Indur¨¢in engorda a sus gregarios
Mientras Ugrumov se aposenta en el podio, el, l¨ªder se dedica a ampliar el bot¨ªn
Ugrumov ha lanzado un ¨®rdago para subir al podio. Apuesta de tal envergadura a estas alturas no pod¨ªa deparar m¨¢s que un resultado demoledor. Todos los corredores que empezaban a frot¨¢rselas manos porque iban a salir en la foto junto a Indur¨¢in en Par¨ªs ahora tiemblan. Pantani ya conoce la extenuaci¨®n, Leblanc pasa un calvario cada d¨ªa y Virenque aguanta gracias a su orgullo juvenil. El envite no va con Indur¨¢in, que se dedica en este final de Tour a engordar el bot¨ªn del equipo. Las disputas menores que libra con Virenque han supuesto 276.000 pesetas m¨¢s, que repartir¨¢ entre sus compa?eros.Indur¨¢in se pic¨® con Virenque en la cima del ¨²ltimo puerto. Pasar segundo -primero ya hab¨ªa sido Ugrumov, que iba escapado- significaba 36.000 pesetas m¨¢s. En la meta la diferencia era m¨¢s suculenta: 240.000 pesetas para el segundo y 120.000 para el tercero. Merec¨ªa la pena el esfuerzo, ahora que el Tour ya est¨¢ ganado. De paso, frenaba la insolencia de Virenque: "Quise ganar a Indur¨¢in en Val Thorens, porque yo tambi¨¦n tengo mi orgullo", hab¨ªa dicho, comentando la etapa del mi¨¦rcoles , en la que el l¨ªder le disput¨®, y gan¨®, la cima de La Madeleine.
A algo tiene que dedicarse Indur¨¢in, mientras los dem¨¢s est¨¢n a tortas en plena carrera. Las que reparti¨® Ugrumov en estos dos ¨²ltimos d¨ªas han hecho da?o. Atac¨® en la etapa reina y lo volvi¨® a hacer ayer. Dos minutos el mi¨¦rcoles,otros dos ayer y ya es tercero. El solito ha podido con dos armadas poderosas, la del Festina (Virenque, Lino y Leblanc) y la del Carrera (Pulnikov y Pantani). Estos corredores se pasaron persigui¨¦ndole toda la jornada, puerto arriba y puerto abajo, y no pudieron con ¨¦l.
Tambi¨¦n iba Indur¨¢in en el grupo, pero de invitado. Cuando Pantani y Leblanc quedaron. agotados tras el ritmo de caza que hab¨ªan impuesto, el l¨ªder se encontr¨® en cabeza, mir¨® a su derecha, a su izquierda, y dej¨® de pedalear. Ugrumov no le hab¨ªa hecho nada a ¨¦l, as¨ª que fueran otros quienes se dejaran la vida.
Pantani no estaba ayer para montar su espect¨¢culo de cada d¨ªa. Por primera vez en lo que va de temporada, lleg¨® la monta?a y se qued¨® sentado. En la etapa m¨¢s decisiva de su vida, porque si no reduc¨ªa la distancia con Ugrumov perd¨ªa el tercer puesto, se qued¨® sin fuerzas. Tanto derroche en Hautacam, Luz Ardiden, Mont Ventoux, Alpe d'Huez y Val Thorens, para que una monta?a sin leyenda alguna, Colombi¨¨re, pudiera con ¨¦l. Las ¨²nicas energ¨ªas que conservaba las gast¨® en estirar el pelot¨®n.
Invitado a la cacer¨ªa, Indur¨¢in meti¨® en el zurr¨®n cuanto pudo sin dar por ello ninguna pedalada de m¨¢s. Se escap¨® en el descenso con Virenque, porque los dem¨¢s no ten¨ªan fuerzas ni para bajar. El lo que no iba a hacer era bajar frenando y, ya metidos en escapada, ten¨ªa que dar alg¨²n relevo para quedar bien. Contribuy¨® a que Virenque se distanciara de Pantani y a que no se le acercara demasiado Ugrumov en le clasificaci¨®n general, pero indirectamente. La ocasi¨®n de llegar junto a Virenque le dio oportunidad para mostrar el abismo que hay entre ambos. Dej¨® que el joven fuera delante con la meta ya a la vista, ¨¦ste le invit¨® a pasar, Indur¨¢in lo hizo, se puso en pie, Virenque le imit¨® y cuando alz¨® la cabeza, el l¨ªder iba veinte metros por delante.
El segundo puesto significaban 120.000 pesetas de diferencia con respecto al tercero. Mejor era el primero, que se paga con 1,2 millones de pesetas. Pero ya empieza a haber bastante en la caja, y m¨¢s que habr¨¢, porque en Par¨ªs le espera un tal¨®n por valor de 48 millones de pesetas. Entonces Indur¨¢in coger¨¢ todo el dinero, har¨¢ diez partes y las repartir¨¢ entre sus compa?eros. El recuento ha empezado.
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