Un 'R¨¦quiem' en Sarajevo como canto a la paz
Jos¨¦ Carreras y Ruggero Rairnondi cantan en las ruinas de la Biblioteca Nacionalpor el sufrimiento: la Orquesta Filarm¨®nica de Sarajevo y el coro de la ciudad bosnia. Junto a ellos, solistas de lujo como Cecilia Gardia, Ildig Koinlosi, Jos¨¦ Carreras o Ruggero Ralmondi.Dos centenares de personas en total. Por encima del r¨²stico podio de Metha y detr¨¢s del coro pod¨ªan verse amasijos de hierros que permanecen entre las paredes de la que fuera Biblioteca Nacional, restos paraeneraciones venideras. Mehta dirigi¨® abstraido durante una hora a unos solistas concentrados y a una orquesta y un coro de h¨¦roes, porque lo son todos los que han conseguido sobrevivir en Sarajevo.
Probablemente nunca el R¨¦quiem de Mozart ha sonado tan r¨¦quiem como ayer. Mientras el Coro y la Orquesta de la Ciudad de Sarajevo, dirigidos por Zubin Metha, atacaba el Dies irae mozartiano, las televisiones de media Europa mostraban como contrapunto documental el ca?oneo de la capital bosnia, la voladura delos alminares de sus mezquitas, los edificios agujereados por impactos directos de la artiller¨ªa serbia, casas incendiadas, gente corriendo aterrorizada. mientras, Mozart sonaba como un canto de paz.
Con ellas y la m¨²sica del genio salzburgu¨¦s, los televidentes europeos comenzaron a estremecerse cuando, a las siete menos cuarto de la tarde, se inici¨® desde Sarajevo la transmisi¨®n del concierto Por un mundo mejor, televisado en directo con la ayuda de Eurovisi¨®n y patrocinado por la ciudad y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que insert¨® a lo largo de la transmisi¨®n peticiones de ayuda para la reconstrucci¨®n de la que fuera durante siglos ciudad de la tolerancia.El concierto, que los habitantes de Sarajevo s¨®lo pudieron seguir a trav¨¦s de grandes pantallas instaladas en el Ayuntamiento, se emit¨ªa desde las ruinas de lo que fue Biblioteca Nacional de Bosnia, un imponente edificio morisco rojizo construido durante la dominaci¨®n austro-h¨²ngara. Los cohetes y los morteros de los nacionalistas serbios, cebados durante meses en los que estas piedras representaban, han reducido la biblioteca a un escenario -de escombros, en el que apenas se mantienen en pie una desnuda arquer¨ªa, unos muros agujereados y un pu?ado de columnas calcinadas y mordidas por los proyectiles.
A unos centenares de metros, en un tr¨¢gico gui?o de la historia, fue asesinado ahora hace 80 a?os el archiduque Fernando de Austria, heredero del trono de los Habsburgo. Para Sarajevo se inici¨® entonces una espiral de sangre que todav¨ªa no ha concluido.
En ese desolado decorado sin p¨²blico, reducido en dimensiones y peligroso por su estado, del que hab¨ªan sido retirados s¨®lo d¨ªas antes los escombros m¨¢s aparatosos para dejar paso a los focos y los micr¨®fonos indispensables, Zubin Metha, titular de la Orquesta Filarm¨®nica de Israel, dirigi¨® ayer a un grupo de m¨²sicos emocionados, tan entregados como desentrenados, y cuyo rostro estaba marcado
Babelia
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