"La prensa, a distancia del poder" afirma el director de 'Le Monde'
Colombani alude a Berlusconi como un riesgo para la democracia
La prensa debe mantener siempre "las distancias necesarias con el poder". No se trata de ejercer una oposici¨®n sistem¨¢tica, sino de preservar la informaci¨®n de "las estrategias que tienden a colocar aqu¨¦lla al servicio de los poderes pol¨ªtico, econ¨®mico o sindical". Esta tesis fue defendida ayer por el director de Le Monde, Jean-Marie Colombani, durante el curso sobre La prensa, nuevo intelectual colectivo, que la Universidad Complutense desarrolla en El Escorial coordinado por Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, director de publicaciones de PRISA.
Colombani aval¨® su tesis con el ejemplo del peligro vivido por su propio diario entre 1980 y 1986, periodo en que perdi¨® lectores. "Le Monde", dijo, "fue excesivo en la cr¨ªtica a la derecha y acompa?¨® demasiado a la izquierda desde que ¨¦sta accedi¨® al poder", proceso que s¨®lo se cort¨® con la investigaci¨®n del caso Greenpeace [Las responsabilidades del Estado franc¨¦s en el hundimiento de un barco ecologista].Sin embargo, la toma de distancias respecto a los poderes se ve complicada por la capacidad de la televisi¨®n para convertirlo todo en espect¨¢culo. El director de Le Monde est¨¢ convencido de que su Gobierno no habr¨ªa intervenido en Ruanda, ni las potencias occidentales en Bosnia, si no hubieran mediado las dram¨¢ticas escenas televisadas que han conmovido a la opini¨®n. El problema, para ¨¦l, es que esa espectacularidad est¨¢ dictada por exigencias de competencia comercial.
Tanto o m¨¢s necesario que reflexionar sobre tales problemas es esa creciente combinaci¨®n de sistemas de ordenador, tel¨¦fono y televisi¨®n denominada autopistas de, la informaci¨®n, que va a provocar la consolidaci¨®n de grandes grupos empresariales, ajenos a lo que hasta ahora era el mundo de la informaci¨®n.
"La prensa se juega su credibilidad e incluso su supervivencia en salvaguardar la informaci¨®n en medio de esas gigantescas concentraciones"., asever¨®. En ese contexto, valor¨® el caso de Italia como el de un laboratorio del futuro: el pa¨ªs en que un grupo de comunicaci¨®n no ha apoyado a una opci¨®n pol¨ªtica, sino que, por primera vez, ha llevado a su propio dirigente, Silvio Berlusconi, a la cabeza del Gobierno.
"Un nuevo Montesquieu"
Siempre seg¨²n Colombani, esa clase de "populismo" que se ensaya en el laboratorio italiano conlleva un grave riesgo para el equilibrio de poderes, hasta el punto de que "es preciso que aparezca en Europa un nuevo Montesquieu, capaz de teorizar un nuevo sistema de equilibrios
para preservar la dernocracia".
La reflexi¨®n pas¨® del problema general a la crisis de lectores. En el coloquio, el profesor Jos¨¦ Vidal Beneyto record¨® que los j¨®venes de la Uni¨®n Europea, entre los 6 y los 18 a?os, presencian una media de 18.000 horas de televisi¨®n, mientras que la exposici¨®n a la educaci¨®n formal -escuelas, universidades- no llega a las 11.000 horas en ese mismo periodo de la vida. "He ah¨ª la amplitud del problema", apostill¨® Colombani.
En el mismo curso, Javier Pradera afirm¨® que la prensa ha desempe?ado un aut¨¦ntico papel de "intelectual colectivo", tanto en la transici¨®n -al ampliar las modestas soluciones inicialmente previstas por la reforma Su¨¢rez- como, en ¨¦poca m¨¢s reciente, al obligar a que los casos de Juan Guerra, Rubio y Rold¨¢n "aparecieran en la agenda". El soci¨®logo Enrique Gil Calvo, por su parte, opin¨® que la prensa cumple el papel de sacar a la luz lo peor de la sociedad, mejor que el de orientar las soluciones.
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