No podemos ofrecer m¨¢s de lo mismo"
Despu¨¦s de la goleada del d¨ªa 12, despu¨¦s de ver c¨®mo se les han colado los extremos -PP e IU- por su terreno de juego, el entrenador -Felipe Gonz¨¢lez- le ha dicho a su equipo que tienen que controlar el centro. Pero eso, seg¨²n Joaqu¨ªn Almunia, no equivale en modo alguno a ofrecer m¨¢s de lo mismo.
Joaqu¨ªn Almunia, que acaba de cumplir 46 a?os, quiere creer que, como en el Mundial de f¨²tbol, la tristeza de unos resultados mediocres provoque la superaci¨®n de un estilo rudimentario.
Pregunta. Despu¨¦s de ver a Espa?a frente a Alemania, ?el PSOE recuerda a Espa?a frente a Corea?
Respuesta. A juzgar por el 12J, desde luego que no ganar¨ªamos el Mundial.
P. E incluso tienen crudo el siguiente encuentro ?no?
R. Hemos perdido un partido, importante. Pero tenemos capacidad de recuperaci¨®n, como Espa?a la tuvo frente a Alemania.
P. ?El PSOE est¨¢ jugando con pases cortos y mirando el reloj de reojo?
R. S¨ª. No est¨¢ jugando un f¨²tbol moderno, no hace pressing y se le cuelan los extremos del otro equipo por la banda.
P. Por la banda y por el centro.
R. El entrenador nos ha dicho que cuidemos el centro del campo. Quien domina el centro gana.
P. Perder como han perdido en Andaluc¨ªa ?es como quedarse con la mitad de la defensa y el portero lesionado?
R. En Andaluc¨ªa hemos perdido la mayor¨ªa absoluta, pero somos todav¨ªa el primer partido.
P. Eso son ganas de consolarse, despu¨¦s de haber perdido ustedes 17 diputados auton¨®micos y el PP haber subido 15.
R. Se han acortado demasiado las distancias. Debemos reconocerlo sin ambages.
P. ?C¨®mo se explica que la candidatura encabezada por Mor¨¢n tuviera en Andaluc¨ªa 80.000 votos m¨¢s que la encabezada por Chaves?
R. Una parte del electorado ha querido castigar a Chaves, intuyo que por motivos relacionados con la divisi¨®n del partido en Andaluc¨ªa.
P. ?Quiere decir que muchos guerristas no le han votado?
R. S¨¦ cu¨¢ntos son, pero no s¨¦ qui¨¦nes son.
P. Alg¨²n compa?ero suyo ha dicho que el descalabro ha sido una "advertencia cari?osa". Cuando alguien abandona por divergencias a su familia ?lo llamar¨ªa una advertencia cari?osa?
R. Lo que nos ha ocurrido es que en los ¨²ltimos a?os no hemos atendido las advertencias que se nos hac¨ªan. Y ha habido tres millones de personas que se han cansado, al no ver una reacci¨®n clara.
P. Ustedes han dicho que el problema es que no explican bien su pol¨ªtica. Pero eso es lo mismo que vienen diciendo desde hace a?os cada vez que alguien les ha dado la espalda.
R. Hemos dicho m¨¢s cosas. Sabemos que el electorado tiene la sensaci¨®n de que no fuimos capaces de prevenir la corrupci¨®n. ni de reaccionar con rapidez cuando se produjo. Sabemos que ha influido el paro, y tambi¨¦n una forma de hacer pol¨ªtica que a los ciudadanos les ha resultado lejana y muy relacionada con nuestras divisiones internas. Esos tres factores negativos han tapado muchas actuaciones positivas.
P. En esta campa?a, en vez de o¨ªrseles proyectos de futuro, se les ha vuelto a escuchar balances del pasado.
R. Espero que sea la ¨²ltima vez que hablemos de los kil¨®metros de carretera que hicimos hace a?os, de lo bien que realizamos las reformas en los a?os ochenta y de lo mala que era la derecha en el franquismo. Quienes nos critican por ello tienen raz¨®n.
P. ?Usted cree que recuperan credibilidad cuando se niegan a explicar en el Parlamento el renovado apoyo de CiU? ?Por qu¨¦ no han planteado ustedes mismos una explicaci¨®n de las consecuencias de estas elecciones?
R. La credibilidad que sin duda hemos perdido deriva, adem¨¢s de lo que antes he se?alado, de la falta de concreci¨®n sobre qu¨¦ queremos hacer en el futuro. Ese discurso en positivo, que nos ha faltado en estos meses dif¨ªciles, cargados de crispaci¨®n, debemos elaborarlo con urgencia. Y lo vamos a hacer en las pr¨®ximas semanas.
P. Seg¨²n usted, ?cu¨¢l es la respuesta proporcional a este descalabro electoral?
R. Analizar con rigor por qu¨¦-se ha producido, sin descartar a priori ninguna causa; hacerlo sin endosar la responsabilidad de la derrota a uno u otro sector del partido, y, a partir de la cohesi¨®n interna, dar una respuesta seria, mirando al futuro, y sin tratar de cubrir el expediente con gestos a la galer¨ªa. Nuestro reto es hacer eso ya.
P. ?Se ver¨¢ antes de las vacaciones?
R. Deber¨ªa notarse. Y para eso hay que tener un talante m¨¢s dialogante, mejor conexi¨®n con los ciudadanos, especialmente con quienes nos votaban y ahora no lo han hecho. A partir de ah¨ª tenemos que reformular nuestro programa pol¨ªtico.
P. Parecen haber guardado la cuesti¨®n de confianza como quien guarda munici¨®n para defenderse cuando le queda poca.
R. Felipe Gonz¨¢lez, haciendo un an¨¢lisis que otros compartimos, no ha estimado conveniente usar ese instrumento ahora pero no es descartable que se vaya a utilizar.
P. ?Quiz¨¢ en septiembre?
R. ?Por qu¨¦ no?
P. Que Pujol reh¨²ya un compromiso formal parece indicar que no quiere ser un socio, sino un avalista. En esas condiciones ?la estabilidad no queda menguada por la provisionalidad?
R. Hay toda una gama de f¨®rmulas de colaboraci¨®n, y ninguna es a priori peor o mejor que otra. Los resultados de nuestro acuerdos, que son transparentes y se pueden leer en el BOE, no s¨®lo benefician a los catalanes sean o no de CiU, sino a todos los espa?oles. Por m¨¢s que se empe?e la derecha anticatalana no hay gato encerrado en los acuerdos con CiU. Los dirigentes del PP deber¨ªan aprender que si quieren gobernar deber¨¢n tener buenas relaciones con CiU necesiten o no sus votos.
P. Gonz¨¢lez ha dicho que cuenta con el apoyo de CiU para los Presupuestos de 1995 y para otros proyectos importantes ?Eso equivale a decir que el aval de CiU es para un a?o?
R. Los Presupuestos, que son la madre de todos los acuerdos tienen vigencia anual. Pero, en nuestra opini¨®n, los apoyos parlamentarios debieran tener como perspectiva agotar la legislatura
P. ?No teme que eso se resuma, para muchas personas, en que es casi m¨¢s de lo mismo?
R. Para recuperar los votos que nos faltaron el d¨ªa 12, yo tengo muy claro que no podemos ofrecer m¨¢s de lo mismo. Tenemos que aportar nuevas ideas nuevos estilos y mucha mayor disposici¨®n a escuchar lo que la sociedad quiere de nosotros. En los a?os ochenta nos permit¨ªamos el lujo de ofrecer m¨¢s de lo mismo. Ahora estamos en un momento de cambio y de renovaci¨®n.
P. El a?o ha comenzado con crecimiento econ¨®mico. Cuando termine, ?habr¨¢ habido creaci¨®n neta de empleo?
R. Espero que s¨ª.
P. Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas ha defendido en una comisi¨®n parlamentaria la reducci¨®n de las cotizaciones sociales, compensada con aumento de los impuesto indirectos. ?Qu¨¦ le parece?
R. Es una idea atractiva. Pero cuando se tiene la responsabilidad de cuadrar un presupuesto y reducir el d¨¦ficit p¨²blico hay que preguntarse a continuaci¨®n si la subida del Impuesto sobre el Valor A?adido proporcionar¨¢ los ingresos estimados o si alguno se quedar¨¢ en el camino, por el fraude. No podemos hacer las cuentas de la lechera. Yo le pedir¨ªa a quienes plantean eso que luego no se escabullan si hay que subir impuestos para pagar las pensiones o los gastos hospitalarios.
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