Peligran los tesoros de la Casa de Campo

La Casa de Campo fue parque, bosque y finca de los reyes de Espa?a desde el siglo XVI hasta 19 3 1. Entre sus encinares, palacios, acueductos o estanques se ocultan hasta 785 monumentos. La asociaci¨®n ecologista Aedenat advierte del peligro que corren. "Recuperarlos y conservarlos repercutir¨¢ en el entorno natural" asegur¨® Juan Garc¨ªa, portavoz de Aedenat. Todo el conjunto est¨¢ cerrado por una valla levantada en el reinado de Carlos IV. En algunos tramos, sus piedras ya han desaparecido, "pero a¨²n no es tarde si se toman medidas" auguran los ecologistas.

El Ayuntamiento de Madrid tiene catalogados cerca de 800 monumentos en el interior del parque: 147 estatuas, 94 grupos escult¨®ricos, 231 fuentes, 14 puertas y arcos, 263 l¨¢pidas y placas y 63 conjuntos monumentales de dif¨ªcil clasificaci¨®n.La valla que durante el reinado de Carlos IV fue levantada para acotar el parque se encuentra en estado ruinoso. En su origen ten¨ªa una extensi¨®n de 16 kil¨®metros de longitud. "Ahora no queda ni el 40%. A medida que pasan los d¨ªas, el deterioro aumenta.

En la zona que discurre junto a la carretera de Extremadura se cometen graves atentados contra su integridad, coment¨® Juan Garc¨ªa. La valla est¨¢ protegida por un decreto de 1931, que la inclu¨ªa como parte del patrimonio hist¨®rico de la ciudad. Pero ni ese decreto ni las insistencias de los ecologistas y otras asociaciones ciudadanas consiguieron frenar el deterioro.

Las aguas de los arroyos que cruzan el recinto son escasas y adem¨¢s no presentan un buen aspecto. Algunos, como el Meaques, sufren graves problemas de contaminaci¨®n. Pero, en el siglo XVIII, la fuerza de su caudal y la limpieza de sus aguas llevaron a la construcci¨®n de hermosos puentes. Menos el puente del Meaques, bajo el que todav¨ªa subsiste una importante fauna y flora aut¨®ctona, todos los dem¨¢s desaparecieron.

El sistema de riego

La Casa de Campo cuenta tambi¨¦n con un palacete. Se encuentra en la entrada que se sit¨²a frente al Palacio Real. Construido durante el reinado de Felipe II, ha sido sucesivamente reformado. Hoy es una de las dependencias del Instituto Municipal de Deportes y en su parte posterior se sit¨²an viveros e invernaderos municipales.

La reina Isabel II, m¨¢s pr¨¢ctica que sus antecesores, intent¨® sacarle rendimiento a la zona y hacer de la Casa de Campo una suerte de granja a las puertas de palacio. Para ello construy¨® un sistema de riego que a¨²n perdura, aunque en desuso, y un recinto para ganado, la llamada Casa de Vacas.

La reina Isabel 11 mand¨® construir tambi¨¦n un estanque de 30 metros por 50, que todav¨ªa puede verse en el interior de este pulm¨®n verde de Madrid. A trav¨¦s de ¨¦l se alimentaban las acequias que recorren el parque.

Para salvar los desniveles de las colinas se edific¨® un acueducto que a¨²n se conserva. Isabel II mand¨® colocar varios kil¨®metros de acequias y canales a lo largo del recinto.

A finales del siglo pasado, la Casa de Campo, cerrada a los madrile?os, era el mejor lugar para patinar de la ciudad. En el mismo sitio donde ahora se sit¨²a el aparcamiento del Lago exist¨ªa un gran humedal.

Cuando sus aguas se helaban, los nobles patinaban sobre el hielo. Se cuenta que la pieza que m¨¢s se bailaba en el lugar era -l¨®gicamente- el Vals de los patinadores, del rom¨¢ntico Meeyesber.

Refugio de 'yonquis'

Hace unos a?os, el humedal fue cubierto por la tierra. Hoy en d¨ªa, y a pesar de los esfuerzos por convertirlo en lugar de aparcamiento, sus aguas siguen aflorando al exterior, aunque cada vez en menor cantidad.

Entre los encinares tambi¨¦n se descubren las antiguas viviendas de los guardeses de la finca. Actualmente los ¨²nicos que habitan esas casas son personas marginadas como drogadictos, prostitutas y proxenetas.

"Es una pena que construcciones del siglo XVIII cuenten con tan escasa protecci¨®n por parte de las autoridades municipales", dice Garc¨ªa, el portavoz de Aedenat.