Traves¨ªa a nado para todas las edades
Carlos Ferrando y Rafael Gallego tienen muy pocas cosas en com¨²n. El primero, ecuatoriano, apenas levanta un metro del suelo: tiene 10 a?os. El segundo, espa?ol, pasea y ba?a con or gullo sus 73 primaveras. Ayer por la ma?ana decidieron hacer lo mismo: zambullirse en las aguas m¨¢s famosas de la Casa de Campo, como participantes en la sexta traves¨ªa popular de su lago. Otras 350 personas copiaron la idea.
"Yo nadaba y nadaba, pero no avanzaba". Tan apesadumbrada explicaci¨®n no evit¨® que Carlos Ferrando llorara a moco tendido cuando se baj¨® de la barca que le traslad¨® hasta la orilla, minutos despu¨¦s de haberse lanzado al agua. ?l, junto a una veintena de ni?os menores de 11 a?os, compitieron en la categor¨ªa benjam¨ªn. Los chavales fueron, junto a los veteranos, los m¨¢s vigilados a lo largo de los 270 metros de recorrido. El g¨¦lido viento que soplaba a las 11.30, hora de inicio de la carrera, no les quit¨® la sonrisa de la boca a quienes llegaron al final, que fueron la mayor¨ªa, aunque lo hicieran tiritando y con los labios morados como berenjenas.La que, pese al fr¨ªo, obtuvo una victoria f¨¢cil fue la ganadora de la prueba femenina, en la que s¨®lo participaron cinco ni?as. Inmediatamente despu¨¦s les toc¨® el turno a los alevines, ni?os y ni?as de 12 y 13 a?os, donde la diferencia de f¨ªsico entre los participantes fue determinante, hasta el punto de que algunas madres no disimularon sus sospechas: "A m¨ª me parece que a algunos de ¨¦stos les queda bien poco para ir a la mili", lleg¨® a comentar una se?ora mientras consolaba a su hijo, de peque?a estatura.
En categor¨ªa alev¨ªn, hasta 13 a?os, la lucha por ganar fue feroz. Curiosamente, uno de los chavales, Isaac Pav¨®n, equivoc¨® su trayectoria y se sali¨® varios metros del circuito. Pese a ello, a¨²n le dio tiempo a quedar en segunda posici¨®n.
En lo que no se pon¨ªan de acuerdo los participantes era en la temperatura del agua. Para unos estaba helada; para otros, demasiado caliente. Eso s¨ª, todos coincid¨ªan en comentar que "mirabas para el fondo y lo ve¨ªas todo verde". ?Flora acu¨¢tica? "No, sencillamente, mierda". Y es que, pese a que se limpi¨® hace poco tiempo, el lago de la Casa de Campo acumula suciedad con una manifiesta tozudez.
Hacia la una de la tarde les toc¨® el turno a los veteranos nacidos antes de 1955. Y ah¨ª estaba Rafael Gallego lanzando al agua sus 73 a?os. A su lado, su mujer recordaba que, adem¨¢s de ser diab¨¦tico, su marido llevaba dos semanas? con una buena gripe encima. Pero dio igual. Rafael acab¨® la prueba. Lejos quedaba aquel a?o 35 en el que particip¨® en una carrera disputada en el mismo lago. "Por entonces", recuerda, "el agua era cristalina. Yo me lanc¨¦ sin haberme siquiera apuntado. No recuerdo c¨®mo qued¨¦. Luego, con la guerra, dej¨¦ de nadar. S¨®lo volv¨ª a hacerlo cuando me jubil¨¦. Y el otro d¨ªa v¨ª un cartel de la prueba de hoy y aqu¨ª me tiene, seguro de llegar el ¨²ltimo". Pero se equivoc¨®. Lleg¨® el pen¨²ltimo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.