Vulnere la ley por 300 pesetas

El Ayuntaiento de San Mart¨ªn de Valdeiglesias (5.580 habitantes), de mayor¨ªa socialista, gestiona desde hace dos meses el c¨¢mping m¨¢s barato de toda la re gi¨®n. Con s¨®lo 300 pesetas diarias por tienda, los veraneantes tienen derecho a carecer de duchas, ser vicios limpios, labavos, comedor y asistencia sanitaria. Y adem¨¢s es ilegal. Mientras tanto, el ¨²nico campamento legal de la zona, La Enfermer¨ªa, agoniza porque no puede luchar contra esta oferta municipal veraniega. "Nos est¨¢n llevando a la ruina", clamaba ayer Ram¨®n Mart¨ªnez Bermejo, su propietario.El c¨¢mping La Enfermer¨ªa tiene capacidad para 125 tiendas de campafia., Cuenta con lavabos, fregaderos, aparcamiento, servicios separados para hombres y mujeres, parque infantil, agua caliente duchas, tienda, bar, jardines y vigilancia durante las 24 horas del d¨ªa. Sin embargo, ayer los clientes se resist¨ªan a entrar en sus instalaciones: s¨®lo cinco tiendas de campa?a sobresal¨ªan entre los 40.000 metros cuadrados de su extensi¨®. "No hay derecho a esto. Pagamos cinco millones de pesetas de impuestos municipales y, encima, el Ayuntamiento nos arruina sin piedad", afirma Ram¨®n Mart¨ªnez.

Su propietario ha interpuesto varias denuncias ante la Direcci¨®n General de Turismo, la Agencia de Medio Ambiente y la Guardia Civil. "Nadie me hace caso", se queja. A escasos metros de su vac¨ªo negocio, m¨¢s de un centenar de tiendas se levantan, con el benepl¨¢cito del Ayuntamiento, en una finca municipal que bordea el embalse de San Juan y donde, curiosamente, est¨¢ prohibida la acampada por la Comunidad. Los vigilantes contratados por el Ayuntamiento cobran 300 pesetas diarias por coche y otras, 300 pesetas por cada tienda. Y permiten as¨ª la acamipada libre.

Los centenares de veraneantes que acampan ilegalmente. en torno al pantano carecen de instalaciones sanitarias suficientes. "Hacemos nuestras necesidades en el monte porque los dos servicios qu¨ªmicos que hay est¨¢n a repletos y muy sucios: s¨®lo los limpian una vez a la semana. Da asco entrar", comenta el acampado Manuel Guti¨¦rrez. "Adem¨¢s, cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil encontrar un lugar ¨ªntimo, porque la zona pr¨®xima a nuestra tienda comienza a estar plagada de excrementos". "Cada d¨ªa tenemos que alejarnos un poquito m¨¢s", remacha.

Ram¨®n Mart¨ªnez comenta: "Muchos acampados fuera de nuestras instalaciones intentan lavarse y arreglarse en nuestros servicios: tenemos que echarlos. No quieren pagar, pero s¨ª utilizar nuestros lavabos".

Este peri¨®dico pudo comprobar ayer que los vigilantes de los terrenos municipales no imped¨ªan la instalaci¨®n de las tiendas de campa?a. Incluso, indicaban amablemente los mejores lugares para levantar las lonas. "Aqu¨ª acampa todo el que lo desea. S¨®lo hay que abonar las 300 pesetas que te pido el vigilante por cada d¨ªa de estancia con la tienda. Ayer mismo, el guardia me invit¨® a pagar los diez d¨ªas que deb¨ªa", recuerda la veraneante Mar¨ªa Casabella. Preguntada por qu¨¦ no se trasladaba al campamento legal, respondi¨®: "?ste es m¨¢s barato y, adem¨¢s, acampas junto al agua".