Euforias desmedidas

Quiero dejar bien claro que en principio no tengo nada en contra del f¨²tbol, incluso en alguna ocasi¨®n -rara- he podido disfrutar de alg¨²n que otro partido y de jugadas memorables. Sin embargo, no comprendo las euforias desmedidas que provocan las victorias y derrotas de los unos y los otros, ni las acciones b¨¢rbaras que se derivan de la exaltaci¨®n desmedida de algo que se escapa a mi corto entendimiento. Me pregunto, en mi supina ignorancia, cu¨¢l es el resorte que mueve a las masas a manifestarse violentamente cuando se pone en juego el honor futbol¨ªstico, qu¨¦ hace que todos los forofos se sientan hermanados o enemistados, qu¨¦ ideolog¨ªa les empuja a salir a la calle y celebrar como si fuera el ¨²ltimo d¨ªa de sus vidas, qu¨¦ misterioso e incomprensible mecanismo ps¨ªquico se pone a funcionar en la mente de los hinchas cuando un equipo representa a un pa¨ªs... Y, sobre todo, qu¨¦ les da derecho a invadir la ciudad con sus ruidos, paralizar el tr¨¢fico, meterse dentro de la Cibeles y utilizarla como piscina p¨²blica.-