Muros irreales

Fue una aut¨¦ntica l¨¢stima que la noche correspondiera exclusivamente a la celebraci¨®n de ¨¦xitos deportivos. Porque poca fue la gente que se acerc¨® al crematorio del rock, a disfrutar de la presentaci¨®n en directo del tercer ¨¢lbum, Assorted cookies, de este cuarteto madrile?o-mallorqu¨ªn. Con otros dos discos grabados y un buen bagaje de actuaciones, Vancouvers han ido cogiendo peso espec¨ªfico y un sonido ciertamente caracter¨ªstico, en el que la voz y estilo de Marta Romero y las artes guitarreras de Juan Santaner marcan el rumbo.La aportaci¨®n de un bater¨ªa tan curtido y s¨®lido como el Ni?o se hace definitiva. El resultado es un power pop acelerado, ciertamente hermoso e intenso, enganchado a emociones juveniles y perfectamente engranado con las tendencias actuales. Es m¨²sica de ahora mismo.

Sus canciones, Bad bad bird, Silence kills, King disaster, My friends & I, It's not too late o Miriam, son peque?os cuadros fragmentados en mil colores musicales que requieren la atenci¨®n inmediata de quien se para a verlos o, mejor dicho, escucharlos. Son canciones que transmiten.

P¨¦rdida

Por ello y sin querer pecar de incomprensi¨®n u obstinaci¨®n, haremos hincapi¨¦ una vez m¨¢s en la notable p¨¦rdida que supone para los grupos espa?oles el hecho de interpretar sus creaciones exclusivamente en ingl¨¦s. Salvando el hecho de que se trata de una opci¨®n art¨ªstica tan leg¨ªtima como cualquier otra, lo cierto es que se limita en gran medida el potencial comunicativo que la propia obra tiene. Se establece un muro estil¨ªstico de car¨¢cter irreal y da la impresi¨®n de que los grupos que incurren en tal pr¨¢ctica se autoenga?an, quiz¨¢ para vencer cierta timidez art¨ªstica.Sea como fuere, lo cierto es que las melod¨ªas de Vancouvers quiz¨¢ pudieran sonar igual o mejor en la lengua de Cervantes, que en la de Shakespeare. S¨®lo es cuesti¨®n de intentarlo.