Cachao, creador del mambo, act¨²a en Espa?a tras 32 a?os
Treinta y dos a?os despu¨¦s de actuar en garitos nocturnos madrile?os y chiringuitos de la costa, el padre del mambo ha regresado a Espa?a para una serie de recitales que han comenzado en el casco hist¨®rico de Las Palmas de Gran Canaria. Los pr¨®ximos d¨ªas 14 y 16 de julio actuar¨¢ en Barcelona y en Gij¨®n, y el 19 de este mismo mes presentar¨¢ en Miami su nuevo disco, Cachao: mambo y descarga, que recoge para cada uno de los 12 temas una modalidad distinta de la ra¨ªz afrocubana.El actor Andy Garc¨ªa le cambi¨® la vida hace dos veranos, cuando rod¨® el documental Cachao, como su ritmo no hay dos. "Desde que ¨¦l me promocion¨®, ya no he parado un momento",dice Cachao, sencillo y afable, con una energ¨ªa sorprendente a sus 76 a?os. "Chico, yo lo paso pipa subido a un escenario. La pregunta no es c¨®mo resisto a mi edad los conciertos, sino c¨®mo soporto que se acaben. A m¨ª me tienen que abofetear para bajarme. Me dicen: "Cachao, que ya se acab¨®', y yo no me entero", dice el bajista y compositor.
Pronto se pone en guardia con la palabra salsa. "Es tremendo disparate. La salsa no existe, nunca ha existido como modalidad musical. Tener salsa es el equivalente a la expresi¨®n castellana de tener salero, y, que yo sepa, no existe ning¨²n ritmo espa?ol de m¨²sica salero. S¨®lo porque, en 1926, el gran Ignacio Pi?ero dijo en una de sus canciones '¨¦chale salsita', se expandi¨® una confusi¨®n para llamar a un g¨¦nero que es protot¨ªpicamente cubano", explica el hombre que en 1938 ide¨® el mambo y, 20 a?os despu¨¦s, invent¨® tambi¨¦n esa m¨²sica que ¨¦l mismo denomin¨® descargas. "Nos cost¨® seis meses sin trabajo", dice Cachao.
"Est¨¢bamos cansados del ritmo uniforme de los danzones, y decidimos pegarle candela. Sab¨ªamos que el p¨²blico no estaba preparado para aquellas improvisaciones aceleradas sobre el danz¨®n, pero insistimos, y s¨®lo al cabo de medio a?o con la sala vac¨ªa, comenz¨® a llegar la gente como loca. El mambo comenz¨® a hacer furor", rememora Cachao, mitigando el hecho de que otros ostentaran el reinado del mambo. "Yo no puedo estarle sino agradecido a P¨¦rez Prado por su formidable trabajo de divulgaci¨®n. Una vez me llam¨®, en 1962 para una actuaci¨®n en Madrid porque le faltaba un bajo, y yo acept¨¦ encantado", manifiesta Cachao. En antros de madrugada consigui¨® sobrevivir durante d¨¦cadas, desde aquel a?o y medio que pas¨® entre Madrid y las costas alicantina y malague?a, reci¨¦n exiliado de Cuba en 1961, hasta su traslado a Estados Unidos.
Es asimismo reticente con la moda latina, porque "muchos incurren en una monoton¨ªa comercial, cuando todos tenemos que comer variado", explica Cachao con un men¨² bien heterog¨¦neo entre sus manos: entre guarachas, guajiras, d anzones, danzas, contradanzas y descargas, lleg¨® a grabar 29 n¨²meros en 10 d¨ªas. Doce de ellos componen Cachao: mambo y descarga. A¨²n le sobran 17 para otro disco.
Babelia
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