Lola Flores: todos los fuegos, el fuego

Si hubiera un zo¨®logo dispuesto a buscar la especie de animal aut¨®ctono m¨¢s irreproducible y con m¨¢s fuerza de la fauna hisp¨¢nica tendr¨ªa que haber estado en el programa-homenaje que Antena 3 Televisi¨®n celebr¨® el pasado jueves para la fiera mayor del reino. M¨¢s conocida por La Faraona, Lola Flores. Animal hembra al borde de la extinci¨®n. Deja como descendencia tres hermosos cachorros, tres espl¨¦ndidos ejemplares de esta jaur¨ªa llamada Espa?a, pero que nunca tendr¨¢n la belleza salvaje de la reina madre. Hay fierezas que no se pueden reproducir y mucho menos cerrar en una jaula llamada televisi¨®n.La noche televisiva de La Faraona tuvo la heterodoxia, el disparate y la exageraci¨®n que rodean a ese resumen de excesos necesarios que llamamos Lola Flores. El fuego de Lola no hizo arder el Palacio de Congresos de lfema porque ten¨ªa dos ministras, como dos guardias civiles, como dos bomberas voluntarias a sus costados, Carmen Alborch y Cristina Alberdi.

En la misma hoguera estaban el presidente de la cadena, Antonio Asensio con se?ora, la herman¨ªsima Carmen Flores, un empresario y ese gitano tranquilo y esc¨¦ptico que todos conocen por El Pescadilla, marido de Lola y padre de la dinast¨ªa.

En las otras hogueras, en el resto de las mesas de la ceremonia, unas tribus plurales y muertas de sed soportaron estoicamente los repetidos lugares comunes del presentador, Jes¨²s Puente, que hizo un fr¨ªo recorrido por los t¨®picos que persiguen a La Faraona desde Pern¨¢n a nuestros d¨ªas. Nada de eso rest¨® ardor a la ardiente Lola que, complacida, repart¨ªa l¨¢grimas y sonrisas a sus amigos en la noche de las medallas: medalla de los empresarios madrile?os, Giraldillo del alcalde de Sevilla, medalla del alcalde de Madrid. Y Gil y Gil con calle marbell¨ª en una mano y medalla de lo mismo en la otra. Y la medalla de todas las medallas, la de Oro al M¨¦rito en el Trabajo entregada por el socialista y ministro Gri?¨¢n y recordada en v¨ªdeo durante la gala.

Y el programa segu¨ªa entre piropos, fandangos, alegr¨ªas y un p¨²blico m¨¢s seco que la. mojama. Por all¨ª desfilaron las folcl¨®ricas de la patria m¨ªa, de Gracia Montes a Marujita D¨ªaz, con Juanito Valderrama en el centro. Muy cerca, la factor¨ªa Almod¨®var incluidas Rossy de Palma y una Bib¨ª espectacular y matadora. Y Serrat. El noi cantando por copla, por las m¨²sicas de los patios de vecinos de su infancia, haciendo a su manera el Pena, penita, pena. Lo m¨¢s emotivo del sue?o de una noche de verano y Lola.

Y casi al final, el drama, el torbellino, la todopoderosa Roc¨ªo Jurado aparece en rosa chill¨®n. Sin exagerar casi nada: "Yo creo que Lola es inmensa como el Universo, como Dios, lo m¨¢s grande en la Tierra y fuera de la Tierra".

Y la tea se puso a arder. Al final los hijos, las tres hermosas fieras que toman el relevo de ese coraje de vivir. Y as¨ª termin¨® una noche de televisi¨®n y fuego. As¨ª deben terminar todos los fuegos, el fuego, ardiendo en una hoguera llamada ola.