Alpe d' Huez recibi¨® a los desahuciados
Indur¨¢in, duod¨¦cimo en la cima, s¨®lo acept¨® mostrar su fortaleza en los ¨²ltimos cinco kil¨®metros de la ascensi¨®n
JUAN MORALa cima que tradicionalmente consagra a los campeones del Tour recibi¨® a un rosario de desahuciados. Primero Conti, un hombre que a punto de cumplir los 30 consigue su primera victoria, luego Buenahora, que est¨¢ a m¨¢s de media hora del l¨ªder Bolts, Elli, Perini, M¨¹ller, Cenghialta famosos ellos- Los teloneros fueron apareciendo despu¨¦s Pantani, Virenque... y, a continuaci¨®n, Indur¨¢in embravecido. Sufri¨® la transformaci¨®n en los ¨²ltimos cinco kil¨®metros para dignificar el jersei amarillo que porta. Su postrera exhibici¨®n no sirvi¨® para evitar el fiasco de una etapa reina, consecuencia de que el Tour es una carrera sentenciada.
Indur¨¢in no dar¨¢ una pedalada de m¨¢s porque, ganado ¨¦ste -salvo. infortunio- sin tener que hacer m¨¢s esfuerzos que los dem¨¢s, hay que guardar energ¨ªas para el pr¨®ximo, que es el mejor, el que supondr¨ªa su quinta victoria consecutiva, gesta que a¨²n falta por escribir en los 81 a?os de historia de la carrera. Cinco veces, lo han ganado Anquetil, Merckx e Hinault, pero ninguno todos seguidos. Indur¨¢in y sus asesores -directores deportivos y m¨¦dicos- est¨¢n convencidos de que los alardes se pagan, por que las fuerzas son un bien preciado que hay que conservar. Cuando se acaban, se acaban y no hay m¨¢s de donde sacar.
Indur¨¢in, consecuente con esta teor¨ªa, hizo ayer lo que ten¨ªa que hacer. El no est¨¢ en el Tour para contribuir a la mitificaci¨®n de una de las monta?as de mayor carisma en el mundo del ciclismo, e est¨¢ aqu¨ª para ganar la carrera. La tradici¨®n dice que el que sale vestido de amarillo de Alpe d'Huez conserva el jersei hasta Par¨ªs. Pues Indur¨¢in entr¨® y sali¨®.
El l¨ªder cruz¨® duod¨¦cimo la meta y cedi¨® 35 segundos a Virenque, que es el segundo clasificado de la general. Tambi¨¦n Pantani redujo su diferencia de 11.55 minutos a 9.40. Son datos enga?osos, porque Indur¨¢in, s¨®lo cuando ¨¦l quiso, volvi¨® a ser corredor capaz de asombrar al do. En los ¨²ltimos cinco kilometros de la ascensi¨®n tard¨®1.15 minutos menos que Conti ganador de la etapa, 45 segundos menos que Virenque, el rey de la monta?a, y 15 segundos menos que Pantani, que parece el mejor escalador del universo. Para que se sacudiera su taca?er¨ªa energ¨¦tica tuvo que suceder que la lucha entre Pantani y Virenque fuera m¨¢s lejos de lo que ¨¦l deseaba. Pasaba porque un grupo de 14 escapados se presentara en las rampas de Alpe d'Huez con diez minutos de ventaja, porque Conti pasara de desahuciado marginado -estaba a 17.53 minutos y qued¨® a 9.57- y porque Pantani y Virenque decidieran de nuevo resolver el duelo de ¨¢guilas que mantienen desde los Pirineos.
El resultado de este particular enfrentamiento convirti¨® la subida en una carrera de persecuci¨®n en alta monta?a. Pantani dando pedales como un poseso -usa un desarrollo muy corto- y Virenque perdiendo el alma para no perderle de vista despu¨¦s de cada curva. Muy delante, Conti. Por en medio, el rosario de cad¨¢veres en el que hab¨ªa quedado convertido el grupo de escapados. Detr¨¢s, el rey, Indur¨¢in, izado por sus gregarios y seguido por la cohorte. Sobre su rostro, ni una gota de sudor.
Despu¨¦s de ocho kil¨®metros de ascension, el cortejo real no hab¨ªa restado ni un s¨®lo segundo al plebeyo Conti, mientras Virenque y Pantani iban camino de situarse en la clasificaci¨®n general a una distancia de Indur¨¢in que podr¨ªa considerarse irrespetuosa. Fue entonces cuando ¨¦ste apart¨® al fiel escudero, que le abr¨ªa camino, Gonz¨¢lez Arrieta, se elev¨® sobre el sill¨ªn, tens¨® la cadena, baj¨® la cabeza y cuando la elev¨® estaba ense?ando la dentadura. "Tampoco es para tanto" comentaba luego el navarro. "Total, la etapa ha sido s¨®lo de media monta?a, con s¨®lo la llegada a Alpe d'Huez dura. Luego, se ha hecho m¨¢s dura a unos cuantos por los kil¨®metros que se llevan ya en las piernas, que son muchos, y por la gran velocidad a que se ha corrido". Un dato: la segunda de las seis horas que dur¨® la etapa se corri¨® a una velocidad media de 43 kil¨®metros por hora, lo que no est¨¢ nada mal para el recorrido de subes y bajas que atravesaba.
Los cortesanos que le segu¨ªan se charon a temblar. De las Cuevas y Z¨¹lle no le resistieron ni un metro. PuInikov y Leblanc se pusieron tras ¨¦l y rezaron ante la experiencia que les aguardaba de subir a tumba abierta. En esos cinco kil¨®metros finales, Indurain puso las cosas en su sitio. Conti le daba igual, Pantani algo menos y Virenque algo m¨¢s. La juventud es insolente por definici¨®n y hab¨ªa que darles un correctivo. A Pantani ya se le dio en Hautacam; a Virenque, ayer casi. Le falt¨® una curva m¨¢s para ello.Y los cortesanos, adem¨¢s, no es que se conformaran con el protocolo que siguen: todo son peleas entre ellos para alterarlo. El doliente de la batalla de ayer era el iluminado De las Cuevas, que perdi¨® la porci¨®n del podio que estaba dispuesto a comerse en beneficio de su compatriota Leblanc. "Nos ha venido muy bien que Pantani marchara por delante" analizaba Leblanc. "Mi compa?ero en el Festina Virenque ha sabido moverse a la perfecci¨®n y ha logrado mostrarle a De las Cuevas cuales son sus l¨ªmites".
Por detr¨¢s Laudelino Cubino (Kelme) daba su ¨²ltima pedalaba y consegu¨ªa una marca que le igualaba a Adriano Baffi: comenzar Vuelta, Giro y Tour y no terminar ninguna de las tres carreras. Entre medias, una etapa en el Giro. La culpa, m¨¢s que de la rodilla que le apart¨® en las otras ocasiones, se echaba en su equipo a una ducha fr¨ªa tomada a las cuatro de la ma?ana.
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