Conchita se gana la gloria a pulso
La espa?ola jugar¨¢ la final tras vencer a McNeil en un gran partido por 3-6, 6-2 y 10-8
Conchita Mart¨ªnez se hizo ayer un hueco en la historia del tenis espa?ol. No ha ganado todav¨ªa ning¨²n torneo del Grand Slam, pero ma?ana disputar¨¢ la final de Wimbledon. Conchita gan¨® ayer a la norteamericana Lori McNeil (19? mundial) por 3-6, 6-2, 10-8 en 2h 34m. Este hecho la convirti¨® en la primera espa?ola en 66 a?os que alcanza la final en la catedral del tenis mundial. Ese es su m¨¦rito. Hasta ahora s¨®lo la legendaria Lil¨ª ?lvarez lo hab¨ªa conseguido en tres ocasiones en los a?os 1926, 1927 y 1928. Y el s¨¢bado, frente a la estadounidense Martina Navratilova, que elimin¨® a su compatriota Gigi Fern¨¢ndez por 6-4, 7-6 (8-6), tendr¨¢ ocasi¨®n de ser la primera campeona espa?ola.Las apuestas no estaban de su lado. Conchita Mart¨ªnez, de 22 a?os, arrastraba una leyenda gris, seg¨²n la cual no era capaz de concretar las mejores ocasiones. As¨ª le ocurri¨® aqu¨ª el a?o pasado y as¨ª le sucedi¨® este mismo a?o en las semifinales de Roland Garros. Pero esta leyenda salt¨® hecha pedazos ayer.
"La hierba es buena para su juego", dijo antes del encuentro su entrenador, Eric Van Harpen. Se confirm¨®. Pero tambi¨¦n es cierto que esta vez la aragonesa ten¨ªa enfrente la mejor ocasi¨®n para alcanzar una final de un Grand Slam. El a?o pasado tuvo que enfrentarse a Steffi Graf en esta misma pista y hace menos de un mes a Arantxa S¨¢nchez Vicario en Par¨ªs.
Lori McNeil no es una rival f¨¢cil. Pero no admite comparaci¨®n con las dos anteriores. Y si te cae en una semifinal de un Grand Slam "es un regalo", como dice Van Harpen. Pero tambi¨¦n para la norteamericana era la ocasi¨®n de su vida. Sus 30 a?os no la ayudaron en nada, le crearon una presi¨®n suplementaria. Su estado f¨ªsico es peor que el de Conchita. Hasta ahora, McNeil hab¨ªa llegado s¨®lo a las semifinales del Open de Estados Unidos en 1987. Y la experiencia no le sirvi¨® porque estuvo todo el partido al menos tan tensa como Conchita, a pesar de que sus padres le encomendaron varias tareas dom¨¦sticas la noche anterior a la final para que se relajara.
Al principio, Conchita fue quien m¨¢s acus¨® la presi¨®n. Cometi¨® algunos errores de peso que permitieron a la norteamericana avanzarse 4-1 en el marcador. Pero la reacci¨®n de la aragonesa fue fulminante. Conchita perdi¨® el primer set.Pero, a partir de ah¨ª, encaden¨® 34 passings ganadores, frente a una tenista cuya principal virtud es el servicio y la volea. Ah¨ª estuvo realmente la clave del encuentro. Ah¨ª fue donde Conchita la gan¨®. La cuesti¨®n era comprobar si la espa?ola podr¨ªa superarla en la red o mantenerla en el fondo de la pista. Porque liberada de esta presi¨®n, el juego de Conchita es mucho m¨¢s completo y compacto que el de McNeil.
El resultado demostr¨® que s¨ª, que Conchita fue capaz de soportar la presi¨®n y que las dudas sobre la actitud que iba a mantener en la final no ten¨ªan sentido. Los gritos de ¨¢nimo que le lanzaban Eric Van Harpen, sus amigas Elvira V¨¢zquez y Louise Allen y otros espont¨¢neos desde la grada s¨®lo sirvieron para ir certificando que lo estaba haciendo bien. Que no deb¨ªa rendirse.
Su mente tuvo muchas ocasiones para bloquearse: cuando perdi¨® break-points en el tercer y el noveno juegos del tercer set, cuando tuvo que salvar dos bolas de rotura en el sexto y, sobre todo, cuando perdi¨® el break que hab¨ªa logrado con sudor y l¨¢grimas para colocarse con 7-6 y servicio. Pero lo super¨® todo. Y cuando tuvo una nueva ocasi¨®n -break para el 9-8-, sentenci¨® con su saque.
Conchita agradeci¨® el apoyo que recibi¨® del rey Juan Carlos tras haber perdido la semifinal de Roland Garros. "A ver si entre todos le damos un empujoncito a Conchita", dijo entonces el Rey a la prensa. La tenista desvel¨® la clave de su triunfo -"en el primer set se me ha encogido el brazo, pero he mantenido una actitud positiva"- y se pellizc¨® por la ocasi¨®n que vive: "Es emocionante y ser¨ªa incre¨ªble ganar un Grand Slam. Ante Navratilova tengo mis oportunidades de hacerlo".
Navratilova, un obst¨¢culo legendario
Conchita Mart¨ªnez se enfrentar¨¢ a una aut¨¦ntica leyenda viva cuando dispute ma?ana la final del torneo de Wimbledon. Martina Navratilova tiene 37 a?os, una edad en la que la mayor¨ªa de jugadoras han abandonado ya el tenis. Sin embargo, ella no s¨®lo permanece, sino que es capaz de alcanzar la final del torneo m¨¢s c¨¦lebre del mundo.La finalista deber¨¢ estar preparada. A pesar de su edad, Martina no va a regalar nada. Es, sin duda, la mejor jugadora sobre hierba, al menos, de la historia del tenis moderno. Y, aunque sus piernas van m¨¢s lentas, sigue encadenando bien su juego de servicio y volea. Gigi Fern¨¢ndez, su rival de ayer, pudo comprobarlo. Martina le dio algunas opciones. Incluso dispuso de una bola de set en el tie-break de la segunda manda. Pero los dos puntos finales del partido ofrecieron la verdadera imagen de Martina. Se la vio sacando y rematando en la red.
Jugar contra Martina puede llegar a intimidar. Ya no es s¨®lo su brillante palmar¨¦s, con 18 t¨ªtulos del Grand Slam y un total de 167 t¨ªtulos del circuito. El s¨¢bado Navratilova buscar¨¢ su d¨¦cima corona en la catedral y su decimonoveno triunfo contabilizando los dobles femeni?os y mixtos-. S¨®lo la supera Billie Jean King, su entrenadora con 20.
Adem¨¢s, la fuerza de Martina parece radicar tambi¨¦n en la grada. El p¨²blico de Wimbledon la adora y quiere verla ganar de nuevo en un torneo que puede ser el de su despedida -anunci¨® que si gana tal vez volver¨¢-. Pero, adem¨¢s, suele tener en el palco de familiares a varios miembros de su clan, todos femeninos, que viven tan apasionadamente como ella sus venturas y desventuras. Es posible que eso le d¨¦ tambi¨¦n una cierta fuerza psicol¨®gica.
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