Los 10 mandamientos de la 'torcida'
Detr¨¢s de la alegr¨ªa y la samba de los hinchas brasile?os existe una buena organizaci¨®n
Si existe un equipo que podr¨ªa jugar una Copa del Mundo en la Luna y tener detr¨¢s suyo al menos 30.000 aficionados apoy¨¢ndoles en directo, es Brasil. La torcida carioca resulta inasequible al desaliento, y lo demuestra cada cuatro a?os, cuando se desplazan en masa para apoyar a su equipo. Si su selecci¨®n es favorita, mejor, aunque si no cuenta en los pron¨®sticos (cosa que rara vez sucede) tampoco les importa en demas¨ªa. El f¨²tbol para ellos es una religi¨®n, y como tal tiene sus diez mandamientos:1. Un aficionado brasile?o sin su camiseta amarilla, es como un jard¨ªn sin flor. No todos tienen recambios, por lo que se supone que entre partido y partido la lavan, dato este sin confirmar.
2. Suelen venir acompa?ados por sus novias/mujeres, tan apasionadas como ellos. Futbol¨ªsticamente, se entiende. Tambi¨¦n ellas portan su correspondiente camiseta y en general, est¨¢n de muy buen ver. Este si es un dato contrastado.
3. Viajan en grupo. La uni¨®n hace la fuerza, y encontrar un brasile?o solitario es algo complicado. Se atrincheran en hoteles, donde las agencias de viaje montan chiringuitos para actividades de todo tipo, como visitas, fiestas, bailes o los masivos desplazamientos a los partidos.
4. Un 99% afirman poseer un aut¨®grafo de su estrella favorita, que en general, lo que son las coincidencias, es el de Romario. Si no mienten, resulta incre¨ªble que el jugador del Bar?a haya tenido tiempo para meter tantos goles.
S. Al genuino representante de la torcida le da igual d¨®nde se celebre el Mundial. "Comprar¨ªa una tribuna en el infierno para ver a Brasil", coment¨® sonriente uno que acababa de llegar de Sao Paulo.
6. Hay pocos noveles en esto del seguimiento de un Mundial. Eso si, cada vez quedan menos que estuvieron en el ¨²ltimo t¨ªtulo conseguido en M¨¦xico en 1970. De la ¨²ltima experiencia en Italia, prefieren ni hablar.
7. Aunque les toque viajar a ciudades costeras, pasan de la playa. Se dedican a recorrer las calles, y b¨¢sicamente compran objetos relacionados con el Mundial.
8. Los partidos son importantes, pero no hay que olvidar los entrenamientos y el hotel donde habitan sus ¨ªdolos. El aut¨¦ntico seguidor se presenta en las pr¨¢cticas, pues la sola visi¨®n en directo de sus ¨ªdolos les coloca en ¨®rbita. Regularmente se desplaza hasta la concentraci¨®n carioca, cueste lo que cueste.
9. Este es obvio. La samba. En algunas ocasiones, como cuando estuvieron en Sevilla en el 82, se funden con los ritmos musicales aut¨®ctonos, lo que no es el caso en esta ocasi¨®n. Consiguen hasta que por el hilo musical del hotel s¨®lo se escuche samba. Sus fiestas despu¨¦s de los partidos son cita inexcusable.
10. Todos estos mandamientos se resumen en dos: Amar¨¢s a Brasil sobre todas las cosas, y a sus jugadores de f¨²tbol como a ti mismo. Si ganan, mucho m¨¢s. Si pierde y nunca mejor dicho, que le quiten lo bailado.
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