El estado de Rominger hace prever su retirada
Mientras Indur¨¢in se encaminaba hacia el podio, Rominger cruzaba la l¨ªnea de meta y, sin detenerse, daba media vuelta y, cuesta abajo, se dirig¨ªa al coche de su equipo para que le devolviera al hotel. Se le vi¨® m¨¢s p¨¢lido que nunca, envuelto en sudor, y sufriendo. Unzaga, su fiel gregario, confes¨® que el l¨ªder de la formaci¨®n Mapei no se encontraba bien: "Ya en las primeras rampas nos dijo que tuvi¨¦ramos cuidado, que estaba sin, fuerzas. Habr¨¢ que ir cambiando los objetivos y empezar a pensar en ganar alguna etapa".Rominger, horas despu¨¦s, confirmaba que su salud no es buena: "En cuanto hago un esfuerzo se me hace una bola en el est¨®mago y me cuesta pedalear. Ahora s¨®lo conf¨ªo en que en estas etapas de llano me pueda recuperar para hacer un papel, digno en los Alpes". La impresi¨®n general en el equipo es que Rominger pueda retirarse en los pr¨®ximos d¨ªas si persiste su mal estado.
Indur¨¢in, que hoy, cumple 30 a?os, dice que sus propios compa?eros de equipo le comunicaron el momento en que tanto Rominger como De las Cuevas comenzaron a dar s¨ªntomas de debilidad en la ¨²ltima ascensi¨®n: "Bernard se encarg¨® de tirar y luego yo hice el resto. La dureza de la etapa permit¨ªa, por s¨ª sola, obtener grandes diferencias".
La diferencia de casi ocho minutos con sus perseguidores m¨¢s cercanos empieza a ser considerada como "bastante" por Indur¨¢in: "Vienen dos o tres d¨ªas de transici¨®n, en los que habr¨¢ ataques p ara ganar las etapas, y el equipo, que est¨¢ fenomenal, se encargar¨¢ de controlarlos. Luego tendr¨¦ que ser yo en los Alpes el que tenga que responder en los momentos claves".
Sobre los rivales a los que hay que controlar, Indur¨¢in cit¨® por primera vez a Leblanc y Virenque, "que est¨¢n empezando a recuperar tiempo". Pantani a¨²n se encuentra lejos y por eso ayer no respondi¨® a su ofensiva: "Me daban constantes referencias de la diferencia que nos llevaba y no merec¨ªa la pena arriesgarse, bajando el Tourmalet para ir a por ¨¦l".
Indur¨¢in se present¨® en la meta con un buen aspecto f¨ªsico, al contrario que otros muchos, aunque dijo haberse cansado m¨¢s que en la subida a Hautacam. La llegada de los corredores result¨® pat¨¦tica en algunos casos, ante la fatiga que presentaban. M¨¢s de la mitad de pelot¨®n lleg¨® desperdigado y en fila india, entrando corredores hasta 37 minutos despu¨¦s de que lo hiciera el vencedor. Fue entonces cuando apareci¨® el autob¨²s, compuesto por 69 corredores que se hab¨ªan agrupado para subir los ¨²ltimos puertos en compa?¨ªa. Eran aquellos que no disputaron la etapa, sino que se limitaron a llegar, porque ni tienen posibilidades de una buena clasificaci¨®n ni su misi¨®n ayer era ayudar a sus jefes de equipo.
Escondidos en el grueso paquete iban ilustres como Bugno, dos l¨ªderes que ha tenido el Tour, Mus¨¦euw y Vanzella, y el hasta ayer rey de la monta?a, De Clerq, t¨ªtulo que ha ce dido a Virenque, el aut¨¦ntico coloso de la etapa, tras pasar en primera posici¨®n dos de los primeros puertos menores que hab¨ªa a la salida y despu¨¦s coronar en cabeza Aspin, Tourmalet y Luz Ardiden. En Peyresourde y la primera peque?a cota del recorrido pas¨® tercero.
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