Tony Rominger lanza la toalla
El suizo abandona con s¨ªntomas de inferioridad, m¨¢s que de indisposici¨®n f¨ªsica
Toni Rominger abandon¨® en la etapa de ayer, cuando despu¨¦s de 2.516 kil¨®metros su diferencia con Miguel Indur¨¢in le era desfavorable en 7.56 minutos. Aleg¨® que no se encontraba bien de salud. Una legi¨®n de corredores franceses quedan ahora como ¨²nicos rivales del l¨ªder, a una distancia que es la mayor de la que ha dispuesto Indur¨¢in para ganar cualquiera de sus tres Tours.La etapa que signific¨® la retirada de Rominger transcurr¨ªa r¨¢pida, lanzada por hombres que hab¨ªan perdido diez minutos como m¨ªnimo el d¨ªa anterior sobre las cumbres pirenaicas. Riis (Gewis, Dinamarca), Breukink (ONCE, Banesto), Van Hooydonck (Wordperfect, B¨¦lgica), Cenghialta (Gewis, Italia), Museeuw (GB, B¨¦lgica), Chioccioli (M¨¦rcatone Uno, Italia) y Alcal¨¢ (Motorola, M¨¦xico) formaron una escapada de ilustres, a la que el pelot¨®n no concedi¨® demasiado margen. As¨ª que una etapa propicia para sestear en busca de recuperar las fuerzas dejadas en la alta monta?a, oblig¨® a un nuevo derroche, como est¨¢ sucediendo desde el primer d¨ªa.
Se rodaba por encima de los 42 kil¨®metros por hora -la media del Tour-94 es de 40,3, la m¨¢s r¨¢pida de la historia-, marcado el ritmo por el control al que estaban sometidos los escapados. Del pelot¨®n empez¨® a descolgarse Rominger; no era la primera vez. Ya al principio de la etapa hubo algunos cortes ante la din¨¢mica de la propia carrera y Rominger siempre se quedaba en el grupo trasero. Era un s¨ªntoma claro de que le faltaban las fuerzas. En el kil¨®metro 183 fue cuando volvi¨® a aparecer por detr¨¢s, pero esta vez para bajarse de la bicicleta, subirse al coche de su equipo y dejar la carrera. Rominger se desped¨ªa de su cuarto Tour -68? en 1988, 57? en 1990 y 2? en 1993- tras no conseguir mostrar superioridad sobre Indur¨¢in en las 13 etapas y un pr¨®logo de que dispuso para intentarlo. Durante estos d¨ªas han salido a relucir dolores en la rodilla, indisposiciones intestinales y v¨®mitos. Las razones de tantos males nunca fueron explicadas.
En la contrarreloj de 64 kil¨®metros perdi¨® dos minutos con respecto a Indur¨¢in. La desventaja se volvi¨® a repetir en la primera subida de los Pirineos. Rominger se hab¨ªa sentido indispuesto, pero las cuentas no salen. Si su organismo hubiera rendido a un 90%, mermadas sus fuerzas por un virus a¨²n no encontrado, hubiera llegado a la cima 46 minutos m¨¢s tarde de lo que lo hizo. Su retraso de nada m¨¢s que dos minutos revelan que si las fuer as de Indur¨¢in le respondieron al 100%, las de Rominger estuvieron al 99,4%. Demasiado insignificante ese virus como apreciar que se estaba bebiendo el 0,6% del carburante que llevaba Rominger. En la siguiente etapa de monta?a Rominger perdi¨® tres minutos. Hab¨ªa que subir cuatro puertos en 100 kil¨®metros, los dos ¨²ltimos de una dureza extrema. Las diferencias de tiempo revelan de nuevo que las fuerzas entre ambos corredores fueron similares. Cuando Chiappuccci subi¨® Hautacam visiblemente indispuesto, pues iba vomitando, se present¨® con casi media hora de retraso y empujado por cinco compa?eros de equipo.
La salud de Tony Rominger, afectada en un 0,5% si es que alg¨²n mal ha mermado efectivamente su rendimiento, ha podido verse afectada m¨¢s bien por su deseo de ir a un ritmo que estaba fuera de sus posibilidades actuales.
El estado de Indur¨¢in ha puesto el list¨®n muy alto y nadie es capaz de llegar hasta ¨¦l. Otros corredores as¨ª lo han admitido, mientras que Rominger llevaba un a?o pensando en c¨®mo superarlo. Simplemente, no ha podido. Ahora Indur¨¢in ve tras ¨¦l a enemigos menores, pero mucho m¨¢s j¨®venes que Rominger y que ¨¦l mismo, tras cumplir ayer 30 a?os. En 1991 gan¨® el Tour con 3.36 minutos sobre Bugno, en 1992 con 4.35 sobre Chiappucci y en 1993 con 4.59 sobre Rominger. Este a?o puede conseguir una diferencia hist¨®rica, aunque ¨¦l, de momento, se dedica a mantener los 7.56 minutos que tiene.
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