La Iglesia "rehabilita" a Oscar Wilde un siglo despu¨¦s de su encarcelamiento y exilio
El gobierno brit¨¢nico se niega a revisar la condena por homosexualidad del escritor
No deja de ser un hecho ir¨®nico. La Iglesia de Inglaterra acaba de anunciar su intenci¨®n de incluir el nombre del escritor irland¨¦s Oscar Wilde junto a los m¨¢s importantes autores en ingl¨¦s, en una de las vidrieras de la Abad¨ªa de Westminster, en Londres. Wilde figurar¨¢ a partir del pr¨®ximo mes de febrero, cuando se cumple el centenario del estreno de su obra m¨¢s aplaudida, La importancia de llamarse Ernesto, en el lugar conocido como El Rinc¨®n de los Poetas.Pese a este intento de "rehabil¨ªtaci¨®n" despu¨¦s de un siglo de olvido oficial, el Gobiemo brit¨¢nico le ha negado el perd¨®n por la causa que le confin¨® durante dos a?os de su vida, entre 1885 y 1887, en la prisi¨®n de Reading.
Michael Howard, ministro del Interior, ha denegado la petici¨®n de revisar la condena por "conducta indecente y sodom¨ªa" que marc¨® el fin de la vida social y min¨® definitivamente la salud de Oscar Wilde (Dublin, 1854-1900). Con razona mientos perfectamente acordes con la mentalidad de un ministro tory, Howard explica en su respuesta, transmitida por su secretario personal James Toori, al grupo de activistas homosexuales Outrage que "no hay razones para suponer que Oscar Wilde no fuera juzgado adecuadamente y sentenciado de acuerdo con la ley y pr¨¢cticas de su tiempo". Cierto que las leyes penales y la sociedad brit¨¢nica ya no condenan la homosexualidad, delito por el que el escritor fue sentenciado a dos a?os de trabajos forzados, pero, de acuerdo con Howard, el caso no puede ser revisado a la luz del presente.
El grupo Outrage hab¨ªa. in sistido en pedir el "perd¨®n real p¨®stumo" para la que es considerada una de las figuras m¨¢ximas de la literatura anglosajona del XIX, para hacerlo coincidir con el centenario de su encarcelamiento.
Autor 'maldito'
En realidad poco importa ya lo que la legalidad decida, y la presi¨®n de Outrage tiene m¨¢s que ver con un deseo de lograr el reconocimiento completo a un autor maldito,' vilipendiado y censurado por la sociedad victoriana, que encontr¨® su vida demasiado escandalosa.
El caso de Wilde -que con sigui¨® mantener en una prime ra etapa de su vida las "fomas" y se cas¨® en 1884 con Constante Lloyd, con la que tuvo dos hijos,- es especialmente curioso porque otros autores no menos agresivos con los patrones de conducta victorianos, como Lord Byron y, D. H. Lawrence, cuentan desde hace tiempo con un sitio en el memorial de escritores de la Abad¨ªa.
Sin embargo, y pese a esta demostraci¨®n de desprecio oficial, el Reino Unido no ha olvidado en ning¨²n momento al brillante autor y exquisito conversador que fue Wilde.
Uno de los principales teatros de Londres anuncia para el pr¨®ximo lunes -coincidiendo con el citado centenario- el estreno de una nueva versi¨®n de El abanico de lady Windermere, y en las librer¨ªas de la capital brit¨¢nica se exhibe, una reciente biograf¨ªa de su madre, Jane Francesca Wilde. Un personaje pintoresco, cuya fecha de nacimiento no pudo nunca fijarse con exactitud y a la que Oscar Wilde profes¨® siempre un devoto amor de hijo.
Lady Jane, madre de William y de Oscar, termin¨® sus d¨ªas en una casa en el selecto barrio de Chelsea, en Londres, en el m¨¢s completo olvido. Quiz¨¢s ella habr¨ªa contemplado, con m¨¢s entusiasmo que su propio hijo, el nombre de Wilde impreso en la vidriera de la Abad¨ªa de Wetsminster, inmediatamente detr¨¢s de los de Alexander Poper y Robert Herrick, bastante menos conocidos por el gran p¨²blico.
Aun as¨ª, el nieto de Wilde, Merlin Holland, se declaraba absolutamente encantado por la decisi¨®n. El hecho de que un portavoz de la Abad¨ªa puntualizara sutilmente que la Iglesia no pretende pronunciarse sobre la homosexualidad de Wilde, sino, simplemente, otorgarle su reconocimiento como el gran autor del siglo XIX que fue, no ha mermado el entusiasmo de Holland. "No hay nada pol¨ªtico en este tema y lo de menos son las cuestiones sexuales", ha puntualizado el descendiente de Wilde al Daily Telegraph. "Es el Rinc¨®n de los Poetas y s¨®lo pretende honrar a los es uritores".
Lo cierto es q ue su encarcelamiento por homosexualidad declarada fue un terrible asunto para Oscar Wilde, que le arroj¨® a las sombras cuando estaba en el c¨¦nit de su popularidad. El autor de El retrato de Dorian Gray fue delatado por su amante Alfred Douglas, cuyo padre, el marqu¨¦s de Queensberry, insult¨® p¨²blicamente al escritor. Durante los dos a?os que Wilde pas¨® en la c¨¢rcel escribi¨® la c¨¦lebre Balada de la c¨¢rcel de Reading y De profundis, un largo texto en prosa en el que reprocha a su amigo Alfred su comportamiento desleal.
La tragedia
Su arresto en el Hotel Cadogan se produjo en mayo de 1885, tres meses despu¨¦s del estreno en el Strand, la famosa calle de los teatros londinenses, de La importancia de llamarse Ernesto. Las consecuencias de la no ticia fueron inmediatas y el di rector del teatro retir¨® la obra del cartel. Wilde abandon¨® Reading en 1887. Tres a?os despu¨¦s, el poeta y dramaturgo irland¨¦s, due?o de la m¨¢s exquisita iron¨ªa y el m¨¢ximo orgullo "He puesto toda mi genialidad en mi vida; en mis obras s¨®lo est¨¢ mi talento"de clar¨® un d¨ªa-, decidi¨® exiliarse en Par¨ªs, donde falleci¨® en el m¨¢s absoluto olvido en 1900.
Babelia
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