Am¨¦rica Latina en Corf¨²
El Consejo Europeo de Corf¨² reafirma, en su declaraci¨®n final, la importancia que atribuye a las relaciones con los pa¨ªses latinoamericanos y los diferentes procesos de integraci¨®n subregional en curso en dicho continente, se felicita por los progresos conseguidos en todos los ¨¢mbitos (democracia, respeto de los derechos humanos, paz y desarme, reforma econ¨®mica e integraci¨®n regional) y manifiesta su deseo de fortalecer sus relaciones con esa regi¨®n. La Uni¨®n Europea empieza a plantearse un nuevo modelo de relaciones con Am¨¦rica Latina. Desde hace un cierto tiempo, pero especialmente en la reuni¨®n de ministros de Asuntos Exteriores de Sao Paulo (22-23 de abril de 1994) y en la reciente cumbre de Cartagena, el mensaje de Am¨¦rica Latina a Europa ha sido el siguiente: la opci¨®n pol¨ªtica fundamental de Am¨¦rica Latina es global, no s¨®lo hemisf¨¦rica, ni exclusiva con Estados Unidos. No acepta un mundo dividido en compartimentos estancos, en sentido vertical, y por ello pide una vinculaci¨®n especial con la Uni¨®n Europea, con la que comparte no s¨®lo una identidad cultural, sino todo un conjunto de valores como la paz, la democracia, el respeto a los derechos humanos y la b¨²squeda del desarrollo econ¨®mico con equidad social.En Corf¨², la Uni¨®n Europea ha respondido afirmativamente y ha se?alado, en sustancia, que Am¨¦rica Latina tiene ya credenciales suficientes para un di¨¢logo y una relaci¨®n de alto nivel con la Uni¨®n Europea. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Doce han pedido a la Comisi¨®n Europea una reflexi¨®n estrat¨¦gica que permita perfilar la nueva agenda para una relaci¨®n fecunda entre la Uni¨®n Europea y Am¨¦rica Latina.
Cuatro son, a nuestro entender, los ejes de la nueva estrategia hacia Am¨¦rica Latina:
1. Mercosur. Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay son ya unos pa¨ªses normalizados en t¨¦rminos democr¨¢ticos, con alternancia de poder, lo que constituye la clave de consolidaci¨®n democr¨¢tica. La Uni¨®n Europea es el primer socio comercial, el primer inversor y el primer donante de ayuda de los pa¨ªses que configuran el Mercosur. En el trienio 1990-1992, ¨¦sta fue la regi¨®n del mundo donde las exportaciones de la Uni¨®n Europea mostraron un mayor incremento.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, es del mayor inter¨¦s, tanto para la Uni¨®n Europea como para Mercosur, dotar a nuestra cooperaci¨®n de una aut¨¦ntica continuidad estrat¨¦gica, que falta hoy, y centrarla sobre una asociaci¨®n que tenga como objetivo consolidar la modernizaci¨®n de Mercosur y reforzar los lazos pol¨ªticos y econ¨®micos con la Uni¨®n Europea. Si los pa¨ªses del Mercosur son capaces de consolidar el proceso de uni¨®n aduanera previsto para 1995, ello nos permitir¨ªa celebrar un acuerdo de regi¨®n a regi¨®n (Mercosur / Uni¨®n Europea) que podr¨ªa incluso llegar al libre comercio.
El hecho de que Chile, candidato privilegiado por Estados Unidos para incorporarse al NAFTA, haya solicitado ser observador en Mercosur pone de manifiesto la viabilidad de este proyecto. En Am¨¦rica Latina ha empezado a entenderse que, para negociar la participaci¨®n en el NAFTA, es necesario consolidar al mismo tiempo la integraci¨®n subregional.
2. M¨¦xico no s¨®lo es un pa¨ªs grande, sino tambi¨¦n una potencia emergente cuyas caracter¨ªsticas b¨¢sicas se han modificado profundamente con la firma del NAFTA y el ingreso en la OCDE. Ahora bien, he podido constatar que esta nueva situaci¨®n no ha disminuido en nada la voluntad de M¨¦xico de intensificar su relaci¨®n con la Uni¨®n Europea. Por ello, ha llegado el momento de renovar el marco de cooperaci¨®n con M¨¦xico y orientarlo hacia objetivos m¨¢s ambiciosos que respondan a la nueva realidad. La Uni¨®n Europea ser¨¢ el factor de equilibrio en la relaci¨®n de M¨¦xico con NAFTA.
3. Aparece tambi¨¦n la necesidad de celebrar un nuevo convenio de cooperaci¨®n con Am¨¦rica Central. La Uni¨®n Europea ha contribuido ya de manera sustancial no s¨®lo al desarrollo, sino tambi¨¦n a la pacificaci¨®n de esta regi¨®n. Ser¨¢ necesario reorientar nuestra cooperaci¨®n con vistas a reforzar su coherencia y eficacia, en el marco de una programaci¨®n plurianual, que incluya la definici¨®n de sectores prioritarios y que incida de una forma decisiva en el proceso de modernizaci¨®n del Estado y de sus relaciones con la sociedad civil.
4. Los pa¨ªses del pacto andino dieron en 1989 un impulso a su integraci¨®n. Para esta regi¨®n y a corto plazo, lo esencial ser¨¢ el apoyo al fortalecimiento de sus instituciones democr¨¢ticas y de sus administraciones, la ayuda al desarrollo y la renovaci¨®n actualizada de las preferencias arancelarias andinas, y ello no s¨®lo en el contexto de lucha contra la droga, sino tambi¨¦n como instrumento de desarrollo econ¨®mico y social. Estos pa¨ªses han alcanzado un nivel de desarrollo en el que el acceso a los mercados del mundo desarrollado es ya m¨¢s importante que la mera ayuda financiera.
A la Uni¨®n Europea y Am¨¦rica Latina la geograf¨ªa las separa; la historia y la cultura las acerca. Pero no es s¨®lo cuesti¨®n de historia y de cultura: en conjunto, se puede afirmar hoy d¨ªa que Am¨¦rica Latina ha abandonado los modelos proteccionistas e inflacionarios del pasado y busca la soluci¨®n de sus problemas en el desarrollo de sistemas econ¨®micos abiertos, modernos y competitivos. Los ¨¦xitos registrados por estas pol¨ªticas est¨¢n animando una entrada importante de inversiones europeas en sectores estrat¨¦gicos. (telecomunicaciones, transporte a¨¦reo, infraestructuras urbanas, energ¨ªa, etc¨¦tera), que por su propia naturaleza garantizan la continuidad de la presencia europea.
As¨ª pues, el escenario m¨¢s probable para Am¨¦rica Latina es el de un aumento de la prosperidad del conjunto de la regi¨®n y su integraci¨®n competitiva en la econom¨ªa mundial. Sin embargo, el ¨¦xito de esta estrategia de ajuste de las estructuras econ¨®micas ha puesto en evidencia otros problemas de fondo que corren el riesgo de crear serios problemas e hipotecar el proceso: la pobreza, la debilidad en el funcionamiento de las instituciones y la aparici¨®n de un gigantesco sector informal que amenaza la cohesi¨®n del conjunto de la econom¨ªa.
El gran reto que deber¨¢ afrontar Am¨¦rica Latina en el siglo XXI es la deuda social: Am¨¦rica Latina debe redistribuir su riqueza de un modo m¨¢s justo, para no poner en peligro los avances conseguidos en materia de desarrollo econ¨®mico y pol¨ªtico. La UE debe ser consciente de que una Am¨¦rica Latina encogida y aislada, otra vez, ser¨ªa una gran p¨¦rdida para Europa. En la UE, rica en su diversidad, existen sensibilidades diferentes y es necesario aprovechar las oportunidades que se van a presentar en los pr¨®ximos dos a?os. En efecto, en este periodo, Alemania, Francia, Espa?a e Italia, por este orden, asumir¨¢n la presidencia de la Uni¨®n Europea. ?ste es, pues, el momento: un nuevo dise?o estrat¨¦gico est¨¢ ya en marcha.
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