Pesadilla en blanco y negro
La compleja personalidad y la no menos compleja obra del escritor checoslovaco Franz Kafka han tentado a algunos grandes directores cinematogr¨¢ficos, pero los resultados obtenidos siempre han sido discutibles. Desde Orson Welles y su barroco El proceso (1962) hasta Marco Ferreri y su personal La audiencia (1971), que se sit¨²an en un confuso punto intermedio entre las novelas originales y la obra de sus respectivos realizadores.A los 29 a?os, tras el enorme ¨¦xito de su primera pel¨ªcula, Sexo, mentiras y cintas de video, que obtuvo en 1989 la Palma de Oro del festival de Cannes, Steven Soderbergh intenta en Kafka un nuevo acercamiento a la obra del gran escritor checo, a trav¨¦s una importante producci¨®n muy cuidada, rodada en blanco y negro y color en Praga, pero los resultados vuelven a ser discutibles. Esta vez gran parte de la culpa es del guionista Paul Rassam, que no logra construir una autobiograf¨ªa, como parece indicar el t¨ªtulo, sino una extra?a ficci¨®n que poco o. nada tiene que ver con el famoso escritor.
Kafka
Director: Steven Soderbergh. Gui¨®n: Paul Rassam. Fotograf¨ªa: Walt Lloyd. M¨²sica: Cliff Mart¨ªnez. Estados Unidos, 1991. Int¨¦rpretes: Jeremy Irons, Theresa Russell, Joel Grey, Ian Hoim, Jeroen Krabbe, Armin Mueller-Stahly Alec Guinnes. Estreno en Madrid: Cid Campeador y Princesa (V. O.).
A medio camino
A medio camino entre la intriga anarquista y la historia de ficci¨®n cient¨ªfica, este Kafka de Steven Soderbergh narra una pesadilla en blanco y negro, situada en Praga en 1919, que tem¨¢tica y visualmente resulta mucho m¨¢s cercana de las pel¨ªculas que poco despu¨¦s dirigieron F. W. Murnau y Fritz Lang, que de cualquiera de las conocidas novelas del autor checo que aparecen confusamente citadasSin embargo, el principal problema que presenta Kafka no es su t¨ªtulo, que puede confundir a cuantos admiradores del escritor se acerquen a verla, sino que Steven Soderbergh no ha sabido crear con los buenos elementos que ten¨ªa entre manos una pesadilla lo suficientemente fuerte para que tenga autonom¨ªa propia y nos permita olvidar por completo sus or¨ªgenes.Por tanto aparece como un intento fallido entre la famosa Sexo, mentiras y cintas de v¨ªdeo y la poco conocida, pero igualmente excelente, El rey de la colina (1993).
A pesar del cuidado con que ha sido rodada la pel¨ªcula, la belleza de sus decorados, principalmente el de la gigantesca oficina, y el perfecto trabajo de Jeremy Irons, que una vez m¨¢s demuestra ser uno de los grandes actores de la historia del cine, Steven Soderbergh no consigue que sus atractivas im¨¢genes se conviertan en una historia con aut¨¦ntica vida.
Babelia
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