Reproches de Castro por el silencio ante el embargo
Esta vez Fidel Castro no se call¨®. Las menciones a la necesidad de una democratizaci¨®n de Cuba hechas el martes por algunos de los presidentes durante la apertura de la IV Cumbre Iberoamericana hicieron saltar al l¨ªder cubano. En un emocionado alegato, Castro reproch¨® a sus colegas sus alabanzas a la democracia frente a su silencio sobre el embargo de EE UU contra la isla y sobre la injusticia que padece Latinoam¨¦rica. En contra de lo previsto, el documento final de la cumbre no alude al embargo. Los presidentes se reunieron ayer a puerta cerrada para discutir la cuesti¨®n.
"T¨² sabes que ten¨ªa que decir lo que dije. Fue demasiado". Un Fidel Castro envejecido y emocionado se dirig¨ªa al presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari. "Llevamos 35 a?os sin pedir nada a nadie y no lo vamos a pedir ahora. Hace un mill¨®n de a?os que me visto de uniforme, pero me siento bien de guayabera. Y ahora, incluso los de Arena [Alianza Republicana Nacionalista, partido del Gobierno de El Salvador vinculado en su origen a los escuadrones de la muerte] me vienen a hablar de democracia sobre miles de muertos".Fidel Castro, convertido en la estrella de la jornada al haber cambiado su uniforme por una impecable guayabera blanca, hab¨ªa vuelto del rev¨¦s la IV Cumbre Iberoamericana.
La apertura hab¨ªa comenzado como otros a?os: 21 discursos gen¨¦ricos en una sesi¨®n un tanto sopor¨ªfera, centrada en la integraci¨®n comercial y el desarrollo econ¨®mico. Los habituales reproches al r¨¦gimen cubano, tambi¨¦n tradicionales en estas cumbres y sacados a la palestra por los presidentes de Portugal Mario Soares; de Argentina, Carlos Menem; y de Venezuela, Rafael Caldera; provocaron, sin embargo, la reacci¨®n inesperada del l¨ªder cubano. A partir de ah¨ª la isla pas¨® a primer plano.
Fue Itamar Franco, presidente de Brasil, el que lanz¨® un capote a Fidel una vez terminada la ronda de discursos. "Hay que ayudar a Cuba en el campo econ¨®mico y favorecer su reintegraci¨®n en la comunidad de naciones", dijo.
Despu¨¦s, Castro levant¨® la mano. Tras manifestar su respeto a "todos los que hab¨ªan mostrado preocupaci¨®n por Cuba", lleg¨® la lluvia de reproches. "Me llama la atenci¨®n que no se haya dicho una sola palabra del bloqueo m¨¢s grande de la historia de un pa¨ªs latinoamericano, con el cual no se quiere dialogar, sino ahogarlo en sangre, rendirlo por hambre. Me hubiera gustado, dentro de este esp¨ªritu latinoamericano, alguna referencia a eso".
"Me llama la atenci¨®n", prosigui¨® en un tono emotivo, "que no se diga una palabra de que Cuba es el pa¨ªs que m¨¢s ha avanzado en lo social en la historia de este hemisferio, ( ... ) que en un momento en que se habla de crisis social nuestro pa¨ªs, sometido a un doble bloqueo, no ha cerrado un solo hospital, una sola escuela, no ha dejado a nadie desamparado. Que nuestro pa¨ªs aun en las condiciones m¨¢s dif?ciles ha luchado y ha resistido".
El l¨ªder cubano destac¨® el hecho de que tampoco ninguno de los mandatarios hubiera mencionado "el injusto reparto de la tierra en el continente", la mala distribuci¨®n de los ingresos nacionales o la posici¨®n que deber¨¢n llevar los iberoamericanos a la cumbre de Miami convocada en diciembre por el presidente estadounidense, Bill Clinton, de la que Cuba ha sido excluida.
Todos los ejes se rompieron y la cuesti¨®n cubana fue incluida inmediatamente en la agenda de la cumbre. En la tarde de ayer los presidentes y cancilleres se reunieron a puerta cerrada para hablar "de pol¨ªtica", naturalmente cubana.
Los contactos, no obstante, comenzaron en la misma noche del martes. Castro mantuvo una larga reuni¨®n con sus hom¨®logos espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez; mexicano, Carlos Salinas; colombiano, C¨¦sar Gaviria; y con el escritor Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, buen amigo de todos los presentes. All¨ª se discuti¨® mucho y se intercambiaron puntos de vista.
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