S¨®lo vale la victoria

Nunca se perdona una derrota en Brasil y menos en una final. No le queda pues otra opci¨®n que ganar a Italia. Los n¨²meros, para empezar, no pintan mal. "Me siento optimista", proclama Carlos Alberto Parreira, un t¨¦cnico al que la hinchada silba incluso cuando anuncia su nombre por los altavoces del estadio. "Miren", replica, "somos el equipo m¨¢s goleador del campeonato (11 goles), al que menos tantos le han marcado (tres) y el que, continuando invicto, menos puntos ha cedido (uno). Nos merecemos estar en la final. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir? ?Una buena final? No lo duden. Nosotros estamos conformes con lo que hemos hecho, pero Italia se ha ido creciendo en los momentos decisivos. Merece tambi¨¦n mi respeto y admiraci¨®n. Pero fuimos los primeros tricampeones del mundo y ahora queremos ser tambi¨¦n los primeros tetracampeones". El juego est¨¢ tambi¨¦n del lado brasile?o. "Hemos hecho mejor f¨²tbol que los italianos y por tanto entiendo que salgamos como favoritos", proclama Bebeto. "Asumimos esta responsabilidad, porque desde el principio s¨®lo nos vale ganar. De los segundos nadie se acuerda". "Le tenemos muchas ganas a Italia", advierte Mauro Silva.Hay tambi¨¦n un trasfondo social. Los jugadores desean que su pueblo recupere la sonrisa. "Una victoria no sacar¨ªa a Brasil de la pobreza ni arreglar¨ªa sus problemas", se lamenta Mauro Silva, "pero le dar¨ªamos una alegr¨ªa. Hoy es un pueblo de mucha tristeza".