"Me agarr¨¦ a un cad¨¢ver que flotaba"

Un doberman negro como la noche en que vive desde hace una semana la familia de Jorge Andr¨¦s Garc¨ªa M¨¢s preside la sala de su hogar en Guanabacoa (Cuba). Un aguacero acaba de caer sobre La Habana, pero a pocos les importa mojarse en esta casa donde hoy hay tres camas vac¨ªas. Sin embargo, pese a la tragedia que es perder 10 familiares en un mismo d¨ªa, aqu¨ª nadie llora. Todav¨ªa hay algo que mantiene en pie a esta familia cubana: recuperar del mar los cad¨¢veres de sus seres queridos, enterrarlos y luchar para que se juzgue a los responsables de la muerte de los 40 cubanos que se ahogaron al naufragar el remolcador en el que hu¨ªan hacia Miami.Mar¨ªa Victoria Garc¨ªa Su¨¢rez es una de las 31 supervivientes del naufragio. Ha pasado una semana desde que vio c¨®mo su hijo de 10 a?os, su marido y su hermano se ahogaban en el mar. "Yo no s¨¦ nadar, pero me pude salvar porque me agarr¨¦ a una se?ora que hab¨ªa muerto y flotaba en el agua", dice. Mar¨ªa, de 28 a?os, recuerda la tragedia con detalle: "El 13 de julio, a las tres de la madrugada, subimos al remolcador en el puerto de La Habana. Desde que salimos del puerto, varios barcos nos empezaron a seguir". Seg¨²n Mar¨ªa, a unas cuatro millas de la costa los cuatro remolcadores que persegu¨ªan al 13 de Marzo empezaron a lanzar agua a presi¨®n. "Sacamos a los ni?os para que no siguiesen echando agua, y algunos se refugiaron en la sala de m¨¢quinas, pero en ese momento uno de los barcos nos embisti¨® y el remolcador empez¨® a hundirse", explica. Mar¨ªa asegura que los barcos que los persiguieron no hicieron nada por salvarlos, y que cuando llegaron dos barcos guardacostas para rescatarlos, muchos hab¨ªan muerto.

Jorge se arruga en su asiento y dice que el teniente coronel que instruye el caso le dijo que las tripulaciones de los cuatro barcos estaban detenidas. "El instructor reconoci¨® que se hab¨ªa cometido un exceso, y dijo que se llegar¨ªa hasta el fondo", asegura. Ahora lo que m¨¢s preocupa a Jorge, que ha perdido 10 familiares, es recuperar los cad¨¢veres y enterrarlos. "Creemos que no nos quieren devolver los cuerpos para que no haya problemas en Guanabacoa, pues aqu¨ª todo el mundo se ha solidarizado con nosotros", dice. Lo ¨²nico que ha hecho que todav¨ªa no se derrumbe es su sed de justicia y el ansia por enterrar a sus muertos.