco existe el consenso. Para la mayor¨ªa, sin embargo, el formalismo reduccionista del minimalismo supuso el aut¨¦ntico final de la vanguardia, entendida como proyecto hist¨®rico. A mediados de los a?os sesenta, artistas de todo el mundo se volcaron a la liquidaci¨®n definitiva del dogma y los valores un¨ªvocos y absolutos.
Desde entonces, y pese a la constante y vertiginosa enumeraci¨®n de movimientos art¨ªsticos, se vive en un mundo contradictorio y multidireccional. Este fen¨®meno, que ha querido verse como ilustrativo de un nuevo tipo de sociedad poscapitalista, constatadora del fracaso del marxismo, se ha denominado posmodernidad.
Con todo, la interpretaci¨®n de la palabra posmodernidad var¨ªa notablemente. Para algunos es simplemente un cap¨ªtulo m¨¢s de la modernidad, mientras que para otros es el inicio de un nuevo periodo hist¨®rico que la trasciende. Tambi¨¦n existen los que piensan que se vive un periodo transicional, pero que es pronto para saber qu¨¦ es lo que viene pese a la claridad de esa conciencia.
Y por ¨²ltimo, y m¨¢s recientemente, han aparecido te¨®ricos que identifican la posmodernidad como un periodo de radicalizaci¨®n de la modernidad en el que las tendencias anteriores no se debilitan, sino que se universalizan, y por consiguiente no hay ruptura.
Corrientemente, las opiniones m¨¢s generalizadas coinciden en que no puede saberse nada con certeza, que es indefendible cualquier versi¨®n del progreso, y que est¨¢n apareciendo nuevos movimientos sociales y pol¨ªticos como, por ejemplo, los ecol¨®gicos.
Posiblemente, adem¨¢s, lo que sucede es que falta todav¨ªa perspectiva hist¨®rica para el an¨¢lisis objetivo de este final de siglo. El arte de vanguardia, con todo su ideario de rupturas, ha terminado en los museos, pero no ha perdido su valor intr¨ªnseco. Su n¨²cleo permanece siendo enigm¨¢tico. Sus logros son tan s¨®lo interrogantes a pesar de hab¨¦rsenos presentado como respuestas, pero interrogantes enriquecedores. Y en cualquier caso, adem¨¢s, el arte llamado posmoderno si es que difiere por completo del moderno, con todas las dudas que suscita y lejos de las discusiones sobre su exacta denominaci¨®n, ha dado ya frutos notabil¨ªsimos.
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