Escenas de 'kabuki' en Ibercorp
El careo entre Mariano Rubio y Manuel de la Concha, ante el juez Jos¨¦ Emilio Coronado ha despertado cierta expectaci¨®n, pero todos los indicios apuntan a que en la tarde de hoy tendr¨¢ lugar una nueva escena, quiz¨¢ algo m¨¢s perfeccionada, de teatro kabuki, aquel en el que los actores se presentan en escena ataviados con m¨¢scaras. Los dos puntos esenciales que el juez pretende clarificar son los siguientes: la titularidad de la cuenta B 7MM-RU, perteneciente a Rubio y en la que figura su carn¨¦ de identidad, y el origen de los 115 millones all¨ª abonados en diciembre de 1986.Despu¨¦s de sus primeras declaraciones ante el Congreso y ante el juez, en las que asegur¨® no tener conciencia sobre la defraudaci¨®n que ha cometido, el ex gobernador dio un viraje de 180 grados. En su ¨²ltima comparecencia judicial admiti¨® que hab¨ªa faltado a la obligaci¨®n de informar a Hacienda sobre sus ingresos. ?Por qu¨¦ ese cambio de m¨¢scara?
Existe informaci¨®n solvente sobre la raz¨®n: el juez Coronado dej¨® saber que los 115 millones y quiz¨¢ algunos m¨¢s, pod¨ªan ser lisa y llanamente un cohecho. Es decir, que Rubio hab¨ªa sido gratificado por alg¨²n favor o informaci¨®n proporcionados a sus amigos. En otros otros t¨¦rminos, la estrategia de la inconsciencia del ex gobernador se revelaba como un arma peligrosa contra s¨ª mismo. Era necesario virar a toda m¨¢quina en la direcci¨®n exactamente opuesta, probar a toda costa el origen de los fondos: a saber, su participaci¨®n clandestina en la compra y posterior venta de Sistemas AF, en septiembre de 1986. Donde dije digo, digo Diego.
En su ¨²ltima declaraci¨®n, Rubio asegur¨® al juez que su cuenta 7MM-RU era utilizada tambi¨¦n por otras personas. Cuando se le pregunt¨® qui¨¦nes eran, dio el nombre de su primo Carlos Pittaluga, actualmente en Argentina, y agreg¨® que hab¨ªa tres nietos de su ex suegro, Justino Azc¨¢rate. El juez pidi¨® los nombres, pero Rubio contest¨® que no los recordaba, y entonces Coronado inquiri¨® qu¨¦ cantidades hab¨ªan aportado los presuntos beneficiarios de la citada cuenta. El ex gobernador dijo que Pittaluga hab¨ªa puesto un mill¨®n de pesetas y los tres nietos, una cantidad conjunta algo mayor.
Es cierto que los nietos -Justino, Azc¨¢rate, Carlos Fern¨¢ndez de Calella y Pablo de Azc¨¢rate- aportaron alrededor de un mill¨®n de pesetas que hab¨ªan recibido en herencia de su abuelo, Justino Azc¨¢rate. Pero todo esto no prueba que fueran beneficiarios de los 115 millones ingresados posteriormente en la cuenta 7MM-RU.
En el otro punto importante, el origen de los 115 millones, Rubio sostiene que particip¨® un poco a trav¨¦s de Manuel de la Concha y, en mayor proporci¨®n, a trav¨¦s del fallecido Juan Antonio Ruiz de Alda en el cr¨¦dito de algo m¨¢s de 1.400 millones que concedi¨® el Banco Urquijo Uni¨®n a la sociedad Traya para adquirir la sociedad Sistemas AF. Rubio insinu¨® al juez que De la Concha deb¨ªa de saber m¨¢s sobre el particular.
La posici¨®n del financiero en prisi¨®n se atiene a sus primeras declaraciones. La responsabilidad de la cuenta negra es responsabilidad de su cliente, Mariano Rubio, a quien se le remit¨ªan cada ejercicio los datos para hacer su declaraci¨®n de la renta. Sobre el segundo punto, De la Concha sostiene que no comparti¨® con nadie la parte el cr¨¦dito solicitado al Urquijo Uni¨®n y que se limit¨® a abonar los 115 millones en la cuenta de Rubio porque se le entreg¨® el dinero.
El informe de Hacienda sobre el patrimonio de Rubio no aclara c¨®mo se lleg¨® a1a cifra de 115 millones. Traya compr¨® Sistemas AF y se hizo una ampliaci¨®n de capital de 425 millones a 600 millones. M¨¢s tarde, en la primera quincena de noviembre de 1986, tuvo lugar una precolocaci¨®n para sacar finalmente en diciembre el 35% de la sociedad a Bolsa al 575%.
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