Peluches en el agua
El r¨ªo Manzanares el ve nacer por primera vez,a tres cisnes negros
Los nacimientos en el Manzanares, como en Madrid, no son abundantes. La pareja de cisnes negros, de la especie Cygnus atratus (originaria de Australia), lo ha intentado dos veces desde que los llevaron a vivir al r¨ªo en septiembre de 1992. La rotura de una conducci¨®n del canal en la zona de la Zarzuela, la pasada primavera, se trag¨® el primer nido. Pero lo han conseguido. Por primera vez, tres cisnes beb¨¦s vinieron al mundo el 16 de julio, despu¨¦s de 40 d¨ªas de incubaci¨®n, en el aliviadero de Santa Fe, en la presa, numero 3, junto al Puente de los Franceses.Bajo las sombras de los ¨¢rboles del espol¨®n, Mar¨ªa Luisa Mart¨ªn juega al tute con su madre, tras intentar salvar la vida a un pajarito. Sin ¨¦xito, ya que muri¨® en el traslado hacia la fuente donde iba a refrescarle. Ella, junto con otras an¨®nimas vecinas, alimenta con pan duro a los 11 cisnes: dos parejas blancas (Cygnus olor), otras dos negras y las tres cr¨ªas, junto a sus compa?eros los patos y tres ocas (en el r¨ªo conviven 400 ¨¢nades, de las que 175 son salvajes). En el Manzanares nadan unos 12.000 peces, de los cuales 5.000 provienen de las ripoblaciones del Ayuntamiento. Justo en la zona donde viven los tres nuevos cisnes habita el mayor n¨²mero de peces. Por eso descansan, sobre una de las orillas 50 puestos para pescar.
Cuando Mar¨ªa Luisa observa a los tres cisnitos se le cae la baba. "Qu¨¦ cosita m¨¢s mona, pero si parecen de peluche". Mientras,, los papas cisnes atacan a, todo bicho viviente que se acerca a sus hijos.
Las cr¨ªas tienen un color tan gris¨¢ceo que se confunden con las piedras que salpican las orillas. Este plum¨®n, dentro de un a?o, ir¨¢ cambiando hasta convertirse en negro azul¨®n, y sus picos pasar¨¢n del negro al rojo coral, hasta ser igualitos que sus padres.
Una mujer solitaria y de cejas pintadas, que tira porras y churros resecos a los animalitos, sentencia: "Son fe¨ªtos". Y explica con ademanes de diva venida a menos: "El cisne, cuando es peque?o, es patito feo, como le corresponde".
Otros, en vez de tirar churros resecos o pan duro, aportan su granito de arena a la labor reproductora del Ayuntamiento y tiran patos al r¨ªo. "He visto a muchas mujeres que sueltan patos al Manzanares despu¨¦s de haber los criado en casa", explican en el bar. El camarero recuerda que tambi¨¦n existen patos medio pensionistas. El bi¨®logo que se ocupa de esta fauna, Miguel Vicente, aclara que las que hacen jornada de media pensi¨®n son las gaviotas en invierno, y que los patos bajan de El Pardo al atardecer y se van del r¨ªo al amanecer.
El bi¨®logo est¨¢ feliz no s¨®lo por la rom¨¢ntica imagen que presenta la familia de cisnes, sino porque, "en el reino animal, el momento crucial del ciclo biol¨®gico es la reproducci¨®n". Hay que tener en cuenta que "nuestro r¨ªo no es un r¨ªo com¨²n, es de agua residual tratada". Y los que tampoco parecen nada comunes son los vecinos, por la constante vigilancia que mantienen sobre lo que all¨ª ocurre. Uno de los cisnes blancos se salv¨¦ de la muerte, tras tragarse un anzuelo-porque una vecina dio la voz de alarma. Inmediatamente, el cisne fue operado de urgencia "y tratado como un beb¨¦" hasta que fue curado por los expertos.Pero su novia, al quedar sola en el r¨ªo-embalse, entr¨® en depresi¨®n y tuvieron que llevarla a la cl¨ªnica para que estuviera junto a su compa?ero convaleciente.
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