Enfermeros convertidos en asesinos

"Es insoportable. Esto no tiene fin", exclamaba minutos antes de abandonar ?frica el m¨¦dico espa?ol Luis Velilla, que ha trabajado en las ¨²ltimas semanas para la organizaci¨®n M¨¦dicos Sin Fronteras de Espa?a en el campo de refugiados de Benaco, en territorio tanzano. Velilla sospecha que enfermeros de sus dispensarios han cometido asesinatos.El doctor Velilla, un ginec¨®logo madrile?o que presta sus servicios en un hospital de M¨¢laga, asegura espantado que el exterminio sistem¨¢tico entre hutus y tutsis contin¨²a fuera de las fronteras de Ruanda y que incluso tiene lugar en un campo de refugiados, el de Benaco, considerado el mayor del mundo, con m¨¢s de 300.000 personas.

"Se est¨¢ asesinando all¨ª dentro sin que nadie haga nada", explica. "Y ¨²ltimamente nos hemos encontrado por las ma?anas, al regresar al trabajo, con muertes inexplicables". "Al principio nos llam¨® la atenci¨®n que casi todos los muertos fueran tutsis y no presentaran ninguna se?al de violencia", dice Velilla, "pero luego hemos sabido que en las primeras semanas de la matanza se utilizaron venenos para exterminar a la poblaci¨®n".

Lo m¨¢s grave es que las muertes en extra?as circunstancias se est¨¢n produciendo incluso en los dispensarios de las organizaciones humanitarias que atienden a la poblaci¨®n de Benaco, lo que hace pensar que incluso el personal local empleado por dichas organizaciones, hutus en su pr¨¢ctica totalidad por exigencia de los l¨ªderes refugiados en dicho campo, estar¨ªa implicado en los asesinatos.

"Hace unos d¨ªas", explic¨® Velilla, "encontr¨¦ a una mujer tutsi con su hija que hab¨ªa sido rechazada del centro nutricional. Insist¨ª en que regresara a por la comida que le correspond¨ªa para su hija y a la ma?ana siguiente la ni?a, que estaba en perfectas condiciones de salud aunque s¨®lo algo desnutrida, amaneci¨® muerta en el hospital sin ning¨²n signo que pudiera explicarlo".