Un sue?o de ¨¦xito

Digamoslo una vez m¨¢s: en ballet no hay milagros, sino trabajo, y cuando es serio, consciente e inspirado, el resultado art¨ªstico est¨¢ garantizado. Yorgos Loukos ha continuado y hasta mejorado el ideario de compa?¨ªa planteado hace unos a?os por Fran?oise Adret: un modelo de pr¨¢ctica democr¨¢tica en lo ballet¨ªstico que Espa?a deb¨ªa considerar alguna vez. La agrupaci¨®n lionesa ha hecho de la nueva creaci¨®n efectivo repertorio, tras una selecci¨®n rigurosa y plural en cuanto a estilos, talentos y tendencias. De ese bregar surgi¨® esta Cendrillon (1985), obra maestra de la francoespa?ola Maguy Marin, que est¨¢ recorriendo el mundo y ya se ve con la seguridad del acierto que quedar¨¢ activo por mucho tiempo.El secreto est¨¢ en esa ternura de lo deforme junto a lo infantil. Las gordas fict¨ªcias con m¨¢scara de una anterior creaci¨®n, May B., aqu¨ª aparecen un poco m¨¢s estilizadas, pero siempre con mollitas. El cuento tradicional es vertido en una casa de mu?ecas gigante, futurista y poblada de juguetes, algunos malvados, otros inocentes. La danza, articulada sobre los patrones del aut¨®mata, el bibelot y la marioneta, tiene curiosos valores formales y r¨ªtmicos. A saber, esa m¨ªmica torpona entre pasos de ballet descontextualizados que arranca sonrisas.

La f¨®rmula mu?eco-bailarina ya estaba en los recursos teatrales del ballet desde antes de Coppelia (1870), aunque el antecedente directo de esta Cenicienta de Marin es otro ballet petersburgu¨¦s: El Hada de las Mu?ecas (c.1900) de los hermanos Legat, que se ambientaba tambi¨¦n en una hipot¨¦tica casa de miniaturas animada por una vara m¨¢gica, y donde tambi¨¦n hab¨ªa danza espa?ola, sue?o y aventuras. Marin saca partido a la crueldad infantil y a la atm¨®sfera encantada; hace so?ar y hasta logra que la dificil m¨²sica de Prokofiev, core¨²ticamente hablando, se integre en el todo teatral. La orquesta sevillana estuvo atinada bajo la batuta del talentoso Pillot, y el Maestranza registr¨® su primer lleno aut¨¦ntico y total en esta edici¨®n del festival, con un p¨²blico entregado y justificadamente generoso en aplausos.